A pesar de que muchos en las redes sociales le trataron de refugiado, el colombiano Julián Endara ganador del MasterChef Profesionales dijo que “ama el Paraguay” y aunque vaya a otro lado señaló que este país “me dio todo y se merece y yo me merezco tener algo aquí de por vida”. Decidió participar en el programa como una estrategia para hacer conocer el restaurante El Hormiguero. Si bien recibió atractivas ofertas para trabajar en Colombia prefiere quedarse aunque ansía viajar para conocer más de gastronomía.
¿Qué significado tiene para vos este premio?
Para mí, tiene varios significados. El primero es darle un motivo de orgullo a mi familia. Al estar tan lejos, siempre quieren que uno cumpla su sueño y ellos han sido partícipes de todo este esfuerzo. Segundo, en la parte profesional significa un reconocimiento en Paraguay y en mi país de un trabajo que he venido haciendo desde hace 15 años para estar en las primeras posiciones. Eso es lo que pienso del premio. Y es un orgullo para mi familia y para Colombia.
¿Cómo repercutió en Paraguay?
Mucha gente apoyándome, gente del gremio que me conoce y sabe mi trabajo estuvieron contentos y felices. En el supermercado me buscaban para sacarse una foto, especialmente los niños. Es impresionante ver cómo piden a los papa para quitarse una foto con el Masterchef. Viene el papa y me dice: “él es tu fan, pero yo prefería a otro”.
¿Y en Colombia?
Bastante, salió en las noticias allá, en la parte de espectáculos. Tuvo una repercusión grande en el gremio. En Colombia no me conocen pero esto funcionó mucho como para que digan, allá hay un colombiano que está haciendo patria y que está dejando bien la bandera de Colombia. Y la embajada de Colombia también, me mandó una tarjeta. Cuando llegó el nuevo embajador me reuní con él.
¿Decías que participar en MasterChef fue una estrategia?
Cuando hablábamos con los colegas un día, alguien preguntó quién quería participar en MasterChef. La mayoría dijo no, porque no iban a permitir que los califiquen. Y la cuestión de egos a veces influye. Yo dije, me voy a ir y me voy a divertir, con un solo propósito: que es la estrategia de marketing para que el restaurante llegue más a las casas y a cierto público. Porque soy totalmente consciente que no todo el público puede venir a probar la comida, no porque sea costosa sino porque a veces no tienen los recursos. No sé el estrato social de la gente que ve el concurso por televisión. Pienso que son la gente más humilde, y en algún momento sacaré algo para que pueda venir mucha gente y puedan venir a probar, no importa la clase social. La estrategia fue, entrar al concurso para llegar más a la gente y venga más al restaurante. La plata del premio estaba en un segundo plano. Hasta el capítulo final nunca pregunte cuánto dinero era, pero tenía entendido que era un dinero. Me servirá para ir a Colombia, llevarles algo a mis sobrinos. (El premio consistió en 50 millones de guaraníes y un curso de cocina en el IGA)
¿Que cambia el premio para vos?
Lo que hace es potenciar mi carrera. El título de Primer MasterChef Profesional me da a nivel de la carrera un nivel de reconocimiento de los cocineros, me han escrito muchos estudiantes de cocina y cocineros de gran talla acá en Paraguay. Me felicitaron mucha gente que trabaja, me vieron muy seguro muy profesional como lo decían en el programa.
¿Qué proyectos tenés?
A raíz de esto, surgieron varias propuestas. Una de ellas en Colombia junto a Jorge Rausch en el restaurante Criterion, es el jurado de MasterChef en Colombia, Ecuador y Chile. Pero yo pienso que no quiero ir a ser un empleado, yo aquí ya tengo mi proyecto y este es mi sueño, por más que hay que empujar el carro porque está difícil. Pero también está la posibilidad de abrir un local en Barranquilla. Allá hay un empresario que siempre ha creído en mí y ahora recibí una llamada suya y me preguntó si estaba interesado. Eso es algo a mediano plazo y largo plazo.
Pero yo estoy enamorado de Paraguay, este país me ha regalado buenos amigos, colegas, mi conocimiento, por más que me digan que soy un refugiado y me pidan que me vaya a mi país. Y aunque me vaya a otro lado, siempre voy a tener algo en Paraguay, una casa donde pueda llegar yo, mi familia, mis hijos (si llego a tener) que lleguen amigos y aquí está mi centro para que pueda ir a Argentina, Brasil: Para mí es un país que me dio todo y se merece y yo me merezco tener algo aquí de por vida.
¿Cuál es el ejemplo en el cual te mirás?
Entre la gente y cocineros conocidos siempre para mí fue un motivo de admiración Mauricio Colagreco. Hay un cocinero español ya fallecido, Santi Santamaría era un gran ejemplo porque era lo contrario a Ferrán Adrià, hacía una tremenda gastronomía pero sin la necesidad de químicos ni nada. A nivel personal y profesional mi mentor fue Iván Galofre es el director académico del centro Gato Dumas de Colombia. Me enseñó, me entrenó y siempre lo seguí. Cuando le envíe todo y lo vio lloró de la alegría. Es mi papá en la gastronomía.
¿Qué crees que te falta como profesional?
A mi falta muchísimo, mucha experiencia, me falta viajar. Quiero viajar a capacitarme a probar restaurantes, diría que me faltaría irme de pasantía pero ya no da para regalar nada a restaurantes y no cobrar, además que ya tengo otras responsabilidades. Pienso que viajando, comiendo, uno agarra bastantes ideas, conoce muchas culturas. Quiero estudiar fotografía, porque quisiera hacer un libro más adelante que tenga mis propias fotos, de mis comidas, de mis recetas. Ahora voy a estudiar pastelería o enología y estar en continua preparación.
¿Cuál fue el momento más difícil que viviste en MasterChef?
Para mí la semifinal fue sangrienta. Para mí fue como la final de verdad. El Buey de Mar yo nunca lo había manejado. Yo manejé langosta, algo muy parecido al bogavante, leía tutoriales y me acordé de la mayoría. Coincidentemente en esos días estaba viendo un tutorial y salió la mayonesa de Buey, un clásico español, que yo lo vi en un programa español.
Finalmente, Julián recordó a sus compañeros, en especial a Juan Angel Villamayor, quién sin lugar a dudas fue el más popular y preferido por el público. “Es una máquina para trabajar, una persona increíble, una persona muy inteligente, sabe de dónde agarrarse para sobresalir y no lo niego y a él costó porque es un cocinero más de producción. Si hubiera tenido la oportunidad de salir al mundo, hubiera sido un cocinero excelente y hubiera tenido más posibilidades. Yo he tenido la oportunidad de trabajar más en restaurantes, que es más delicado, que es más de técnica, más estético, siempre respetando más los sabores y Rodrigo una persona sumamente emocional, joven un poco inmaduro y eso siempre le afectó”.