El puesto de Fortín fue uno de los más concurridos de Drinks&More.

Se realizó con relativo éxito una nueva edición de Drinks & More. Relativo porque no tuvo la convocatoria a la que están acostumbrados los de la Expo Vino. El evento estuvo bien organizado, la ambientación estuvo agradable y por primera vez los tragos tuvieron cierta preeminencia sobre los vinos, con lo cual el evento está adquiriendo una identidad propia y se acerca más a la naturaleza de su denominación

Vendría bien un poco de historia. La Expo Vino siempre fue un territorio donde dominaron los tintos. Pero los organizadores también importan blancos, rosados, espumantes y bebidas espirituosas. Y tenían la necesidad de dar a conocer también estos productos.  En el 2016, Agrupando Ideas e In Vino Veritas se animaron a organizar la BREXPO, la Expo Vino de Blancos, Rosados y Espumantes, que tuvo una única edición pese a que el pequeño experimento resultó todo un éxito.

Al año siguiente, la CAPRO que es la madre de la Expo Vino creó el Drinks & More buscando capitalizar la experiencia de la BREXPO, queriendo extender también la experiencia del público hacia las bebidas espirituosas y los alimentos gourmets. Nunca logró reunir a las multitudes que congrega la Expo Vino. Y tampoco logró identificarse plenamente con el nombre Drinks & More, al punto que era más conveniente llamarle la otra Expo Vino.

El stand de AJ, donde la sommelier Ana Greenwood destacando las cualidades del Freixenet italiano elaborado con pinot grigio.

La última edición realizada el miércoles y jueves pasado en el Paseo La Galería, trató de mostrar una cara nueva buscando crear un ambiente más juvenil y divertido. El ambiente fue totalmente diferente. Cuando se habla de Expo Vino, se habla de tablones y botellas de vino encima, carteles identificatorios de las empresas y nada más. Esta vez, los tablones se presentaron un poco más decorados para dar más colorido y sobre todo para romper la monotonía.

En el centro del salón se ubicó la consola de los Djs que se turnaban para musicalizar el evento, incluso vimos una especie de pista bailable que más de una pareja se animó a utilizarla. Había mesas y sillas para el público, y un servicio gastronómico que mejoró con respecto a las ediciones anteriores. La organización en general estuvo casi impecable.

Solo que no hubo tanta gente como seguramente esperaban. Los de la Expo Vino están acostumbrados a reunir multitudes y el éxito generalmente lo miden por la capacidad de convocatoria. No sabemos si al hacerse las sumas y las restas, el resultado fue positivo. Pero para los que asistieron y para los que, como nosotros, observamos casi de afuera, el evento fue agradable, fue cómodo (había más espacio), divertido (no era ese ambiente casi solemne de la Expo Vino), tal vez porque hubo un detalle determinante.

En el último Drinks & More  prevalecieron los tragos sobre los vinos. No se puede medir exactamente esto, pero en el único lugar donde los asistentes formaban cola, era en el puesto de Fortín. Sabemos que el vino, despierta a unos duendes mansos, en cambio los tragos no despiertan duendes sino a espíritus menos mansos y más dicharacheros y vocingleros, lo que quizás no se podía percibir por el volumen de la música moderna.

Una vista general de lo que fue el pimer día de Drinks&More. Al segundo día aumentó la convocatoria, pero sin llegar a las multitudes que suele congregar la Expo Vino.

Cuando llegamos en uno de los días del evento, casi en la entrada encontramos a una reconocida empresaria promotora del vino con un trago en la mano. Y nos recomendó el trago de Fortín, donde bartenders de la barra de Eduardo Di Natale ofrecían ron Don Gustavo en una copita de chocolate y cócteles con Fortín Heroica y Fortín Epopeya recién lanzado para el mercado exterior. El mismo Di Natale preparaba excelentes tragos en el stand de Wine&Spirits.

Otro conocido barman, como Diego Gaona preparaba impecables versiones de Cinzano Vermout para Codisa y Ever Portillo asesoraba a Enlace que presentó de la casa de Vermuts Jarabe de Palo Negroni, el clásico cóctel ya todo embotellado y el Haymans London Gin. Y hablando de gin, Módiga preparaba gin tonic con el portentoso producto nacional Bertoni.  Hubo también otras versiones de Gin y del tradicional Amarula en diversas versiones.

Por algo, este año, los organizadores entregaban con la entrada un vaso copón antes que la tradicional copa, empujando la predilección hacia los tragos y las cervezas que también estuvieron bien representadas. Ojo, que también los vinos estuvieron bien representados y no es que quedaron atrás solo que se pusieron al costado.

Los tragos fueron los grandes protagonistas de las dos noches.

La bodega paraguaya Giacometti, presentó sus nuevas versiones de espumantes, ACSA etiquetas provenientes de Portugal e Italia, y el cotizado Miraval; London Import tenía, entre otros, sus vinos naturales de Santa Julia; AJ presentó su versión italiana de Freixenet, especialmente el pinot grigio; Wine&Spirit con el destacado Unánime de La Mascota y Mannah con su solicitado Bottega Pétalo del Amor, entre otros.

Todavía queda en deuda en el Drinks&More aquello de que también es una experiencia gourmet por los productos delicatessen que se consumen. Este concepto no se agota en alguna que otra mesa de quesos, jamones y embutidos; en aceitunas o patés, o chocolates. Las empresas nucleadas en la CAPRO, son los que importan la gran cantidad de productos Premium que uno puede ver en los supermercados y tiendas. Probablemente, no encuentran aún la ecuación económica conveniente.

El evento todavía está a mitad de camino de ser Drinks&More, una BREXPO y fiesta de productos gourmets y delicatessen. Esta edición trató de inclinar la balanza hacia el lado de lo primero en el intento de conseguir una identidad propia para tratar de romper definitivamente el cordón umbilical con la Expo Vino.

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