Tal es ya el Guarará que armaron, que ahora quieren llevarlo al interior de la República. Una vez al mes, los lunes, en diferentes ciudades para que todo el país sea un inmenso Guarará (y si ya lo es???) con el sólo objetivo de amargarle la vida al amargo lunes. Precisamente, el lunes último nuevamente reunió a una pequeña multitud en la estación central del ferrocarril con la excusa de compartir algo de comida.
El movimiento que nació como el “rejunte entusiasta” de cinco jóvenes: los hermanos Aguirre, Kent, Zotti y Saavedra comenzó como un desafío a quienes se disponían a pasar mal el lunes sólo porque era lunes. Hasta la edición número 7 sólo se reunían entre amigos, juntaban la plata hacían una sola comida tipo slow food.
Pero después decidieron liberar la asistencia y la modalidad culinaria. Y cambiaron de locación, llevando el encuentro a la Planta Alta del Ferrocarril. De 20 pasaron a 76 asistentes solo con la promoción boca a boca. “Nos dimos cuenta en realidad que el tema era omnívoro, nos gustaba más el concepto de que estábamos celebrando el lugar en donde estábamos, el concepto de comer es viajar; la forma más fácil de viajar es la comida pero si todavía no sos un turista en tu propio país, por eso decidimos que nunca íbamos a repetir el lugar”, comenta Esteban Aguirre uno de los promotores del movimiento.
Pero el año que viene Guarará se va al interior, ciudad por ciudad, cada mes, alentados porque la Secretaría Nacional de Turismo (SENATUR) declaró la actividad como de interés cultural y turístico. “Cuando SENATUR nos declara de interés cultural y turístico nos sentamos con la Revista A la Carta y nos preguntamos qué pasaría si llevamos el Guarará a una ciudad del interior a la vez y las 12 tapas del año, son 12 Guarará y son 12 viajes”.
La idea es que en cada ciudad manejen los conceptos e implementen su propio Guarará sin perjuicio de que en Asunción siga haciéndose dicha actividad. Encarnación podría ser la ciudad que tendrá el privilegio de inaugurar el Guarará en el interior.
Otra meta es que a partir del año que viene Guarará se convierta en una empresa social con el objetivo de abrir una escuela gastronómica en La Chacarita. Esto amerita que no interrumpamos al interlocutor.
-Tenemos un estudio que demuestra que entre los ocho y los doce años empieza el índice de criminalidad que luego se dispara, el primer arma que usan es arma blanca y entonces dijimos: no le quitemos el cuchillo de la mano a los chicos solo vamos a enseñarle a ganarse la vida de otra forma, cortando una cebolla, una papa.
– Nos pusimos el plazo de un año para cumplir esa meta y venimos juntando el dinero, cada Guarara deja algo en una cuenta, un conteo transparente, a partir del año que viene vamos a informar es tanto lo recaudado tanto para la meta pero más que nada para que la gente entienda que esto es un movimiento no es un evento, que tiene un fin mucho más grande.
– A nivel gastronomía, lo que vimos fue muchas fusiones, artistas invitados, antes habían cocineros que competían entre sí; porque está el cocinero contratado para manejar un restaurante y está el cocinero dueño de restaurante. Acá al final terminaban tomando una cerveza y comenzas a ver fusiones, comenzas a ver intercambio de recetas, comenzas a ver `che te recomiendo el restaurante de un amigo` y de ahí de a poquito te das cuenta que hay suficientes comensales para todo y ya no hay más esa noventosa competencia de que hay que matar a Rolandi para que sobreviva el Mburicaó; ambos pueden tener sus comensales y podes tener ganas de ir a Sin Reservas como a Flor de la Canela.
– La única regla que tiene Guarará es que para cocinar primero tenes que ser comensal. Si bien lo que se está tratando de hacer es intervenir nuevos espacios para que la gente redescubra la ciudad, el objetivo es eliminar el miedo a cocinar. Si esto arranca bien creemos que se puede convertir en un feriado gastronómico. Comenzar a la mañana con un workshop, donde los grandes chefs impartan clases magistrales de cocina. Vas a terminar el año mejor cocinero.
– Nosotros creemos que la familia es el sustento de la comunidad y de la sociedad, podes ver a chicos corriendo acá. El motivo comer hace aflorar los buenos modales en la gente, vos ves gente que normalmente estarían mirándose mal porque no se conocen nomas o porque el alcohol le pega mal y están comiendo y se limpian la boca y se saludan. Comer me lleva a decir a mi hijo ponete la servilleta, y eso genera conversación.
El Guarará tiente todavía mucho de lo que su propio nombre enuncia: batahola, bulla, estridencia y le agregamos un poco de desprolijidad, desorganización e improvisación, pero todo esto está coronado por un rotundo éxito. Guarará ha sabido hacer oídos sordos a los cantos de sirena de las grandes marcas y supo rehuir a la tentación de caer en las garras de la publicidad fácil y hoy se encamina casi sin competencia como la más importante y original actividad gastronómica de la ciudad.