La última extravagancia gastronómica mundial posiblemente se trate de las rosquillas de oro que hicieron su aparición en Nueva York y ya se constituyeron en un verdadero suceso. Para los americanos son las famosas donuts que en este caso cuestan 100 dólares cada una porque literalmente son de oro. Ya que está recubierta del precioso metal de 24 kilates pero además esta barnizado con champán y relleno de mermelada.
El nuevo invento es responsabilidad del chef filipino Björn de la Cruz uno de los propietarios del restaurante de comida filipina Manila Social Club que está enclavado en el distrito de Brooklyn de la Gran Manzana. Las donuts de oro se han convertido en la nueva estrella culinaria de Nueva York y desde su lanzamiento ha venido llamando poderosamente la atención de los medios de prensa y de los consumidores, ya que se ha convertido en un viral.
Los ingredientes de las afamadas donuts son mousse de ube (una jalea especial elaborada con yemas púrpuras muy típica de Filipinas), champán de la marca Cristal y pepitas de oro de 24 quilates. El chef Björn de la Cruz estrenó esta receta ofreciéndolo como postre del menú de Año Nuevo de su restaurante. Y a partir de ese momento recibe pedidos por docenas.
La Manila Social Club Oro Donut es una rosquilla que está hecha a mano por el chef ejecutivo y copropietario del restaurante Björn De La Cruz. Está dorada a mano con oro de 24 kilates y también recubierta con hoja de oro también de 24 kilates. Los pedidos deben realizarse por lo menos 24 horas antes del viernes que es el día en que se entregan y cuestan 100 dólares cada una o 1.000 dólares la docena.
Desde el momento en que se realizó esta extravagante oferta gastronómica, a través de internet, las donuts de oro llamaron la atención de los medios de prensa. La revista Forbes entrevistó a Björn de la Cruz, el chef filipino de 32 años, dónde desmintió que la citada oferta sea solo un truco publicitario para el restaurante, ya que este prácticamente era desconocido antes del lanzamiento de las rosquillas. También el New York Times centro su atención en el restaurante Manila Social Club, a fines del año pasado. El donuts de oro se ha convertido en un fenómeno viral en internet.
El producto ha llamado la atención incluso de Adam Platt, columnista del New York Magazine y uno de los gurúes culinarios de la ciudad. “Reconozco que es un manjar interesante, pero no mandaría a nadie corriendo a comprar uno de ellos”, dijo en su reseña el citado columnista.
Aun así, el cocinero filipino cuenta que cada semana agotan las existencias. Y es que más allá de venderlos por unidades, el famoso panecillo ha recibido tal cantidad de publicidad mediática que entre la comunidad sibarita de abultada cartera ya hay quien los pide por docenas. La ventaja de pedirlos de doce en doce, aparte de su detallado envoltorio, es que hay un pequeño descuento en el precio, según comenta un cable de la agencia EFE.
No es la primera vez que las rosquillas o donuts forman parte de la excentricidad culinaria de Nueva York. Hace un par de años, la panadería Dominique Ansel Bakery sorprendió a todos con una mezcla entre cruasán y donut: el “cronut”, una mezcla de medialuna y rosquilla. La sabrosa y exitosa mezcla, que tenía un precio mucho más asequible (cinco dólares la unidad), salió de los hornos de esta pastelería del Soho de Nueva York en 2013 y desde entonces tuvo tal repercusión que se ha exhibido en algunos de los foros gastronómicos y concursos de repostería más importantes.