El vino blanco es igual o más interesante que el tinto

Así lo dijo Oliver Gayet, palabra santa en materia de vinos. Es que el blanco tiene la particularidad de que permite apreciar mejor sus aromas y distintos sabores. Y por sobre todo el vino blanco se puede maridar con todo tipo de comidas, excepto con la carne roja. Tiene además la particularidad de que se puede beber a temperaturas inferiores lo que le hace atractivo para el consumo en épocas de calor.

Asistir a una cata de vinos dirigida por Oliver Gayet, es un ejercicio de placer. Es además un baño de conocimiento, donde lo académico muchas veces cede su lugar a lo anecdótico y el encuentro se transforma en una degustación de vino, de historia y de perlitas que en forma intermitente y constante, casi como las burbujas de un espumante,  van subiendo a medida que el sommelier y los invitados entran en calor.

Anoche, la importadora y bodega boutique DECANTER organizó una cata en El Molinillo de Café de Casa Rica, con la particularidad, no tan común, que la degustación se hizo exclusivamente de los vinos blancos que esa firma ofrece en el mercado. La idea de los responsables es propiciar e incentivar el consumo de ese tipo de vino.

Solo un poco de vino blanco

Según Oliver, nuestro país consume un 95% de vino tinto y el resto de vino blanco. Considera que en gran parte es por desconocimiento y estima que en Paraguay el blanco debe consumirse un 60% 0 70% más en verano. Sabido es que el blanco puede llevarse a la boca a temperaturas de hasta 7º C, lo que lo vuelve más apetecible cuando arrecia el calor.

En su exposición, Gayet dijo que el vino blanco es mucho o más interesante que el vino tinto sobre todo para una degustación porque se puede apreciar mejor los aromas y sabores y distinguir las distintas variedades de la uva blanca. Pero el dato más elocuente es que el vino blanco se puede maridar con todo tipo de comidas, dulces o saladas, pastas o verduras, con la sola excepción de que no es recomendable acompañar las carnes rojas.

Durante la degustación, se comenzó con un Lorca Fantasía Torrentés y sobre el punto el sommelier informó que en el mundo existen 8.700 de uvas vitiviniferas y la única originaria de Sudamérica es el Torrentés, que actualmente es como el emblema de la producción enológica Argentina, después del Malbec.

El Torrentés se produce mucho en Salta y en Mendoza, de donde proviene el Lorca Fantasía, de una bodega boutique propiedad de Mauricio Lorca, quien es uno de cinco mejores enólogos de la Argentina. El vino en cuestión tiene un aroma dulzón pero cuando uno lo lleva a la boca es totalmente diferente y deja un largo sabor un tanto ácido, lo que le hace atractivo para servir con el aperitivo.

Otra nota de color, lo dio Oliver a la hora de degustar un Ricardo Santos Semillón, de procedencia argentina. Ricardo Santos es conocido como el Señor Malbec, por el gran trabajo que realizó con esa cepa. Anciano ya, Santos se retiró un tiempo de la actividad vitivinifera pero no pudo con su genio y volvió con una bodega boutique, con la variedad Semillón como parte de su producción. Esta producción es limitada y otra vez, una parte de ella se exporta solo a dos países: Estados Unidos y Paraguay.

Sushi con Semillón, maridaje perfecto

Pero lo más importante que reveló Oliver es que el Semillón junto con el sushi hace el mejor maridaje que se conoce considerando todas las variedades de vino. Sus notas de cata dicen lo siguiente: aromas frescos sigue con un sabor de acidez frutal, sin taninos presentes que resultan en un buen cuerpo.  Gayet agregó que es seco, extraño, cremoso, amargo, largo y fácil de tomar.

Considerando que Cerro Porteño, es su club, Oliver Gayet, tuvo que dar una nota futbolera a la hora de la degustación de un Fos Viura, de procedencia española. La uva Viura es autóctona de La Rioja y el citado vino llegó al país de pura casualidad.

El vino del presidente del Real Madrid

La anécdota es la siguiente: El propietario de dicho vino es Florentino Pérez, presidente del Real Madrid (estuvo para la asunción de Cartes) y cómo suele pasar por Paraguay en sus visitas a Sudamérica recaló en Le Sommelier y preguntó si allí no tenían “su vino”.  Cómo no lo tenían se comprometió en enviarlo y así fue que llegaron dos cajas.

Pero había un problema. El precio que tenía lo dejaba fuera de mercado. Y como Florentino quería que cuando llegara al país el vino estuviera en el Sheraton (donde acostumbra a hospedarse) y en Le Sommelier decidió que el precio bajara a un tercio para nuestro país. Y Decanter lo vende así.

Yendo al vino, se presenta con aromas muy sutiles, frutales y florales. “En boca es un vino bien constituido y equilibrado con un final largo que deja un agradable frescor”, otra vez recurrimos a las notas de cata. Y acá Oliver destacó que el maridaje regional no miente. Como proviene de España con que podría maridar mejor que con paellas, frutos de mar y mariscos, según nuestro maestro de ceremonia.

Hasta aquí ya teníamos en la cabeza, una ensalada de aromas y sabores de vino blanco, pero no podemos dejar de mencionar que durante la degustación también probamos un Amaral Sauvignon Blanc, chileno y un Lorca Fantasía Chardonnay.  Nos divertimos y aprendimos, mucho, solo que no «todo» salió a pedir de boca. Nos hubiera gustado probar el sushi con el Semillón, para apreciar que tan perfecto era este maridaje.