El sábado pasado, en horas del mediodía, el ajetreado movimiento que suele tener el supermercado gourmet Casa Rica se volvió más intenso aún porque varios y destacados chefs de nuestro medio tomaron un sector del local para cocinar con las pocas herramientas que tenían, pero con todos los ingredientes a mano, una partida de exquisiteces que les llevó apenas un tris el prepararlos, y llevó también apenas un tris el consumirlos por los clientes y amigos que se dieron cita en la ocasión.
El público pudo ver de cerca como los cocineros elaboraban sus platos, algunos muy sencillos como el omelette a la Francesa, preparado por Peter Stenger hasta el más complicado Mole Poblano, preparado por Teddy Salgueiro, una especie de taco con un relleno hecho en base a pasta base de mole (que se consigue localmente), cuatro variedades de chile seco, cebolla, ajo, gengibre y chocolate amargo. Una comida picantona pero que queda elegantemente suavizada por el cacaco.
Pedro Cáceres sorprendió con un carpaccio de remolacha. Tiras de remolachas cortadas en tiras muy finas (cortadas gracias a una máquina para cortar fiambres) bañadas en una salsa que Pedro denomina Occi-Ori (Occidente y Oriente) una mezcla de miel, aceite de sésamo y mostaza alemana. Mientras que Juan Pablo Chamorro, muy al estido de El Dorado preparó lo que podríamos llamar una Reconstrucción de Bife Coygua. Unas busquetas sobre las que montó todos los ingredientes del plato, carne, cebolla, tomate, huevo y especias.
Por su parte, Pedro Almarza preparó carnes y huevos al estilo Primavera, es decir con profusión de vegetales y verduras de distintos colores bañadas con salsa de vainilla y en algunos casos con carnes flambeadas con caña paraguaya. Julio Fernández hizo unas pechugas en salsa de champignones con un toque de rayadura de limón.
Mientras tanto, Beto Alvarez presentó unos vegetales picaditos y con pechuguitas de pollo, ambos cocinados al horno, y aromatizados con tomillo y azafrán, todo esto gratinado con queso y aceite de oliva. Y por último, Asado Benítez, estuvo con uno de sus típicos preparados de costillas y vacíos.
La ocasión sirvió para reunir a unos cuantos «monstruos» de la gastronomía local y permitirnos verlos trabajar de cerca y ver como en tan poco tiempo y en tan sencillas condiciones pueden hacer cosas tan deliciosas como las que prepararon. Por otro lado, permitió también que haya un acercamiento entre estos profesionales, que en la mayoría de los casos están sumidos en su propia individualidad y no hayan podido relacionarse como para agruparse en alguna organización o ente que represente a este sector profesional.
Por su parte, Casa Rica tuvo la intención de hacer un homenaje por el Día del Chef, que en realidad se celebra en otra fecha, pero resultó tan positiva la experiencia que los responsables de la organización anunciaron ya que habrá otro acontecimiento similar el 18 de octubre.