Si usted creía que sobre empanadas nada más podría agregarse, pues ha estado errado. Hace tres meses aparecieron las empanadas de camarón, pescado y salmón ahumado entre otros sabores exóticos que la empresa “Santa Fe” lanzó al mercado y si empezó con 2 cocineras, el éxito dispuso que ahora fueran ya ocho y el emprendimiento avanza a remolque de la demanda.
“Soy abogado y mi socio es licenciado en marketing. No venimos del sector gastronómico” explica Gustavo Cilía que de todos modos entendió que había nichos que explorar en materia de empanadas y encargaron a una consultora gastronómica las recetas y luego de catar las empanadas más exitosas que se ofrecen en el mercado, como cualquier hijo de vecino que acude a degustar una, hicieron sus propios ajustes de sabores y se lanzaron.
“Empanada hace cualquiera pero hemos pensado en crear un ambiente diferenciado, un buen producto, ofrecerlo a buen precio, darle una marca y sabores especiales como los que no existen” agrega Cilía quien celebra la respuesta de los consumidores pese a que según dice, “arrancamos con muy poca publicidad”.
El sabor se propagó de boca en boca y la promoción del producto ha ido por ese mismo camino. La sede central de “Santa Fe” esta sobre 25 de Mayo 3855 pero anuncian para marzo la primera sucursal en el centro asunceno (Jejuí y 15 de Agosto) a pasos de dos sedes universitarias. Luego vendrán otros locales que seguirán la línea de la casa central por una cuestión de imagen que ha sido pulcramente pensada.
Hoy día, “Santa Fe” es una fuente de sabor para el vecindario así como para gente que encarga y retira al paso entre la oficina y la casa principalmente, pero la idea es estar cerca de los consumidores por la vía de las sucursales. Las empanadas clásicas, sean al horno o fritas, cuestan 4 mil guaraníes pero las especiales como las de camarón cuestan 9 mil guaraníes.
El público está descubriendo el nuevo sabor y lo que se pensaba invertir dentro del primer año, ha tenido que replantearse dentro del primer trimestre en señal del éxito logrado. Se organiza el sistema de delibery, ya se ha ampliado la cocina porque ha tenido que cuadruplicarse el equipo de trabajo.
Además, se ha planteado la primera disyuntiva: seguir contratando más cocineras o tecnificar la producción. Se optó por esa segunda opción y se instala una máquina productora de 1.500 empanadas por hora, en un local adicional donde se centrara la producción. Ahí también se instala una cámara frigorífica. Todo por imperio de la demanda.
“Pensábamos crecer pero no tan pronto” confiesa Cilía. Derrumba el concepto de que el mercado estaba saturado de ‘empanaderías’. El éxito radica en la calidad y la innovación. La gente quiere y valora lo novedoso y los sabores no escapan de esa tendencia. Todos hacen empanadas, el secreto estriba en hacerlas diferentes sin traicionar el gusto de la gente sino que enriqueciendo opciones que marquen la diferencia. Hacer buenas empanadas, es también una cuestión de fe, de “Santa Fe”.