El bistró Narciso es una de las últimas novedades que nos brinda el dinámico ambiente gastronómico local. Tiene una cocina que no es pretenciosa pero que está bien elaborada. Platos conocidos que tal vez uno recuerda o conozca de algún lado. Pero con una vuelta de rosca culinaria que potencia esa memoria. Y un lugar sencillo pero distinguido, al que la gran actividad circundante no le resta tranquilidad y calidez.
Narciso está ubicado en el Hotel Las Lomas. De hecho es el restaurante de dicho lugar de alojamiento. Las Lomas se instaló en lo que una casona señorial y por lo tanto Narciso se beneficia de ese ambiente general del establecimiento. Está situado en una especie de oasis verde y tranquilo en el centro equidistante de un perímetro formado por las avenidas San Martín, Molas López y Aviadores del Chaco. Muy cerca de las torres del nuevo eje corporativo de la ciudad. Próximo a los mega shopping que están a punto de habilitarse.
El bullicio y el cotidiano trajín de los alrededores contrastan con la paz y la calma que uno puede encontrar en el Bistró. Su salón, que responde a una ambientación hogareña con detalles de cuadros y muebles que evocan una historia familiar, nos sumerge en una atmósfera cálida, dónde el piso de parquet y las aberturas fabricadas con maderas nobles nos convocan hacia la casona señorial.
Narciso goza también de los beneficios de las galerías y el jardín del hotel Las Lomas. Es decir, de unos ambientes acogedores dónde más adelante piensan organizar eventos y cenas temáticas con el auxilio de un atractivo quincho que ya espera por las carnes asadas. Tiene también un pequeño deck en el frente, que aguarda por la aparición de días con climas más benignos. Y por último, un Lobby Bar que actualmente se utiliza como sala de espera para los clientes o cómo lugar propicio para realizar una previa, antes de la cena.
El nuevo emprendimiento reúne a dos conocidos y respetados personajes de la escena gastronómica local. Eduardo “Pipo” Dios, propietario del Almacén del Plata y a Beto Alvarez, chef colombiano propietario del restaurante Sin Reservas. Por un lado, uno aporta su conocimiento de los mejores productos y materias primas que se ofertan en el mercado y el otro su reconocida capacidad en la cocina. Uno aporta una visión precisa de lo que demanda el público consumidor y el otro el conocimiento de las técnicas culinarias para que esas demandas se conviertan en potentes recuerdos. Ambos coinciden, en sus proyectos gastronómicos individuales, con la intransigencia de usar obligatoriamente sólo productos y materias primas de buena calidad.
El concepto gastronómico que maneja Narciso es que se trata de una cocina para recordar. No es precisamente una cocina de tradición aunque muchas veces se emparente con ella. No se trata de la cocina de la abuela, sino que más bien refiere a platos antiguos o modernos, que han dejado una historia en la memoria de los comensales o que les evoque recuerdos de la infancia, la niñez, la juventud o la madurez de una vida, a través de sabores caseros pero con pequeños toques o detalles gourmets.
«Creemos en la comida que trae buenos recuerdos, la que nos lleva a nuestros orígenes, a nuestra casa, a la comida de nuestras abuelas y nuestras madres… Partimos de ese recuerdo para recrearlo en un plato sabroso y cercano pero con un toque diferente», reza uno de los materiales promocionales del bistró.
La cocina no tiene ninguna actitud pretenciosa. No incluye recetas ni elaboraciones complicadas. No viene a revolucionar absolutamente nada. No parte de creaciones abstractas sino de raíces ya existentes. El menú es cortísimo y en el mismo se reflejan los platos clásicos de carnes, arroz, pasta y ensaladas. Para la cena se ofrecen siete entradas y seis principales. Lo cual no da casi margen para el error, tanto en la elaboración como en la aceptación de los platos.
En ocasión de nuestra visita, tuvimos la oportunidad de degustar como entradas unas bruschetas de hongos con parmesano y unos langostinos con tres salsas diferentes. Como se ve nada del otro mundo, pero con sabores indescriptibles que no pueden abarcarse con esta reseña sino que ameritan una visita. A la hora de los principales nos inclinamos por unos sorrentinos con espinaca, ricota y nueces en una salsa Romescu, una delicadeza en dónde ningún ingrediente se roba el protagonismo de los otros y la suavidad de la salsa equilibra el conjunto.
Además recurrimos, al plato más solicitado actualmente en el lugar: Filet mignon, en croute de chimichurri y guarnición al estilo Narciso. Un corte Premium de 300 gramos de la mejor carne de exportación acompañado de unas papas combinadas con batata y pequeños trozos de chistorra (chorizo español) que hacen diferente a este plato que es un clásico en todos los restaurantes de la ciudad. A los postres, un flan casero a base de leche condensada y dulce de leche, completó el recorrido.
Entre las otras entradas del menú podemos mencionar: sopa de tomates, ensalada verde, ensalada Las Lomas con roaf beef, Terrina de cerdo y ave con mermelada de cebollas y el Quiche de la casa con ensalada. Y los platos principales del menú se completan con : Salmón Grille con tiam de vegetales, Risotto con queso azul y peras, Bondiola de cerdo braseada con Miler cerveza con chipa guazú y puré de batatas y Tempura de ave con arroz primavera.
Los precios oscilan entre los 80 mil del salmón y el filet mignon y los 55 mil de los sorrentinos, entre los platos principales y los 35 mil de las ensaladas y los 68 mil de los langostinos entre los entrantes. Los precios sufren una sustancial reducción a la hora del almuerzo, con un menú que contiene pocas variaciones pero que reciben una elaboración más simple y poseen una menor contundencia, con un promedio de 35 mil guaraníes para los platos principales y de 17 mil a 28 mil para las entradas. Destinado a los oficinistas y ejecutivos que abundan en la zona.
Narciso abre de lunes a sábado para las horas del almuerzo y la cena. Están estudiando la posibilidad de habilitar un servicio de almuerzo para los días domingos. Tienen previsto un servicio de baby shower, aparte de lo que ya habíamos mencionado de las cenas temáticas y la habilitación del quincho para los asados a la parrilla con cortes Premium. El lobby del hotel es propicio para la realización de after hours, servicio de picadas y tragos, así como para la previa del Bistró.
La carta de vinos tampoco es extensa y en este caso poco variada. Abundan las etiquetas y cepas de los vinos norteamericanos de Robert Mondavi y los argentinos de Zuccardi. Claro que, todas también son para recordar, al igual que el resto.