El chef Javier Rocca, volvió después de dos años al Paraguay. Se fue siendo chef ejecutivo del Mburicao. Ahora tiene un local propio.
El chef Javier Rocca, volvió después de dos años al Paraguay. Se fue siendo chef ejecutivo del Mburicao. Ahora tiene un local propio.
El chef Javier Rocca, volvió después de dos años al Paraguay. Se fue siendo chef ejecutivo del Mburicao. Ahora tiene un local propio.

El chef Javier Rocca volvió recientemente al país luego de una ausencia de dos años. La pandemia lo encontró en Colombia estando de vacaciones y aprovechó ese momento para hacer una introspección personal. “Me salvó la vida porque pude ver actitudes mías que no me gustan pude corregir cosas, valorar otras”. Además, ya no arrastró a su familia detrás de sus oportunidades profesionales. Su pequeño hijo tuvo mucho que ver con el retorno a nuestro país.

Rocca estuvo hasta diciembre del 2018 como chef ejecutivo del Restaurante Mburicao y del Mburicao Centenario. De aquí partió rumbo a Cuba, donde trabajó para una cadena de hoteles. Cuando se cumplió el termino de su contrato viajó de vacaciones a Colombia, de donde es oriunda su esposa Nidia Perilla. Esperaba el tiempo para trasladarse a Vietnam para la apertura de un hotel en la cadena que lo había contratado.

En ese tiempo, le sorprendió la pandemia de Covid 19. Y de esta manera nos cuenta su experiencia. “Yo soy, en la Tierra, la persona más agradecida con la pandemia me cambió la vida. Mi vida en Paraguay era trabajar 14 horas por día sin descansar y cuando me voy a Cuba fue para hacer lo mismo. Trabajar sin descanso. Y de pronto, la pandemia te da la oportunidad de pisar el freno, pasar tiempo con tu familia, analizar tu vida. Es uno de esos lujos que uno siempre quiere darse pero que no puede por la vorágine del trabajo”.

“Yo tuve un año y medio de tiempo para evaluarme. No es normal que uno pase una vida sin autoanalizarse. Yo tengo casa propia, tengo unos ahorritos no iba a sufrir por este impase. Fue lo mejor que me pudo haber pasado. Me avergoncé de mí mismo. Era una persona muy soberbia y la arrogancia nunca conduce a buen puerto. Me contaminé, tuve actitudes egocéntricas, narcisistas, no me guste a mí mismo”.

“También ví la parte positiva y me alegré por eso. Lo más importante es que pude ver actitudes que no me gustan. No quiero cometer errores en cuanto a mi personalidad, por eso, te reitero, la pandemia fue lo mejor que me ha pasado, me salvó la vida. Me dio una espiritualidad que no tenía, tuve tiempo de parar el carro, ver lo que lo que hice mal, lo que hice bien, tener una chance así es muy importante en la vida”

“Mas allá de todo esto, pude sentarme con mi familia y decidir sobre nuestro futuro. Siempre estaban detrás de mí trabajo. Cuando vimos con mi esposa la posibilidad de volver a Paraguay decidimos preguntarle a nuestro hijo. Nos miró y se puso a llorar. Nos asustamos. Nahuel tiene 10 años, nació en Argentina, pero siempre se sintió paraguayo. Durante esta ausencia se comunicaba con sus amigos de aquí a través de internet y el wasap”.

Primero vino Javier, quién está aquí desde hace algunos meses. Recientemente llegaron su esposa e hijo. Javier se asoció a su colega Andrés Gianmarinano y habilitaron D´Alepo, un servicio de cocina a domicilio que también hacía entrega de viandas empresariales. La marca se estrenó el verano pasado en San Bernardino. Ahora tiene un local, ubicado en Andrade 1255 entre Senador Long y Malutín, para atención presencial.

“Mi vuelta también se debe a que por siete años viví feliz en este país, a mi socio Andrés, a la gran cantidad de amigos, que aquí cosechamos con quienes seguía manteniendo contactos, vía zoom o wasap. Fue muy fuerte para nosotros decidirnos, teníamos planes para un negocio en España donde están mis hijos mayores, pero en familia decidimos que lo que queríamos era esto”.

“Parte de mi cambió como persona, también cambió mi visión sobre la cocina, ahora hago una cocina tranquila, llena de sabor, cocina del mundo, francesa, italiana, oriental, etc. Cocina de origen, de los orígenes míos y los de Andrés, es la cocina que mamamos, que conocemos de raíz porque hemos trabajado mucho en ellas, cocina con fundamentos”.

¿Te costó hacer este autoanálisis?

Es fácil si te sale del corazón, tenés una noche de mucha auto vergüenza, son muchos momentos y tenés que asumirlos de una sola vez. Pero una vez que procesaste todo, desde el momento que asimilaste que no te gusta más, ya está. Ese es el trago más duro, lo más difícil es asumir, pero si te encontrás en tu casa, rodeado de tu familia, una vez que te avergonzaste, es mucho más fácil.

Después de trabajar para otros ahora emprendes algo propio.

Siempre me dio miedo, siempre tuve posiciones ejecutivas, bien pagado, buenas provisiones, y cambiar la seguridad del salario, casa pagada, pasajes de avión, te da un poco de miedo optar por algo propio, pero eso también fue parte del cambio personal. Las empresas ya me sacaron todo el jugo habido y por haber, ahora debo ir pensando en mi jubilación, muchos años más de actividad no me quedan, mejor hacerlo ahora que uno esta con fuerza.

 

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