Fotografía del facsimil del diario de la época dónde se publica el artículo sobre el Hermitage.
Fotografía del facsimil del diario de la época dónde se publica el artículo sobre el Hermitage.

En los primeros meses del año 1978, el diario ABC Color publicó una serie de notas titulada La cena fuera de casa. Se trata de las primeras críticas gastronómicas conocidas. Muy pocos de los restaurantes que visitaron sobreviven hoy día. Las crónicas son una pintura de la época y nosotros las iremos reproduciendo para acercarnos al origen de la historia gastronómica que tenemos actualmente.

“A pocas cuadras del centro mismo de la ciudad capital, se encuentra sobre la calle 15 de Agosto el restaurante «Hermitage», que posee un local de estructura moderna, adecuado a las necesidades de la casa, con un patio amplio para nuestros calurosos días. La oferta de comida es variada, el servicio es aceptablemente bueno en tanto que el show de artistas se presenta atractivo aunque mirando más bien hacia los turistas que hacia los lugareños.

Sobre la calle 15 de Agosto, entre 2da. y 3ra. proyectadas, se destaca el edificio del restaurante con sus amplias escaleras de acceso. Tiene un espacioso salón destinado a comedor en los días de invierno o lluviosos: el sistema adecuado de aireación también permite utilizar el salón cuando hace falta en el verano.

Normalmente, los clientes del «Hermitage» se ubican en el amplio patio lateral, que está dividido en dos partes, una alta y otra baja, estando en el medio el lugar reservado para la actuación de los artistas. En este lugar abundan los árboles y las plantas, algunas de ellas típicas de nuestro país o simplemente decorativas, como el banano. Hacia atrás una moderna estructura arquitectónica sirve de decorado de fondo al patio, contrastando con un solitario y alto cocotero.

El mobiliario, utilizado es el adecuado a lugares de esta naturaleza, mesas y sillas confortables, la limpieza del local es fácil de suponer y confirmar, en tanto que las instalaciones higiénicas, también se encuentran bien cuidadas, el baño ofrece todos los elementos necesarios para un correcto aseo de los comensales.

La vajilla puesta en la mesa es de buena procedencia, fina sin ser lujosa y lod platos llevan el nombre del «Hermitage».

La atención de los mozos es buena, aunque cuando hay mucha gente los clientes deben armarse de un poco de paciencia y esperar el turno para ser atendidos. El servicio es bueno, pues los mozos saben cómo tienen que hacer su trabajo.

EN TORNO A LA COMIDA

Un restaurante como el «Hermitage» centra gran parte de su atractivo en el show musical y artístico que ofrece; paralelamente, también cuida de contar con una buena comida para que el atractivo sea doble, aunque esto no siempre se consiga.

El restaurante del cual hablamos aquí ofrece varios platos, en base a carne vacuna, de ave, pescados y pastas con precios que están acordes con la categoría del lugar.

Algunos de los platos que pueden ser saboreados en la casa son: tortilla española (240 guaraníes), omelette a la suiza (200 Gs.), canelones a la Rossini (220), vermiceli al gongole (350), pollo Hermitage (300), pollo a L`Orange (290), filet Carlos V (420) y surubí a la tártara (300), además de otros platos convencionales.

Cuando una de estas noches fuimos al «Hermitage», tuvimos deseos de probar «Vermiceli al bongole», cuando así lo hicimos saber al mozo, puso cara seria, se inclinó y nos dijo: «Ese plato tarda mucho, les aconsejo que coman otra cosa». De modo que tuvimos que contentarnos con canelones a la Rossini.

En el rubro correspondiente a bebidas, la oferta es variada según el gusto de los clientes: de entrada se puede probar el whisky escocés o algún otro trago: para acompañar la cena está toda la gama de vinos nacionales e importados. Los vinos argentinos cuestan alrededor de 600 guaraníes, los españoles 700; en tanto que los vinos franceses y alemanes rondas los 1.000 guaraníes. Luego de la cena se puede brindar con champaña de distintas procedencias.

Los mozos se cuidan de servir las bebidas tal como tiene que ser según la naturaleza de cada vino o bebida espumante.

MUHOS NUMEROS ARTISTICOS

El «Hermitage» se destaca también por ofrecer muchos números artísticos, algunos de jerarquía. Un conjunto de mucha trayectoria como el de Rubito Medina y Los Guaireños es uno de los primeros en actuar, ofreciendo páginas tradicionales de nuestro folclore. Un joven cantante, de bien timbrada voz, como Oscar Sora, también ofrece a los presentes varias composiciones de nuestro folclore en un estilo que recuerda en cierto modo al de Luis Alberto del Paraná.

Las danzas típicas del país y algunas del repertorio internacional son presentadas, con gracia aunque no siempre con acierto, por las alumnas de la profesora Carmen Oliveira y Silva. Las melodías románticas son interpretadas por el grupo vocal Agua Viva, cuyos integrantes hacen gala de un buen dominio de sus voces, adecuada coordinación de los tonos e incluso una equitativa coordinación de los tonos e incluso una equitativa distribución de oportunidades para el lucimiento personal de cada integrante.

Avanzando ya en la noche, se presenta el «Grupo Juan Moreira», en un número un tanto extraño en nuestro ambiente, con zapateos, boleadoras que se agitan, facones que pelean y tambores que suenan sin cesar. Esta número tal vez se justifique por su rarea aunque no por su calidad. También actúa la cantante Estela, quién es presentada como «la hermana de Perla, que triunfa en el Brasil», hecho que mueve a los turistas brasileños a aplaudirla inmediatamente. Estela posee una buena voz, actúa con mucha desenvoltura en el escenario e interpreta con acierto algunas composiciones del repertorio internacional. Como número central de la noche se presentan Agustín Barboza e Yverá, quienes en su estilo consagrado a través de mil escenarios, ofrecen bellas páginas de nuestro folclore, demostrando su plena vigencia en cuanto a calidad de interpretación.

Pasada la medianoche termina el show propiamente dicho, entra a actuar «Caribe 3» y los comensales tienen la oportunidad de bailar, presumiblemente para hacer, la digestión.

El restaurante cobra 400 guaraníes por persona en concepto de derecho de espectáculo; dos parejas que van a cenar al lugar pagan 1.600 Gs. solo por sentarse a la mesa”.

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