Unos mini budines de naranja, miel de caña y maní. Una foto de archivo que muestra cómo se puede desarrollar la cocina paraguaya con ingredientes típicos nacionales.
Unos mini budines de naranja, miel de caña y maní. Una foto de archivo que muestra cómo se puede desarrollar la cocina paraguaya con ingredientes típicos nacionales y buscar ser un atractivo turístico gastronómico.

La designación de Asunción como capital iberoamericana de la gastronomía para el periodo 2023-2024, es la mayor oportunidad que hasta el presente tiene la gastronomía paraguaya para exhibirse y abrirse hacia el mercado internacional. Y de paso también es una gran oportunidad para el desarrollo del turismo ya que hoy día no se concibe turismo sin la consiguiente oferta de comidas y bebidas característicos de los lugares que se visitan.

Ser capital iberoamericana de la gastronomía implica que todas las miradas internacionales estarán puestas sobre la cultura gastronómica de nuestro país y si se aprovecha bien el turismo que genera este interés puede ubicarnos como un destino gastronómico, no solo para el periodo por el cual rige ese criterio de capitalidad sino de forma permanente, Pero para eso debemos atraer y encantar a los extranjeros con nuestra cocina típica y nuestra gastronomía.

RIQUEZA NO EXPLOTADA. Paraguay tiene mucha riqueza gastronómica, pero no está desarrollada y se necesita un esfuerzo de revalorización para lo cual se requiere de mucho tiempo de investigación, esfuerzo y materialización. Esta designación podría ser el punto de partida para un trabajo serio de recuperación de la cocina típica paraguaya. Eso es lo que esencialmente tenemos que exhibir a los ojos que vendrán de afuera atraídos por la capitalidad gastronómica.

Actualmente, es muy pobre la oferta pública o comercial de la comida típica paraguaya. Abundan y existen en casi todos los locales gastronómicos: sopa paraguaya, chipa guazú, chipa, mbeju… y para de contar. No queda un solo restaurante de cocina típica paraguaya tras la desaparición de Kamambú. Un extranjero no puede encontrar en un solo lugar un compendio, un resumen o una muestra de lo que aquí se come. Para eso habría que hacer un tour por Lido Bar, Bolsi, Ña Eustaquia, La Herencia, Ña Virginia y alguno que otro local más. Existen algunos llaneros solitarios contemporáneos como Pakuri, Cocina Clandestina y en menor medida Tierra Colorada.

LA FUERZA DEL INTERIOR. Las más genuinas y mejores expresiones de la cocina típica paraguaya provienen del interior del país. Tampoco allí existe una oferta constante, permanente y amplia. Las expresiones de nuestra gastronomía se manifiestan por lo general en fiestas patronales, kermeses y ferias populares, que también se realizan en la capital. La mayor expresión de la cocina típica paraguaya la tuvimos durante el evento denominado “Paraguay Rembi´u”, la Feria Gastronómica de los Pueblos, organizada por la federación que agrupa a los residentes del interior.

Estas expresiones culinarias, son las que, una vez elevadas a la enésima potencia en calidad y presentación, debemos presentar a los visitantes de otras tierras que puedan acudir a interesarse por nuestra cultura gastronómica.  El profesor e investigador gastronómico Clemente Cáceres suele en algunas fechas evocativas desarrollar su proyecto “Tembi´u Paraguay”, una muestra, que a veces llega a los 50 platos, de recetas paraguayas, muchas de las cuales están rumbo a la desaparición o el olvido.

ASUNCION TIENE LO SUYO. Asunción también tiene sus tesoros. El “boom” gastronómico trajo a la ciudad una gran cantidad de restaurantes con las más variadas ofertas culinarias provenientes de todo el mundo. Nada extraordinario, nada que un extranjero no pueda encontrar en sus lugares de origen. Existen, sin embargo, dos factores que pueden marcar una diferencia a nuestro favor. Asunción, sigue siendo una de las capitales iberoamericanas más baratas para las experiencias gastronómicas y tenemos un producto estrella, que puede competir con el más pintado internacionalmente: la carne vacuna. Sin la misma trascendencia, aparecen también un poco más atrás, el preciado surubí y ahora la caña paraguaya.

Así tenemos pintado, en apretada síntesis, la mayor riqueza de nuestro patrimonio gastronómico que es lo que debemos explotar para tratar de convertir a Asunción y por ende al país, en un destino turístico gastronómico. Es una menuda tarea que obligará a definir a quién corresponde encararlo. La designación de Asunción como capital iberoamericana de la gastronomía fue realizada por la Academia Iberoamericana de Gastronomía, una entidad con sede en Madrid, España que agrupa a las academias similares de otros 16 países. Es una entidad civil.

QUIEN SE HARA CARGO. En Paraguay, el anuncio lo realizó la ministra de Turismo, Sofía Montiel de Afara, porque fue quién recibió la notificación oficial. Y esto genera varios puntos que deberán definirse. El primer lugar, el Gobierno debe manifestar su interés en llevar adelante acciones para potenciar esta capitalidad. Sofía Montiel es la funcionaria de gobierno que más contacto tiene con los dos sectores involucrados: la gastronomía y el turismo. El problema es que está de salida, su mandato fenece con el del actual Gobierno y el estar con un pie adentro y otro afuera dificulta todas las iniciativas que pueda tomar.

En segundo lugar, se requiere de un presupuesto que no tiene la Secretaría de Turismo. Y después se necesitan planes, que tampoco tiene para este efecto. Se debe entender, de una vez por todas, que el turismo gastronómico no debe centrarse solo en el desarrollo de posadas turísticas, sino en la capacidad de crear atractivos para que nos visiten los de afuera. Un programa para el desarrollo de la capitalidad gastronómica deberá abarcar eventos, conferencias, ferias, visitas de personalidades extranjeras, sobre todo de periodistas que después funcionarán como caja de resonancia. Esto excede la capacidad ejecutiva y financiera de la Secretaría de Turismo.

ODESUR GASTRONOMICO. La Academia Paraguaya de Gastronomía (APYGA) será la entidad anfitriona, pero está cimentada en la solitaria y tesonera labor de su presidente, Carlos Insfrán Micossi, También se verá excedida en su capacidad y habrá que formar equipos, comisiones y departamentos con representantes y expertos de otros sectores dentro del espectro de la gastronomía. Si se quiere aprovechar esta oportunidad única, y que por primera vez tenemos, de acaparar la atención internacional por efecto de una distinción y una designación, que por efecto contrario podría desnudar nuestra falencias y miserias. La gastronomía paraguaya hoy en día ve, como países vecinos tratan de escamotearnos productos de nuestro patrimonio gastronómico y esta es la oportunidad para reivindicar, reafirmar y exhibir parte de nuestra cultura. Si nos organizamos, esto podría ser algo así como un Odesur gastronómico.

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