Del anonimato saltó a la fama. Llegó a las finales del MasterChef Profesionales y fue uno de los concursantes más queridos por los televidentes. Muy joven aún tiene ya una dilatada carrera profesional. Y como amante de la cocina paraguaya, considera que se debe dar un pequeño giro a los platos típicos, mejorándolos en su presentación pero sin llegar a que pierdan su esencia y sobre todo su sabor. Rodrigo León considera que se debe reconquistar a la cocina típica paraguaya.
¿Qué significa para vos, tu participación en MasterChef?
Yo no me veía muy lejos en el programa, para mí, pasar el casting fue algo así como probar la onda, sin darle mucha importancia. Y eso creo que se notó en los primeros capítulos. Yo era como el que más miedo tenía siempre. No me veía mal cocinando, pero yo vendía muchos nervios al televidente. Pero al final, el programa significó mucho para mí porque yo estaba en el anonimato total, tampoco es que quería ser famoso y entré en el programa para pelear por el premio. No era por la fama, yo nunca me moví en la élite gastronómica, nunca me fui a ferias, en medio de la farándula, nunca me pareció necesario. Esto permitió que la gente conozca que hay gente joven, que es profesional, yo tengo ya hecha una carrera profesional y soy bastante joven, creo que lo demostré.
¿Profesionalmente que te agrega?
Me demostró que puedo trabajar bajo una presión extrema, me demostró que puedo arriesgarme a grandes cosas, de no estar encasillado en mi área de confort, que puedo asumir nuevas responsabilidades. Mi jefe me ve ya con otros ojos, me tiene en cuenta para ciertos proyectos y eso es muy productivo. Si no fuera por el programa no lo iba a lograr.
¿Cambia tu carrera, de aquí en adelante?
Totalmente. Cambia en cómo me ve la gente. Más allá de que se trata de un programa de cocina y la gente quería vernos cocinar, la gente se quería identificar con alguno, quería ver como salíamos de ciertos problemas, entonces cambia la perspectiva porque no es que yo tenga unos clientes nomás, hay un montón de gente que está pendiente de lo que vamos a hacer ahora.
¿Hay algún proyecto nuevo en tu vida profesional?
Quiero empezar el 2020 asociándome con alguno de los participantes. Eso fue lo más lindo de la competencia, que nos unimos con los compañeros y que tenemos proyectos mutuos. Pablo y Osvaldo están con algunos proyectos personales, estuve hablando con Walter, con Juan también suelo hablar, yo soy su admirador por siempre. El también me dijo que hagamos algo juntos, como que el público se obsesionó en que teníamos que llegar a la final y queremos darle esa alegría a la gente que tanto nos apoyó, cocinando juntos un par de veces. En lo personal no hay nada todavía. Quiero descansar un rato y después ver que cosa hacer.
¿Cómo comenzaste en la cocina?
Yo era un adolescente muy rebelde. Mis padres decidieron que la mejor terapia para mí era que ocupara mi tiempo y me llevaron a trabajar con Herman Soerensen que tenía un servicio de catering. Estaba ahí como limpiador, limpiaba la vereda, y después ya no quería estar en la bacha, harto estaba y comencé a preguntar como se hacía la masa, aprendí rápido y el dueño al ver mi entusiasmo me contrato.
Trabajaba desde las siete de la mañana hasta el mediodía y luego iba al colegio. Luego estudié en O´Hara y el estudiar me abrió puertas y posibilidades. Terminé el curso y trabajé en la escuela y en el restaurante escuela. Después vi que el Mburicao publicó un aviso buscando cocineros y yo envíe mi currículo por correo. Treinta veces por ahí envíe y me contestaron ¿te podes calmar por favor? Me hicieron una entrevista y me dijeron que me iban a llamar. Cuando me llamaron, me dijeron, te esperamos hoy a las once y yo ni chaqueta tenía. Y así empecé y hasta hoy estoy trabajando en Mburicao.
¿Qué pensas que te falta para completar tu formación profesional?
Me falta viajar. Salir al exterior. De hecho uno de los motivos por cuáles quería ganar la competencia es para viajar a Perú. De todas maneras voy a ahorrar y voy a viajar a Perú. Inclusive pensaba ir de vacaciones a Colombia y veía que no había nada de cocina, todo era playa, pero me quiero ir un mes nomas a algún curso que sea súper intensivo. Eso me falta.
¿En quién te inspiras?
Rodolfo, yo creo que él tiene las características que deben tener todos los cocineros. Exigente, da gusto verle cocinar, tiene esas ideas locas de creatividad y creo que si alguna vez vuelvo a la televisión tendría que estar en un formato similar al que él tuvo. Yo sé que no le voy a llegar ni a los talones, pero querría devolverles a las señoras esa alegría que transmitía su programa.
¿Que es lo más importante para vos en la gastronomía, técnica, sabor o presentación?
El sabor. La gastronomía es como un círculo. Ya pasó por la vanguardia y está volviendo otra vez a las raíces. La gente busca otra vez la comida, no se sí tradicional, pero más natural, más allá de las esferificaciones o cosas así, la gente quiere comer rico y bien. Le importa mucho el sabor. Yo soy un cocinero clásico y estaba en un programa donde tenía que hacer cosas muy elaboradas y me arriesgue y salió bastante bien.
¿Qué tipo de comida te gusta trabajar?
Me gusta trabajar la cocina tailandesa, pero me gusta mucho la cocina paraguaya, darle un pequeño giro a la comida paraguaya sin que pierda el sabor, cambiar un poquitito el envoltorio pero que no pierda su esencia. Cambiarle algo nomás, no volverle tan loca a la cocina paraguaya, no volverle loco al pollo, a la chipa, a la sopa, en la envoltura nomás, hacerle ese algo pero que no le cambie tanto la esencia. Eso me gusta a mí.
Creo que todos los cocineros paraguayos deberíamos incluir en los restaurantes platos de la cocina tradicional. Hay que cambiar solamente la presentación, no cambiar el concepto, a fin de que mantenga su sabor. El estofar la carne, saltear la cebolla, darle amor a la cocina, cambiar la presentación. La cocina paraguaya tiene que ser reconquistada. Es un proceso de investigación para lo cual se necesita medios. La base sigue en pie y tiene que ser reconquistada.
Rodrigo pese a la fama que recibió por su presentación en MasterChef sigue con su vida igual que antes. Va caminando a su trabajo, desde su casa en la zona del Mercado Cuatro. Cuando descansa hace nada, pero ahora aprovechando su notoriedad pública realizó un mensaje a través del Facebook pidiendo ayuda para realizar una pancheada merienda para el Comedor Hijo de Jesús y pidió donaciones de alimentos de la canasta familiar así como juguetes nuevos y usados.