El antiguo Salón Verde se convirtió en el restaurante Aguapé, en alusión al camalote,
cuya caracterización se ve colgados del techo. En ese lugar, con capacidad para unas
100 personas se realiza ahora el tradicional buffet dominical del Yacht.
Con la llegada de la cadena Marriot, el Resort del Yacht y Golf Club se potenció y jerarquizó más, pues bajo la marca Tribute Portfolio se sitúa como un hotel boutique que busca conectar a sus clientes con su especial entorno y ubicación. Todos los espacios gastronómicos que tiene se enriquecieron con ese criterio y aparte de la comodidad y el buen gusto que destilan tratan de explotar la mayor riqueza natural que tienen: el río.
Marriot es la cadena hotelera internacional más grande y una de las más prestigiosas del mundo. Cuenta con hoteles de gama media y hasta de lujo. El del Yacht y Golf Club está incluído entre los de clase boutique y Life Style. El año pasado se hizo cargo del local ubicado en Itá Enramada y desde entonces viene realizando las modificaciones necesarias para adaptarlas a su política general.

Desde su desembarco, el año pasado, Marriot estuvo emprendiendo la renovación integral del hotel, modernizando las instalaciones para adecuarlas a los estándares Tribute Porfolio de la cadena. En esos trabajos se incluyó el remozamiento y rediseño de todos los espacios gastronómicos y la creación de un ambiente nuevo que no estaba previsto en las instalaciones originales.
El Resort del Yacht y Golf Club es el que cuenta con la mayor cantidad de espacios gastronómicos en nuestro país. A los que ya existían se sumó ahora uno nuevo. El denominado Mr. Ray, un lobby bar creado en homenaje al fundador del hotel, Verlin Ray fallecido en el 2014. Se trata de un ambiente cálido y moderno, coqueto, elegante con una gran panorámica del río, donde se ofrece café de especialidad, cócteles exclusivos y un ambiente relajado para comer y tomar vino por copas.

En ese lugar, ubicado en la entrada del hotel, uno ya se encuentra cara a cara con el paisaje que le acompañará durante todas las experiencias gastronómicas: el río. El hotel está ubicado sobre un brazo del río Paraguay, frente a una pequeña isla, y tiene una playa propia y exclusiva. En el Mr. Ray uno puede recibir atención desde las 10:00 hasta las 22:30. A veces, allí se puede disfrutar de un sushi en vivo.
Siguiendo con nuestro itinerario gastronómico, bajamos un nivel para dirigirnos al restaurante Aguapé, que anteriormente era el Salón Verde. La idea de la marca de conectarse con lo local se materializa perfectamente con el nombre que en español significa Camalote. Del techo penden creaciones que simulan esa planta que abundan en nuestros ríos, ríos como el que uno tiene a la vista en ese lugar gracias a los enormes ventanales que dan hacia el exterior. Donde no vimos ningún aguapé como los que abundaban sobre nuestra cabeza. Seguramente, no es la época en la que suelen dejarse llevar aguas abajo.

El Aguapé es el restaurante 24 horas del hotel. En realidad, la atención va desde las 06:00 a 24.00. Es el que funciona para todos los horarios de consumo. Hay desayuno buffet (95.000 Gs) y allí también tiene lugar el tradicional buffet dominical (198.000 Gs). Tiene salones VIPS, que son como impresionantes miradores del río. “Aguapé es un espacio que nos invita a disfrutar, a relajarnos y a contemplar lo más nuestro, el río Paraguay”, nos dice una de las anfitrionas que nos atendieron el día de nuestra visita inmersiva junto a un grupo de periodistas invitados.
El siguiente punto de nuestra ruta gastronómica nos desembocó en el restaurante Tatakuá. Un lugar ya preexistente pero que sufrió algunas pero importantes transformaciones. Se amplió y se rediseñó. Por supuesto sobrevivió el Tatakuá, horno. El lugar, se convirtió en un refinado restaurante en donde el plato principal sigue siendo el asado a la parrilla, una excusa para prestigiar nuestro orgullo nacional: la carne. Claro que también hay lugar para otros gustos culinarios, como las pastas e incluso la pizza.

La ambientación en tonos marrones y terracota nos traen reminiscencias de la profunda tierra roja del campo y la iluminación cálida y a media luz da un ambiente acogedor en horas de la noche. Ideal para encuentros íntimos o para los largos almuerzos o cenas, en grupos de amigos o familia. Cuenta con un horario muy diferenciado. El almuerzo es de las 11:00 de jueves a domingo. La cena se habilita de martes a sábado y los días lunes permanece cerrado.
Nuestro cuarto objetivo nos llevó al Court Central, el ex salón Primavera. Llamado así porque está justo frente a la cancha principal de tenis, escenario de memorables jornadas deportivas y artísticas ya que conoció el paso de grandes músicos e intérpretes. Se trata de un Snack Bar, donde se sirven comidas ligeras de manera informal. Justamente es el más informal de todos los espacios gastronómicos del complejo. Con un toque colorido y juvenil.

“Es como la antesala a ese lugar donde pasan cosas, el backstage, la cantina. El Court es conocido por no decepcionar por lo frenético”, nos cuenta Eli nuestra apuntadora en el tema de los restaurantes. Se trata del único espacio gastronómico que carece de vista directa al río.
Nos queda referirnos al Pool Uno, ubicado junto a la piscina del club y es como la cantina del lugar pero no por eso deja de ser un espacio sofisticado con una propuesta culinaria relajada, ligera y versátil. Cócteles clásicos y de moda para disfrutar del atardecer y con vistas inmejorables al río. Por último, está el Veranda, otro Snack Bar, con amplios espacios bajo techo y al aire libre, junto a una amplia piscina y siempre con el río allí presente. No estaba aún habilitado.

La gastronomía del Resort está a cargo del chef Diego Soto, un cocinero argentino, quién vino al país desde un hotel Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, perteneciente a la misma cadena. Nos comentó que la cocina en general es de carácter internacional. No introdujeron grandes cambios en el menú, sino que decidieron respetar los menús existentes en atención que tienen una clientela cautiva que ya está acostumbrada a los platos vigentes.
Hicieron más bien hincapié en los procedimientos culinarios. El manejo adecuado de los alimentos, el dominio de los procesos en la cocina y la adecuada recepción y almacenamiento de la materia prima. Tanto la elaboración de los alimentos, así como el servicio buscan acercarse al grado de excelencia.
El cambio más importante que en materia gastronómica se produjo es que el buffet dominical ya no tiene la amplitud que caracterizaba al Yacht y Golf Club, al punto que por el público que convocaba tenía que realizarse en el Salón Galas, el espacio de eventos mas grande del complejo. El buffet dominical se realiza ahora en el restaurante Aguapé. La idea es que cada espacio ofrezca los domingos, lo mejor de su especialidad para sumar en conjunto toda la variedad posible.
Todo lo que pudimos degustar durante nuestra inmersión en el hotel fue de primera calidad. El cóctel en el Mr. Ray, la cena en el Tatakuá, el desayuno en el Aguapé y el almuerzo en el Court Central. fueron servicios de primera, tanto por el menú como por la atención. Una novedad que puede apuntarse es que en todos los espacios gastronómicos se sirven vinos por copas. Y están abiertos al público general, no solo a los huéspedes. Y los precios están acordes al nivel de lugares parecidos en nuestro medio.
