El cocinero hereje dejó de existir

10 junio, 2017
Teddy Salgueiro, ataviado con un traje típico hindú. Fue durante el festejo del Día del Chef en Casa Rica (2014).

Teddy Salgueiro, ataviado con un traje típico hindú. Fue durante el festejo del Día del Chef en Casa Rica (2014).

Falleció inesperadamente esta mañana, Teddy Salgueiro a quien conocíamos con el apelativo de “El Cocinero Hereje”. Un paro cardiaco le sorprendió en su lecho y le arrebató la posibilidad de seguir deleitándonos con sus platos exóticos. Deja huérfanos a cinco hijos y le sobreviven dos hermanas y su madre. Su cuerpo será enterrado mañana en el cementerio de La Recoleta.

Tenía apenas 48 años de edad y desde hace un buen tiempo vivía muy afectado por la relación con sus hijos de los cuáles estaba separado. “Agradezco a Dios que lo haya llevado de esa manera”, nos comentó su madre, con quien vivía en el barrio Recoleta. Anoche se acostó a dormir sin que nada hiciera sospechar que se sumiría en el sueño eterno.

Abogado de profesión, realizó varias especializaciones en el exterior, especialmente en Francia, donde entró en contacto con una de sus principales aficiones: la cocina exótica. Hizo viajes a la India y a otros países del Oriente acrecentando sus conocimientos acerca de las milenarias expresiones culinarias de esa región.

De regreso al país y mucho antes de que la gastronomía experimentara el boom de nuestros días, Teddy junto a su señora Alicia Martínez inauguró allá por el 2012 un restaurante innovador “La Cocina Hereje”, que se caracterizaba por una propuesta muy novedosa para nuestro medio. “Hacer semejante cocina” era como una herejía gastronómica, una rebeldía, en contra de los cánones preestablecidos, explicaba.

En aquel tiempo no existía Little India ni Nadia Assad, cocinaba para el público platos indo paquistaníes. La cocina de Teddy tenía mucho de ambos, del uso de especias. Le encantaba el cardamomo. Pero también estaba deslumbrado por la cocina de México. Algunos de sus platos eran fruto de una búsqueda histórica. Contaba que cierta vez llegó a sus manos el Diario de Marco Polo, en donde se describía El Cordero de Cachemira, el plato preferido del viajero italiano.

De México solía recurrir al Mole Poblano, una receta pre colombina, que los aztecas preparaban para los grandes señores y que Teddy mencionaba que dieron de comer al conquistador español Hernán Cortes para agasajarlo. No quería que lo consideren ni que lo llamen cocinero, se consideraba un artista, una especie de alquimista de las especias.

La Cocina Hereje tuvo un éxito muy fugaz. Hubo desavenencias en la pareja. Se separaron y el local tuvo que cerrar muy pronto. De allí Teddy pasó a habilitar en la sede de la Alianza Francesa, otro local muy original El Bistró de Fausto, donde El Cordero de Cachemira se constituyó en la estrella gastronómica. Pero la inconstancia, iba a constituirse en una de las características de su faceta gastronómica y el nuevo local también sucumbió ante ella.

Nuestro radar no lo registra en los tiempos inmediatamente posteriores a esta aventura. Reapareció en el 2014 en una cena maridaje organizada por Casa Rica y periódicamente realizaba cenas privadas en casas particulares, para amigos o extraños.  Hasta que a mediados de junio del 2015 sentó cabeza en un proyecto primoroso junto a María Esther Bogarín y Ana Cabello: Alibi Bistró. Allí Teddy dio rienda suelta a su imaginación y desarrolló la más extensa serie de cenas temáticas que se recuerden en Asunción: cocina griega, cocina marroquí, cocina fenicia, cocina egipcia, cocina mexicana, pasando por supuesto por un montón de clásicos. Pero acabó como acabaron todos sus proyectos gastronómicos. De esa época, todavía tenemos en la memoria gustativa el recuerdo de un helado de especias con pimienta roja que nos sirvió en una ocasión.

Teddy tenía un lado muy humanitario (se especializó en Derechos Humanos) y en los últimos tiempos armó a través del Facebook, un gran berrinche porque la Intendencia Municipal había desalojado injustamente de la Plaza Infante Rivarola (al lado de los shopings Villa Morra y Mariscal), a los vendedores de yuyos. Siempre caminaba por allí y asumió esa causa hasta restituirlos en sus puestos. Así también actuó con un grupo de inmigrantes sirios que llegaron al país huyendo de la guerra, sin contar siquiera con documentos personales. Tomó el caso en su calidad de  profesional, hasta que obtuvieron un estatus legal y pudieron permanecer en el país, hasta que quisieron.

Lastimosamente, esta vez la inconstancia no le va a valer para saltarse a otra aventura. Es probable que si prepara algún banquete exótico para los ángeles encuentre la paz que tantas veces se le mostró esquiva.

* El velatorio se realizará en la Funeraria Cañete e Hijos, situado en Choferes del Chaco 1753.

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