Después de 10 años de silencio volvió al ruedo gastronómico en plena pandemia, pero con una propuesta de productos super congelados, con los que quiere hacer rememorar aquellos platos tradicionales de la cocina española a los que nos tenía acostumbrados, a los que agregó ahora algunas recetas de comida paraguaya. Incluso, en este campo, quiere innovar ofreciendo unas bolitas de mandioca rellenas de batiburrillo.
Carlos Fontclara, heredero de una tradición familiar en panadería, quiso volcar su vena gastronómica estableciendo un restaurante para aplicar las recetas que aprendió en su familia. “Éramos cinco hermanos y todos teníamos que ayudar en la cocina”, recuerda. En el 2003 habilitó Els Fanals sobre la avenida Aviadores del Chaco y teniente Oddone (ex Palacio de los Pollos). Allí comenzó con 20 cubiertos y terminó con 150.
Luego cuando comenzaba a despuntar en Asunción el boom gastronómico se mudó a Mc Arthur y Juan Eulogio Estigarribia, en el barrio Villa Morra. Allí en una vieja casona de estilo neocolonial con un ñembo corredor yere, se afianzó como un excelente exponente de la cocina española tradicional. “Una de las comidas estrellas era la corvina frita entera y también sacamos una versión de pira chyryry, cortadas en trocitos, se empanizaba y se freía. Servíamos con limón y sal, como entrada. Marcamos un antes y después con ciertos tipos de comida. No se conocía la escalivada (versión española de la caponata italiana) y nosotros lo ofrecíamos con el bife de chorizo y después se convirtió en acompañamiento de cualquier plato. Instalamos también el tema de las tapas”, recuerda Carlos de aquella época.
En el 2011 tuvo que cerrar el local porque su cocinero Nelson Ramírez se fue a Buenos Aires y porque tuvo la necesidad de reincorporarse a la panadería La Palmera, que pertenecía a su familia. Vendió su restaurante a los que posteriormente instalaron en el lugar el local denominado El Dorado, que marcó toda una etapa en la gastronomía porque sus platos tenían una presentación de tapa de revistas gastronómicas, al decir de Pipo Dios.
En el 2020 a Fontclara comenzó a picarle el tema de la gastronomía. “El restaurante tiene una connotación especial muy interesante, es la relación con el cliente, aparte de tener muchos amigos, hice muchos amigos, éramos uno de los pocos restaurantes, cuyo dueño siempre estaba presente, yo recorría mesa por mesa y el día que no iba me llamaban a putear”, explica.
“En febrero del 2020, me estaba preparando para abrir el restaurante, estaba buscando locales, viendo la financiación, haciendo los deberes y se armó el tema de la pandemia. Eso es el propio que por suerte no me metí. A partir de allí empiezo a darle vuelta a la comida congelada y envasada al vacío. En julio inicio el desarrollo de toda una línea de productos y en agosto salgo con cocina española y cocina paraguaya”
Todo esto tuvo su origen porque quería comer soyo y no encontraba fácilmente dónde. “Preguntaé a mis amigos hace cuanto no consumían soyo. Algunos me decían que desde que murió su abuela, otros que si querían iban al Lido o a otro lugar, pero nadie lo consumía en su casa. Esto fue el indicador de que algo estaba faltando en el mercado. Empecé a hacer pruebas, con la carne machacada no la carne molida, para que fuera más auténtica. Y a la gente que consumió le llamó la atención eso”.
Así fueron haciendo soyo, locro y luego incorporaron la famosa tortilla de papas muy requeridas en la otrora Els Fanals. “La tortilla española salió fantástica, podía estar dos meses congelada. En una oportunidad tuve exceso de pedidos de tortillas y en parte recurrí a los congelados. Después de unos días llamé y pregunté que les había parecido la tortilla. Me contestaron que parecía a la época de Els Fanals, no habían notado la diferencia. Eso nos permite tener una planificación en la producción”, expresó. En este punto, hay que recordar que los alimentos super congelados tienen la particularidad que una vez regenerados recuperan todas sus cualidades organolépticas y realmente parecen hechas en el momento.
Así comenzó la nueva etapa de Els Fanals que ahora consiste en un servicio de comida española y paraguaya super congelada, envasada al vacío que se vende por delivery. El menú de comida paraguaya incluye entre otros: locro, mbeju tradicional, mbeju al roquefort, guiso de carne, guiso de pechuga de pollo, arroz quesu, vori vori y soyo. La parte española comprende tortilla española, paella de mariscos, lentejas con poroto y panceta, callos a la madrileña con chorizo, morcilla y panceta y callos a la madrileña solo con mondongo, lomito de cerdo, lomo de cerdo relleno, cordero guisado, strogonoff de carne, etc.
CON BATIBURRILLO
Una de las novedades que está desarrollando es una receta denominada bolitas de mandioca rellenas con batiburrillo. Se trata de un programa conjunto entre Els Fanals y la Gobernación de Misiones. La intención es revitalizar la gastronomía misionera. La Gobernación se encarga de entregar el batiburrillo y Els Fanals tiene a su cargo la elaboración de la masa y del producto final.
“Es un producto muy noble que no tiene mucha difusión. Nunca probé el batiburrillo, yo me imaginaba que era como un caldo avá, pero es como una pasta que tiene un sabor muy fino. Es una exquisitez”, dijo Carlos. Este producto que está en etapa experimental se puede encontrar los martes en el Agro Shopping donde la citada gobernación tiene un stand.
Los productos congelados de Els Fanals solo pueden conseguirse por delivery. Su centro de producción se encuentra en Lambaré y el servicio de entrega se extiende a toda Asunción y el Departamento Central. “Esto es por dos cuestiones, nos permite controlar mejor la temperatura y también el costo, ya que la venta a través de un intermediario incide 30% en el costo. Fontclara también tiene una línea de productos de alimentos con almidón con la marcha Chipa-i que si pueden encontrarse en los supermercados.
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