Parrillada Once

La foto muestra el lugar donde tuvo sus humildes comienzos la Parrillada Once. Después se mudó la avenida José Félix Bogado a la altura de Padre Casanello y se modernizó. Desde sus comienzos tuvo un éxito arrollador. En 1978, el diario ABC lo incluyó en la serie de notas La cena fuera de casa. Y al igual que otros como el Carioca tenía la cualidad a la que hace referencia el título de esta página.

«La Parrillada «Once» es uno de los pocos lugares que todas las noches -salvo los lunes, en que el local está cerrado- se llena de gente. Todos se ven atraídos por sus abundantes platos, en algunos de cuyos casos se sirven en fuentes. Es una de las características del «Once», además de su cerveza helada. El local está situado en Yegros y 11 Proyectada. En estos meses veraniegos, las mesas cubren literalmente el frente, fuera de los salones que están reservados para días más frescos

¿Que pedir en el Once? Antes que nada se recomienda el “Plato Once”. Pero para consumirlo hay una condición fundamental: Se debe estar con el estómago vacío y con ganas verdaderas de comer. De lo contrario no podrá terminar el plato -en realidad, lo sirven en una fuente- y le convendrá pedir algo más sencillo. El «Plato Once» consiste en un churrasco, con dos huevos, papas fritas y cebollas. Paga por él 285 guaraníes.

Un churrasco simple le cuesta 220 guaraníes, al igual que una costeleta. Por el asado de costilla paga 180 guaraníes y por el de lomo 190. También es posible pedir una minuta. Así, el bife a la plancha cuesta 145 guaraníes. Si lo quiere acompañado de cebollas, de papas fritas o de puré de papas el precio se eleva a 195 guaraníes. Con cebollas o con papas fritas le sale 235, mientras que con puré de papas 240. La napolitana cuesta 200 guaraníes y una omelette 225.

También puede pedir un plato de pescado. Una napolitana de pescado con salsa o una cazuela de surubí a la crema son las principales opciones y en ambos casos paga 325 guaraníes. La cazuela tiene una base de surubí, aderezado con tomates, queso y crema de leche, cocinado al horno. Lamentablemente no está del todo lograda o, por lo menos, no estuvo, cuando la saboreó el cronista.

Cualquiera sea el plato que elija, puede acompañarlo con una ensalada. Una mixta le cuesta 70 guaraníes y si la quiere con mayonesa paga 90. El precio de la ensalada rusa es de 125 guaraníes. y de la alemana 95. Puede optar también por palmito con mayonesa, lo que le cuesta 140 guaraníes.

En materia de bebidas, puede elegir la cerveza. Se sirven bien helada y le cobra 65 guaraníes por botella, En cuanto a vinos hay mucho que elegir, entre un modesto Toro Viejo argentino hasta una botella francesa o alemana, pasando por vinos chilenos, españoles y portugueses. El Toro Viejo le cuesta 200 guaraníes, el Calvet argentino 320, el Santa Silvia 380. Entre los vinos chilenos está el Concha y Toro por el cual debe oblar 780 guaraníes. Y si quiere algo mejor – o por menos más caro- puede llegar hasta 980 guaraníes de un Calvet francés o de un Liebefraumilch alemán.

Al término de la comida puede pedir un postre, siempre que no haya comido un plato muy copioso antes. Si pidió el Once, por ejemplo, lo más probables es que se dé por satisfecho sin necesidad de llegar al postre. Los platos dulces son todos sencillos. En la lista figuran el budín, el durazno en almíbar, la ensalada de frutas, la pera en almíbar. Todos estos le cuestan 80 guaraníes cada uno. Puede pedir también una porción de torta helada, por la que pagará 115 guaraníes si la consume sola o 150 guaraníes si se la come con crema chantilly. La copa de helado le cuesta 95 guaraníes. Puede optar también por el dulce de mamón, que le cuesta 80 guaraníes solo y 120 con crema.

La atención resultó buena un miércoles. Cuando el cronista fue a cenar, se impacientó unos minutos y tuvo que llamar la atención a un mozo. Pero inmediatamente la cuestión cambió y tuvo una rápida y eficiente atención, salvo la cuenta final que no estaba detallada. Hecho el pedido trajeron la descripción de los gastos.

Los baños de la Parrillada «Once» son higiénicos. En ellos se encuentran toalla y jabón. Lo objetable es que el de damas y el de caballeros se encuentran uno al lado del otro, Sería más conveniente que los separaran. Cuando el cronista dejó el lugar escuchó este comentario en son de broma. «Aquí no hay ningún problema, porque están dos farmacias cerca y un hospital enfrente».

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