Como si fuera poco, el hecho de afrontar las consecuencias económicas de la pandemia, los restaurantes y locales gastronómicos tendrán que vérselas a fin de año con el pago del aguinaldo. Sus representantes ya expresaron que sólo si se establece un pago en cuotas podrán hacer frente a esa obligación o si el Estado otorga una ayuda financiera para hacerlo efectivo en un solo pago, eventualidad que están negociando sin respuesta concreta hasta el momento. Los trabajadores están en gran incertidumbre.
Todas las empresas o una gran mayoría se verán en figurillas a fin de año para cumplir con la obligación de abonar el aguinaldo a sus trabajadores. La situación será peor para los restaurantes porque cerrados ni abiertos han conseguido restablecer los niveles de venta que tenían antes de la pandemia. Por lo tanto, no hubo posibilidad de previsionar ese pago para los trabajadores.
“Digan lo que digan no lo podemos pagar si no es cuota, no es cuestión de querer o no querer”, las expresiones de Alejandro Conti, importante empresario gastronómico (TGI, Negroni) reflejan el pensamiento general del sector gastronómico. Esta postura fue presentada por la Asociación de Restaurantes del Paraguay (ARPY) a las autoridades gubernamentales para encontrar una solución ya sea por vía de una resolución legal que autorice el pago en cuotas o mediante un auxilio financiero que permita a los restaurantes pagar íntegramente el aguinaldo y devolver después el dinero en cuotas.
Oliver Gayet, titular de la ARPY mantuvo hoy largas reuniones con representantes del Ejecutivo en donde trataron este tema así como lo referente a la disminución de las tarifas de ANDE y del aporte obrero patronal al IPS. “Estamos todavía en la mesa de negociación. Hay apertura pero nos están arrastrando ya mucho tiempo, tienen que ser más rápidos. Creo que están buscando una solución pero no sé porque dan tantas vueltas. No digo que haya mala voluntad sino que deberían delegar la resolución de estas cuestiones para que se resuelvan más rápido”.
Este problema del aguinaldo afecta a todas las empresas, menos a aquellas que como por ejemplo, los supermercados, farmacias y bancos, no cortaron sus actividades durante la pandemia. El sector gastronómico está entre los más afectados por la crisis económica generada por la cuarentena. Cerrados (con delivery) ni abiertos, pudieron revertir el bajón en las ventas.
Las centrales sindicales ya expresaron su rechazo y disconformidad con la intención del pago en cuotas del aguinaldo. Pero el problema es más grave que la definición de la modalidad de pago. Durante la pandemia alrededor de 45.000 trabajadores, entre ellos gran cantidad de trabajadores gastronómicos, suspendieron sus contratos de trabajo, algunos durante todos estos meses desde que se inició esta emergencia sanitaria y otros durante algunos de esos periodos de treinta días.
Teóricamente, los trabajadores que fueron a suspensión de trabajo, al no recibir remuneraciones por trabajos realizados, no tienen derecho al cobro del aguinaldo (remuneración extraordinaria que consiste en la doceava parte de todo lo recibido por el trabajador durante un año en concepto de salario) por lo que el IPS está analizando la posibilidad de otorgar un subsidio extra como aguinaldo.
En el sector gastronómico existe además un problema adicional y es que una buena parte de las empresas trabajan en la informalidad. Es decir no tienen registrados a sus trabajadores en el IPS y o no tienen registrada a toda la plantilla. Estas empresas están sufriendo las perjudiciales consecuencias de la pandemia igual que todas las otras pero no podrán acogerse a pagos en cuotas o recibir ayuda del Gobierno para el pago, y tendrán que arreglárselas en forma particular con sus trabajadores.
Desde el punto de visto del trabajador este tema producirá una gran crispación social. Este sector es el que sufrirá finalmente las consecuencias «carnales». Porque el aguinaldo no a todos, con ese concepto de decimotercer sueldo. Todavía no se sabe si los que suspendieron sus contratos de trabajo recibirán algo en este concepto. De los 9.400 puestos de trabajo que los restaurantes asociados a la ARPY tenían registrados en el IPS, antes de la pandemia, hoy en día siguen con suspensión de contrato, 4.000 trabajadores. Va a ser un fin de año muy dispar para una gran masa de la población, que no podrá olvidar todo un año de privaciones ni siquiera con las festividades de fin de año.