Vista general del salón del restaurante Josephine que se adhiere a la celebración de la gastronomía francesa.
Josephine, el último gran restaurante habilitado por el Grupo Talleyrando,. Como todos, está cerrado y convertido en centro de atención despacho del delivery que habilitó la empresa para hacer frente a la cuarentena impuesta por el coronavirus.
Josephine, el último gran restaurante habilitado por el Grupo Talleyrando,. Como todos, está cerrado y convertido en centro de atención despacho del delivery que habilitó la empresa para hacer frente a la cuarentena impuesta por el coronavirus.

Estas palabras suenas muy optimistas en relación a los efectos que causa la pandemia de coronavirus en el sector gastronómico en nuestro país. Pero Carlos Raúl Vallejos Roldán, cabeza del grupo familiar considera que “no todo está perdido” y dejando de lado el tono alarmista sostiene que la mala época va a pasar y que no todo está perdido. Se trata de una de las más importantes empresas del ramo en nuestro país.

“Estamos pensando primero que nada que debemos acatar las disposiciones gubernamentales, nos parecen acertadas las medidas de aislamiento social que fueron impuestos. Es lo único que podemos hacer, nosotros hemos parado todos los restaurantes a partir del 11 de marzo. Estamos tratando de contener a todos nuestros funcionarios”, nos dice de entrada.

“Algunos de ellos tienen 44 años de antigüedad son como de la  familia, estamos adoptando todas las medidas de contención recomendadas, estamos en permanente contacto con nuestros funcionarios, hemos abonado los salarios hasta el mes de marzo, después hemos recurrido a la suspensión de los contratos de trabajo”, agregó.

El grupo Tayllerand tiene actualmente cuatro restaurantes: Maurice (Paseo La Galería), Talleyrand Shopping del Sol, Talleyrand Centro, Josephine (frente al colegio Santa Clara) y actualmente está pendiente de habilitación un local en el Hotel Palmaroga. Además cuenta con un servicio de catering, uno de los más importantes del medio y posee uno de los salones de eventos más grandes ubicado en la Costanera. Se estima que al año venden unos 250.000 platos considerando todos estos servicios. Emplea en forma directa a 125 personas.

La empresa es propiedad de la familia Vallejos. La cabeza es Rosita Roldán de Vallejos cuyo esposo Carlos Vallejos Salaberry fue el creador del primer restaurante Talleyrand. Tuvieron cinco hijos quienes se hicieron cargo del negocio y nuestro entrevistado Carlos Raúl es el administrador general pero además el visionario, quién logró convertir el negocio en el emporio que es actualmente.

¿Cómo estás viendo esta situación del coronavirus?

Yo creo que esto va a pasar, somos optimistas, hubo otros problemas a lo largo de los 40 años que nosotros tenemos de existencia en el mercado y siempre se salió adelante, hemos extremado las precauciones, para cuidar de la salud de nuestros clientes y colaboradores. Y ahora el delibera es una de nuestras fortalezas.

Tenemos mucho éxito en la parte de entrega a domicilio, en este rubro aumentó mucho la venta, pero es muy poco si consideramos el total de ventas que antes teníamos. Pero aprovechamos la oportunidad para hacer rotar al personal haciendo un permanente cambio en el plantel para que todos puedan seguir trabajando y de esa manera mantener unida a la familia Talleyrand.

¿Y como van con respecto a los eventos?

Los clientes se están reprogramando y los eventos se están juntando hacia fin de año que es una época en donde abundan las colaciones, las reuniones empresariales. La gente tiene un poco de miedo pero sigue teniendo la intención de casarse y a la espera que esta situación vaya pasando, establecen nuevas fechas para las bodas y todas tirando hacia el fin de año. En este momento para nosotros lo más importante es la salud.

¿Cuál es el futuro que avizoran para el negocio?

Todavía no está claro el panorama, yo creo que el Banco Central y el Ministerio de Hacienda están trabajando y evaluando lo que va pasando y de acuerdo a eso van a ir sacando las medidas adecuadas. Todas las empresas de nuestro rubro van a perder una plata importante, habrá algunos que ya no querrán seguir y cambiaran de rubro, y otros que como nosotros vamos a seguir, vamos a ver cómo nos adaptamos. Con el tiempo se recupera todo. Es muy alarmista decir que todo está perdido, no es así.

¿No decís esto porque Uds., tienen una espalda más ancha que los demás?

Nosotros somos una familia numerosa y todos trabajamos, uno es chofer, otro hace las compras, etc., y acá se ve que eso es una gran ventaja. Trabajamos en familia y aparte de eso, cuidamos a funcionarios, gente de 15, 20 años de antigüedad, que se formó con nosotros, ese es un valor que comparativamente con otras empresas nos da una ventaja. Nosotros rescatamos ese valor.

En qué sector recibieron ustedes el mayor golpe, ¿catering, eventos o restaurantes?

No tiene sentido hacer esa evaluación en este momento. Están cerrados los restaurantes, hacia fin de año comenzó a caer el catering, no vale la pena hablar, hace un mes y medio estamos parados, recién a fin de año tendrá más sentido hacer esa evaluación. Mientras tanto continuamos con el delivery y Palmaroga se habilitará cuando haya oportunidad, vamos a ver como armamos todo eso.

 

 

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