Las 3 calaveras tuvieron que hacer urgentemente las maletas y mudarse de improviso. Allí, dónde estaban no podían seguir, el dueño del inmueble les puso una espada de Damocles sobre la cabeza y casi casi tuvieron que salir pitando. Por suerte, una hermana que tenía títulos nobiliarios se había establecido cerca y los acogió fraternalmente. Sólo que murió en el esfuerzo. Pero no es para rezar por su eterno descanso, tal vez sea un descanso pasajero.
Las 3 Calacas, el exitoso restaurante de estilo mexicano, establecido hace dos años sobre Cruz del Chaco entre López Moreira y Souza, tuvieron que cambiar de locación al no poder renovar el contrato de alquiler. Menudo era el problema, estaban en una buena zona, dónde habían conquistado una importante clientela y las opciones que tenían eran realmente escasas y poco alentadoras.
Felizmente, sus propietarios habían habilitado hace pocos meses otro restaurante La Condesa, ubicado sobre López Moreira entre Cruz del Chaco y Cruz del Defensor, es decir a la vuelta de la esquina. Y la solución que encontraron más viable fue el de desalojar a La Condesa para dar lugar a Las 3 Calacas. Es decir apelaron a eso de “es mejor un éxito conocido que otro por conocer”. Y La Condesa nació pero no vivió lo suficiente para saber cómo venía la cosa.
En cambio, Las 3 calacas no solo sobrevivió sino que se rejuveneció. Pues heredó todos los bienes de La Condesa, entre ellos un local, mucho más amplio y cómodo. Ahora tiene un inmenso salón principal, una barra importante, una entrada imponente, una cocina mejor equipada y hasta un tatakuá en donde La Condesa preparaba sus platillos más interesantes.
Las 3 calacas mantiene siempre su ambiente y servicio de informalidad. Su propietario Carlos Salazar, quién junto a su esposa montó el local, define su estilo como fun service, fun Food. Una modalidad copiada de los locales que abundan en Cancún, México. No hay espacio ni lugar para quienes son acartonados, para quienes exigen las normas de etiqueta, ni para los que gustan de ambientes tranquilos y serenos.
Allí, los mozos son unos personajes, no porque lo sean en sí mismos, sino porque están disfrazados de El Chavo, la Chilindrina, Kilo y Don Ramón. Creo que también hay uno que encarna al profesor Jirafales. Por lo tanto, seguro que los clientes no son recibidos con un ¡Buenas Noches, que le gustaría servirse, quisiera mirar la carta!. Y nada de esperar que el mozo se quede parado, casi inerte, al lado de uno esperando la orden, seguro que harán algunos de esos acostumbrados mohines de aquellos personajes.
Si Las 3 calacas tenían, en su local inicial, una ambientación muy característica y fuera de lo normal. En el nuevo, redoblaron la apuesta. Ahora sí que es un verdadero mercado persa. Es decir un lugar, en dónde se encuentra todo tipo de cosas. Las paredes están llenas de fotos, recortes, carteles, vasijas, objetos de las más diversas fuentes pero dónde abundan las provenientes de la iconografía e imaginería mexicana. El propio que pusieron o colgaron en los espacios libres, todo lo que encontaron.
Cuando uno entra allí, lo primero que le viene a la mente de las imágenes locales, es una casilla del Mercado Cuatro, donde a veces las frutas o verduras multicolores coexisten con la oferta de ropas o una de esas fiestas patronales, las paganas, que se realizan en algunos pueblitos del interior del país. Es un maremágnum multicolor que convierte el desorden visual que genera, en un estilo, en una identificación con la cual parece que muchos que son clientes están conformes.
Increíblemente, en un ambiente así, que parece destinado a los jóvenes, incluso a los más jóvenes pero, curiosamente, atrae también a una nutrida fauna de adultos que seguramente encuentran divertida esta propuesta. Nos enteramos que recientemente una señora de más de 80 años festejó allí el día de su onomástico.
En materia gastronómica a sus tradicionales nachos, tacos, quesadillas, queso cilantro, burritos y otras yerbas ahora le agregaron las pizzas al tatakuá, los nachos rellenos con carne de pollo, las chimichangas (un burrito gigante relleno con papas, especias, carne de pollo acompañado de frijoles, arroz y queso grillado) y los entomatados (tacos sellados, rellenos de pollo con salsa roja).
En materia de tragos, aparte de la tradicional margarita, ofrecen un trago denominado Ta ta tá (la famosa interjección del profesor Jirafales) una combinación de tequila, Triple Sec, ginebra, jugo de naranja y lima. Está Ron Damón, ron y amaretto, jugo de limón y Coca. Y el más nuevo de todos se llama El Chapo (en alusión al famoso narcotraficante que escapó espectacularmente de la cárcel de máxima seguridad en México), y contiene licor de durazno, tequila, limón y Sprite. También tiene toda una gama de “coctelería molecular”, tragos con hielo seco.
Está abierto de lunes a lunes desde las 19:30. Las personas serias y formales, abstenerse.