Es una de las viejas y tradicionales casonas de Areguá. Ubicada sobre la avenida principal. Sus dueños la rescataron del olvido y el deterioro. Restauraron primorosamente el edificio. Y lo pusieron en alquiler. Pasó un tiempo y como no tuvieron suerte decidieron emprender un negocio de gastronomía para evitar que la recuperación haya sido en vano. La casona con los arreglos que le hicieron ya estaba muy linda. Ahora que pusieron allí un restaurante, está preciosa.
El lugar se llama Terracota y está situado sobre Mariscal Estigarribia y La Candelaria. A poca distancia de la catedral de la ciudad, sobre la avenida doble sobre la que en esta época se aglomeran artesanos y clientes comerciando sobre personajes de barro con vistas a la Navidad. La casona en cuestión no tiene una historia muy significativa, más allá de la que surge de su propia historia arquitectónica.
Sus propietarios hurgaron en sus rastros y lo que encontraron fue que perteneció o allí vivió (no es un dato confirmado) Domingo Francisco Sánchez Corvalán, el vicepresidente Sánchez, quien ejerció el cargo durante la presidencia del Mariscal López al inicio de la Guerra de la Triple Alianza. En fin, se trata de un tipo de construcción típica de Areguá. Una casa de estilo neocolonial, con altas columnas, con corredor yeré y jardines alrededor. Y el lago muy cerca.
Gino Mateucci, casado con Mónica González una de las propietarias junto a sus hermanos Rubén y Carlos, fue el que hizo de vocero con nosotros. “La casa se caía a pedazos” nos comenta. Decidieron llevar adelante un importante trabajo de restauración que estuvo a cargo del estudio de arquitectura de Pablo Ruggero y Carlos González. Terminada la obra se puso infructuosamente en alquiler.
Fue allí donde Gino, Mónica y los demás hermanos González decidieron llevar adelante un proyecto de restaurante para que todo el esfuerzo no resulta en vano. Allí se hicieron nuevas intervenciones a la Casona para adecuarla a las necesidades del restaurante que tenían en mente y le agregaron algunos espacios modernos. Así nació Terracota, que significa arcilla modelada y endurecida al horno, esa que usan los artesanos de la zona para crear todo tipo de figuras y objetos. Es un restaurante, bar y cafetería.
La idea central es hacer un homenaje a la vieja casa de la familia. La casona cuenta con detalles originales que no pasan desapercibidos y está plagado de recuerdos, de objetos que guardan historias de gran valor sentimental, así como de numerosos toques que aportan un ambiente muy hogareño. Una variedad de muebles termina por integrarse a la perfección y generar un entorno relajante. La vajillería fue creada exclusivamente por artesanos de la zona.
A la historia, le falta ahora el detalle gastronómico. En ese ambiente cargado de detalles antiguos pero insertado en el momento actual, le venía bien desarrollar una sinergia sinergia entre lo antiguo y lo moderno, lo tradicional y lo contemporáneo. “No somos cocina paraguaya pero tampoco europea”, sentenció Gino para concluir que lo más acertado sería definir como cocina criolla.
José Luis De Tone, ex periodista, residente y uno de los principales promotores artísticos culturales de Areguá nos comentó: “allí comí un bife a caballo de la gran p…”, claro que también después refirió que tuvo ocasión de degustar platos como un carré de cordero con arroz al funghi y un pato con arroz de guarnición. La cocina está cargo del chef Manuel Recalde, un paraguayo que realizó estudios especializados en Perú.
Recalde da un nuevo giro a los platos tradicionales. La comida se caracteriza por ser casera. El menú es extenso e incluye variedad de proteínas: cordero, pato, carne vacuna, pescado. También ofrece pastas, sopas, sándwiches y ensaladas. Hay propuestas de mandi´o chyryry, sopa de surubi, chiacharö hu´ití. El plato insignia es el pernil de ossobuco sobre cama de Rora Kyra. A la hora de los postres se puede encontrar Andai Kamby, Mazamorra y Arroz con leche.
Sirven desayuno completo, almuerzo, merienda y cena, entre semana tienen tres menús, menú económico, menú ejecutivo y menú light. “Lo tradicional es lo que tiene más éxito, parrilla, carne, milanesas, por ahora eso es lo que voy viendo, la tendencia va por ahí. Pero también salen cordero parrillas para dos y cuatro personas”, comenta Gino. Los salones están magníficamente ambientados e iluminados pero los sitios preferidos son los ubicados en el patio. Hay un espacio en el jardín del frente y otro en el fondo.
Allí reinan las picadas y las pizzas. Cuentan con una parrilla y un tatakuá. Para una segunda etapa tienen previsto habilitar una cava subterránea con un espacio especial para las degustaciones de vinos y exquisiteces. El lugar está preparado para hacer eventos sociales y corporativos. Terracota cuenta con una capacidad para 200 personas. Y dispone de estacionamiento.
El local se habilitó el 3 de octubre pasado y los días del fin de semana son los más activos y concurridos, especialmente los domingos. Está abierto de martes a domingo, a partir de las 08:00. De martes a jueves atienden hasta las 22:00, los demás días van hasta las 02:00 am.