Es difícil imaginar en nuestro medio una mejor ambientación para un restaurante. No se escatimó recursos en la decoración. Los muebles son de Le Galion, de las paredes y el techo penden amplias y largas cortinas y lienzos, así como arañas de todo tipo y tamaños. El local está salpicado de delicados objetos decorativos. La tapicería y la mantelería lucen por su calidad. Es como si alguien dijera, Para Cuando la Vida si no me voy a poder dar el lujo de tener un restaurante así. Seguramente, eso fue lo que pensó Nora Zapag cuando encaró su restaurante.
Cuando uno entra a Para Cuando la Vida, tiene la impresión de que está asistiendo a una fiesta, un agasajo, un cumpleaños, tal vez un casamiento. Todo está chiche bombón. Y en puridad de verdad el restaurante es un chiche. Es algo muy delicado como esos pequeños objetos valiosos que atesoramos en nuestra vida. Así como lo atesora Nora.
De chiquita siempre quiso tener un “boliche”. Cuando se casó quería tener una confitería pero su marido no la dejaba. Cuando se separó llevó adelante su idea. Primero pensó en una cafetería pero luego comenzó a mirar las fotos de sus viajes y encontró lo que quería. Lo que vio fue lo que posteriormente se concretó en Para Cuando la Vida.
La mayoría de los restaurantes no tienen la posibilidad de tener un local tan decorado. Para Cuando la Vida, ya sufrió varias transformaciones. “Esto lo hago para que pueda expresar lo que siento, lo que soy, para poder decorar y cambiar”, dice Nora. En su familia, fue educada en una férrea disciplina del trabajo, a los 18 años su padre Abraham Zapag le dio las llaves de Ñaro para que se haga cargo del negocio. Desde entonces no paró de trabajar y es como que ahora se da el gusto, pese a que no puede descuidar sus otras actividades empresariales marcadas por grandes intereses económicos.
Los constantes cambios que Para Cuando la Vida realiza en la ambientación los encara con sus ingresos personales para que los gastos no incidan en el presupuesto del restaurante. Además, Nora tiene la facilidad de contar con gran cantidad de muebles que los va adquiriendo cada vez que se casa un hijo o sus sobrinos. Con todos los muebles que fue acumulando, habilitó una empresa de alquiler para eventos: lagaleria.com.py
Esto le permite “jugar” constantemente con la decoración. “Cada vez que hay una fecha propicia hacemos algo especial”, dice y nos cuenta que el próximo 14 de febrero el local se convertirá en Para Cuando el Amor y tendrá una decoración preparada por Oscar Guccione, que por lo que pudimos apreciar dejará con la boca abierta a más de uno. Y para marzo se anuncia un estilo rùstico. “Para Cuando la Vida, es pasión y si tenés la capacidad económica para hacerlo…”
Si bien el restaurante es muy ambicioso en su presentación, tratan de que sea accesible a todas las edades y personas de distinta condición posición social. “No queremos que sea un lugar elitista, los precios no son prohibitivos, es un lugar abierto a todo el mundo”, aclara Nora.
LA GASTRONOMIA
El menú que ofrece Para Cuando la Vida, es muy extenso. Hay una carta, para la hora del almuerzo, otra para la hora de la merienda y el menú principal que es para la hora de la cena, con cocina de autor. Cuando le preguntamos a Nora, si no representaba un problema una oferta tan grande y variada nos dijo que en la cocina el personal es numeroso y no existe problema al respecto.
Para el mediodía predominan las pastas y las carnes. Para cuando baja el sol y cae la noche se sugieren los sándwiches y entrada la noche aparecen platos tales como una cazuela de calabaza, mariscos, caviar y arroz blanco. O un picada del mar que contiene, langostinos apanados, mejillones a la provenzal, rabas, papas españolas y salsa tártara. También asoman unas mollejas, preparadas con hongos, whisky, croutones y una fondue de quesos.
Sin embargo, el plato preferido por los clientes es el tallarín negro con camarones y salsa de queso cheddar. No puede dejar de mencionarse entre los más solicitados a las costillas de cordero, con arroz silvestre, shitaki y granos de mostaza.
Los precios son oscilantes y van desde 15.000 que cuestan los sanwhiches fríos o calientes del menú de la merienda hasta 150.000 que cuestan algunos platos de la cocina de autor que sirven a la noche.
Entre el medio, se puede encontrar un buffet de carnes frías y ensaladas de 40.000 guaraníes que se sirve a la hora del almuerzo de 11:00 a 15:00, y algunos platos de la cocina de autor que alcanzan 35.000 guaraníes.
Con la carta de vinos, pasa lo mismo, una extensa lista tiene uno a su disposición en donde se puede encontrar de todo. La mayoría vinos reservas de origen argentino, chileno, español, e italiano, incluyendo vino de Nueva Zelanda (Chardonay y Sauvignom Blanc). Hay vinos de casi todas las cepas y varios blends. Se puede encontrar un Indómita Gran Reserva de 60.000 guaraníes como un Champagne Rose Don Julinart Brut de 4.500.000 guaraníes.
A la hora de los postres, los preferidos son: Lemon courd, que es una crema que se elabora con el coagulo de la leche y jugo de limón, servido sobre una ma masa, y lleva un coronamiento de jalea de frutos rojos y crocantes de coco. También está el pie de banana, con leche condensada y mouse de chocolate.
La elaboración del menú y el trabajo inicial de la cocina estuvo a cargo de Mariana Mersán, quién luego se retiró para encarar nuevos emprendimientos y también colaboró en el asesoramiento Pablo Pappalardo. Hoy día el chef del restaurante es Pedro González.
En Para Cuando la Vida no quieren dejar de lado ningún detalle, por eso el restaurante contrató a un tecnólogo en alimentos para que periódicamente controle la elaboración y conservación de los preparados así como de la materia prima. También periódicamente, realizan un examen laboratorial de las palmas de las manos de las personas que trabajan en la cocina, para determinar la cantidad de bacterias y gérmenes que puedan existir.
Y bien, si uno puede, debería darse el gusto, porque sino Para Cuando es La Vida.
Excelente artículo! Felicitaciones para Nora. Hermosas las fotos y creo que nada quedo por decir. Sólo desear que sigan los éxitos y los demás restaurantes tengan una SANA envidia de lo que PARA CUANDO LA VIDA puede lograr.