Chupi y morfi a patada pero falta excelencia

4 noviembre, 2021
gran vista generral

Buena concurrencia tuvo el Drink&More realizado en el Paseo La Galería, el martes y miércoles pasados. La amplitud del lugar permitió un adecuado distanciamiento social pese a la concurrencia.

Hubo mucho para comer y tomar. La respuesta de la gente fue excelente considerando que aun estamos con las restricciones de la pandemia. El escenario y la organización estuvieron correctos. La nueva edición de Drinks&More cumplió con las expectativas de los organizadores. Pero como viene apreciándose desde los orígenes de este evento, la excelencia brilla por su ausencia. Con una excepción.

La excepción fue el Perfect Serve de la caña paraguaya Don Gustavo de Caña Fortín. Se trata de un ron que tiene 12 años de añejamiento. Diez en barricas de roble francés y los dos últimos en barricas de vinos de Jerez. Es un producto excelso que ya ganó premios internacionales y que recibió en estos días su acreditación como marca país. Don Gustavo ya se presentó en la edición anterior de Drink&More, hace dos años.

Lo nuevo en esta ocasión era el Perfect Serve, que es algo así como el maridaje perfecto para esa bebida. La creación estuvo a cargo de Eduardo Di Natale, una de las principales figuras de coctelería nacional. Creó unos vasitos de chocolate en cuyo interior ponía ralladuras de cáscaras de naranja y en su interior vertía una pequeña medida del citado ron. A medida que el consumidor probaba la bebida mordía trocitos del chocolate.

Tragos y cervezas fueron las principales preferencias de los asistentes.

Tragos y cervezas fueron las principales preferencias de los asistentes.

La primera sensación era de ardor en todo el paladar, por el tenor alcohólico de la bebida, pero enseguida el chocolate actuaba como un suave bálsamo que impregnaba la hendidura de los dientes que después eran arrastrados por el liquido casi a la manera de enjuague, mientras que paralelamente las papilas gustativas emitían mensajes inenarrables de sabor que daban la impresión de haber ingerido uno de esos bombones rellenos.

La primera vez, lo hicimos despacito, mordisqueando el vasito de chocolate acompañando de pequeños sorbos de ron, poco a poco hasta acabar el vasito y lo que había en su interior. En la segunda oportunidad, continente y contenido fueron de una sola vez a la boca, elevando la sensación primera. Fue una excelente experiencia. Y fue lo que en general le falto al Drinks&More que siempre se caracteriza por el ni tan tan ni muy muy.

La tradicional tabla de quesos fue la principal oferta gastronómica del evento.

El objetivo fundamental del Drinks&More es que los importadores de bebidas y comidas nucleados en la CAPRO puedan mostrar los vinos que no alcanzan a presentar en la Expo Vino, las bebidas alcohólicas, cervezas y productos comestibles que no tienen cabida en ese gran evento y no pueden aprovechar que se reúne a tanta gente. La reciente Expo Vino fue un deleite, por las novedades y la calidad de las etiquetas presentadas. Allí uno encuentra lo más granado del mercado, en tintos y blancos, salvo las ausencias de algunas marcas y de algunos vinos que son prohibitivos por sus precios. No ocurre lo mismo con el Drinks&More.

En materia de vinos solo quedaba espacio para los rosados y espumantes. Sobraban los dedos de la mano para contar los que llegaban a lo destacable. El rosado de Casa Petrini, el espumante de La Mascota, un rosado proveniente de La Provenza y la novedad presentada por Chandon, el Aperitit un espumante elaborado a base de Chardonnay, Pinot Noir y Semillón con macerados naturales de naranja, hierbas, raíces, frutos y flores que le otorgan una nítida nota de amargor.

Casi pasamos por alto las muestras de cervezas y tragos porque la realidad que existe en nuestro mercado supera infinitamente en calidad y cantidad, la pequeña muestra que había en el evento. El panorama era peor en materia de comidas. Más allá de las abundantes tablas de queso había muy poca cosa que se pareciera a un producto gourmet y el servicio gastronómico no ayudó ni remotamente a paliar esa impresión. Hubo una sola empresa que presentó chocolate.

La segunda noche fue más concurrida que la primera y en general la asistencia satisfizo la aspiración de los organizadores. La amplitud del local elegido para la realización del evento permitió un cómodo distanciamiento social. No lograron vender anticipadamente todas las entradas, como ocurrió con la Expo Vino. Su costo era un poco más elevado y además se habilitaron en mayor cantidad teniendo en cuenta la ampliación del aforo.

El Drinks&More fue todo un éxito, cumplió con la aspiración de sus organizadores. La organización estuvo a la altura de las circunstancias. Bien. Falta un mayor atrevimiento. Ya lo hicieron con la Expo Vino y es allí donde uno puede encontrar en un solo lugar, todo lo mejor que hay en la materia. No llegaron aun a eso con el Drink&More y parece que esos rótulos de gourmet y delicatessen con los que busca identificarse, les queda un poquitín grande.

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