Comenzó a hacerlas de chiquita. En familia, para parientes y amigos. Cuando se casó, los cumpleaños de sus hijos le dieron motivo suficiente. Después vinieron los compañeritos de escuela y de colegio, las colaciones, los festejos de fin de año. Hizo miles de tortas, por puro gusto. Sin más conocimiento que su propio aprendizaje. Hace menos de dos años decidió explotar comercialmente su habilidad y habilitó el local Tía Laura Delicias, que es todo un suceso. ¿Y la pandemia? Bien gracias.
Laura Morón, está a puno de cumplir 54 años, tiene cuatro hijos: Sebastián, el mayor tiene 30 años y después vienen en escalera: Cecilia, Esteban y Julieta. Se pasó casi toda la vida haciendo tortas. Nunca estudió; es autodidacta. En su familia no tiene antecedentes reposteros y cuando le preguntamos que se le dio para abrazar tan profundamente esta afición nos dijo que “le nacía del alma”.
Lo de Tía Laura es porque así la tenían registrado en los celulares, los compañeros de sus hijos. Y cuando algún extraño a ese círculo pedía su contacto para encargar una torta, llamaba a la tía Laura, quién extrañada muchas veces se preguntaba quién era el hombre o mujer que la trataba de esa manera sin conocerla. Y el contacto iba de un tercero a otro y al final nuestra entrevistada era conocida por propios y extraños, como la Tía Laura. Así que, a la hora de nacer el negocio, ya venía con el nombre bajo el brazo.
Laura nunca pensó en hacer de esto su actividad principal. La idea de montar un local ni siquiera pasaba por su mente. Viviendo entre Luque y Areguá no era muy propicio andar trayendo tortas a Asunción, sin incluir el delivery. “Yo ya estaba feliz con hacer la torta para mis clientes” dice ella como contestando a sus hijos quienes siempre le reclamaban que no podía obviar ese costo y ese sacrificio. Todo cambió hace cinco años cuando se mudó a Asunción. Le llovían los pedidos y ya había que pensar con un enfoque diferente. Hacer tortas por hobby ya no era el objetivo.
De todas maneras, Laura seguía sin pensar en una empresa. El que la empujó a esto fue su hijo Sebastián quién junto a su señora Noelia estaba radicado en Santiago de Chile. Un día le sugirieron abrir Tía Laura Delicias, pues habían decidido volver al país porque querían que la hija que esperaban se criará en el ambiente familiar. Laura lanzó un grito al cielo, pues no iba a permitir que su hijo abandonará el puesto de gerente que estaba ocupando en Chile para venir a lanzarse a una aventura en nuestro país.
Discusiones vienen, discusiones van, lo cierto es que el 23 de diciembre de 2019, se abre en Dr. Manuel Peña entre Augusto Roa Bastos y Tte.1° Guillermo Garcete, el primer local de Tía Laura Delicias. En el barrio Carmelitas, justo detrás del Banco Central del Paraguay. Cuando Laura vio el local que su hijo había alquilado le pareció “muy grande”, sin calcular lo que se venía. En agosto del año siguiente abrieron una sucursal en Villa Morra, Cruz del Defensor y Eduardo López Moreira. En el verano siguiente ya tuvieron presencia en San Bernardino.
Después siguieron con los locales habilitados en el shopping La Galería, donde tienen una isla y no hace mucho inauguraron un establecimiento en la ciudad de Lambaré. Ahora, los planes de expansión apuntan a instalar sucursales en las ciudades de Luque y Fernando de la Mora. Pero la expansión no se da solo en materia de locales sino en la variedad de la producción.
Tía Laura Delicias nació como una fábrica de tortas, exclusivamente. Enteras, de hasta tres kilos. Después, a raíz de la pandemia, comenzaron a elaborar tortas de un kilo, vendían en porciones y luego ofrecieron los mismos gustos de las tortas a la manera de postrecitos. De ahí pasaron a los pequeños brownies, alfajores y ahora están incursionando con las medialunas. En medio de todo eso, incluyeron productos salados, variedad de bocaditos.
Y ahora la novedad más importante, es que van a ofrecer buffets de platos salados, comida para llevar, en el local de Villa Morra. Hay que hacer hincapié en que Tía Laura Delicias es una tienda en donde se compra para llevar o se pide por delivery. No tiene atención presencial, salvo en el puesto del shopping La Galería, donde atienden unas pocas mesas.
Todo este proceso, de nacimiento, desarrollo y expansión tuvo y tiene lugar en plena pandemia de covid 19, lo cual, si bien no es inaudito, es bastante llamativo, ya que en el sector gastronómico muy pocos pueden decir que tienen la misma suerte. “Gracias a Dios, no hemos tenido problemas económicos” comenta Laura. Tienen un plantel de 70 personas trabajando en forma directa y un servicio de delivery que, si bien no es propio, es exclusivo.
Laura es una repostera muy especial. Siempre hizo ella sola sus tortas. Hacía todo, no contaba con ayudantes. Contrato su primera ayudante tras abrir su local. “Me cuesta mucho delegar” dice, pero ahora se limita a controlar ya que la producción le excede, “pero estoy siempre en la cocina”, argumenta. Ahora bien, todas las recetas las elabora personalmente. Hace las tortas que a ella le gustan, aunque a veces tiene que enfrentarse a pedidos diferentes, como cuando le pidieron una torta con piña, muy a la brasilera. “Cuando me piden una torta sin dulce de leche, se me viene el mundo abajo”, confiesa.
¿Y cuál es tu estilo de torta¿ Mi estilo es rico, no quiero semi rico, tiene que ser la mejor. Por gusto personal tiene que ser dulce, nada suave sino con abundante dulce de leche, chocolate y leche condensada, mi torta tiene que ser golosa. Su torta preferida es la de tres leches, que es la que más venden. Bizcochuelo de vainilla, crema de leche condensada y salsa de leche condensada. Una verdadera bomba, que tuvimos la oportunidad de probar en tamaño postrecito.
Tienen una variada lista de tortas para la venta, entre ellas: Torta tradicional de chocolate, torta de chocolate con vainilla, chocotorta, torta de duraznos, torta praliné, tres leches, red velvet, torta de frutillas, torta Rogel, cuatro Chocolates, oreo con Nutella y otros más. Cada mes tratan de sacar un nuevo gusto. Ahora están preparando una torta de café, que saldrá después del día del Padre, luego de las pruebas y pruebas a las que Laura somete a sus recetas antes de sacarlas a la venta.
“Yo estudié tecnología de alimentos, pero justo cuando terminé la carrera, me casé, me embaracé y nunca pude presentar mi tesis. Quise estudiar en el IGA, pero no pude. Además, siempre quise estar presente en la vida de mis hijos. Invertía mucho tiempo con ellos”, cuenta a manera de explicación de por qué nunca tuvo una formación profesional. Pero además parece una “extraterrestre” en el mundo gastronómico. Conoce poco de la realidad internacional en la materia (más allá de ver el canal Gourmet y MasterChef Celebrity de Argentina) y casi nada de sus colegas y competencia local. Vive muy involucrada en torno a sus tortas y a su familia. Y le va muy bien.
Las tortas de Tía Laura Delicias, tiene un costo promedio de 70 mil guaraníes el kilo. Sus postres y porciones de dulces cuestan entre 15 mil y 20 mil guaraníes por unidad. Los bocaditos salados solo se venden por pedidos al igual que las tortas que requieren de una elaboración especial. Atienden pedidos para eventos. Con algunas diferencias, en todos los locales se atiende de 09:00 a 19:00 de lunes a domingo.