Provienen de la Ribera del Duero, España. Y con eso casi está todo dicho. Decir que son vinos de gran factura, es todavía decir poco. Mencionar que provienen de una empresa en donde se privilegia la calidad por la cantidad, nos acerca al meollo del tema. Se envejecen y se mantienen en las bodegas hasta que adquieren su gran personalidad. Esa que pudimos apreciar en una reciente cata realizada en la cava que Monalisa tiene en el Paseo La Galería.
Ramón Elena Viadero, gerente de exportación de las Bodegas Valduero, pasaba por Paraguay y aprovechó para hablar de la historia de la bodega y de los vinos que producen, con consumidores, sumilleres, amantes del vino, vendedores y restauranteros, entre los que nos colamos nosotros, no sólo para escuchar historias sino sobre todo para degustar las afamadas etiquetas que se consiguen en Paraguay gracias a la representación de Monalisa.
Pero comencemos con la historia. Valduero es una bodega familiar fundada por Gregorio García Alvarez en 1984, dos años después de haberse creado la Denominación de Origen Ribera del Duero. Cuando eso apenas existían una docena de bodegas hoy son más de 1.000 y de esa región provienen gran parte de los mejores vinos de España. “El éxito de una bodega está en hacer vinos de gran calidad que mantengan su identidad a lo largo de los años”, decía Ramón Elena Viadero.
Para ello deben apelar a varios argumentos. Primero, cuentan con un viñedo propio de 200 hectáreas donde cultivan la cepa tempranillo de una manera tradicional, plantación en vaso sin regadío, y mediante una estricta poda consiguen rendimientos muy bajos, siempre menor a 4.000 kilos por hectárea, logrando así una excepcional calidad. Las condiciones climáticas favorecen la elaboración de vinos de larga vida, ya que esas uvas maduran lentamente. No usan abonos químicos sino estiércol de ovejas y la vendimia se realiza en forma manual.
En Valduero, están convencidos que para que la uva y el vino en su caso logren desarrollarse y dar lo mejor deben envejecerse en la bodega. Por eso, se especializan en la elaboración de vinos de Crianza, Reserva y Gran Reserva. Se ha tenido siempre muy claro que los vinos debían ser excelentes en todos los sentidos, para satisfacer y hacer disfrutar al consumidor. Por eso se envejecen y mantienen los vinos en la bodega, hasta que éstos alcanzan redondez y una gran armonía siempre basada en la potencia.
Todos los Reserva y Grandes Reservas de Bodegas Valduero reposan en una antigua bodega durante el periodo de envejecimiento en roble. Se trata de una casa del siglo XV, localizada en el centro de la villa de Gumiel de Mercado -con una cueva a 40 metros de profundidad y casi 1.000 metros de longitud, donde se alinean únicamente 1.000 barricas en las mejores condiciones de temperatura (14ºC) y de humedad (75%). En el año 2006 construyeron otra cueva de similares características que la anterior con capacidad para 500 barricas. “Con la antigua cueva nos dimos cuenta de que la crianza bajo tierra hace que el vino tenga un contacto con el aroma al terruño que las paredes rezuman”, comentaba Ramón Elena.
Mientras escuchábamos las historias, ya se comenzó a degustar y la cata empezó con el García Viadero, blanco de albillo 2016. El albillo es una cepa originaria de Ribera del Duero, pero que no lleva dicha denominación de origen porque según las regulaciones no abarcan a los vinos blancos. Es el único blanco en la Ribera del Duero. No tiene crianza en barrica y tampoco tiempo de estabilización en botella. Una producción que más bien responde a una especie de gusto o capricho del fundador de la bodega.
Seguimos luego con Valduero Crianza 2014 (100% tempranillo), que descansó en barricas de roble de dos orígenes durante unos 15 meses y al menos 12 meses más en botella. Continuamos con el Valduero Unacepa 2015, con 18 meses en barricas de doble origen y 12 meses de estabilización en botella. La viña de este vino se poda estrictamente para obtener un rendimiento inferior pero de más calidad. Resultado, cada planta, cada cepa, solo da una botella.
Luego pasamos al Valduero Reserva 2011. Después de estar 30 meses en barricas de roble de 3 orígenes se inicia la crianza de 18 meses en botella que otorgan a los vinos Valduero un temperamento propio. Y finalmente llegamos al Valduero Gran Reserva 2007, un vino que se elabora en añadas excepcionales y con producción que nunca supera las 10.000 botellas. Tiene una crianza de 48 meses en barricas de roble de 6 orígenes.
Todos estos vinos están representados por Monalisa y considerando la calidad de los mismos tienen una excelente relación de precio. Así, el García Viadero cuesta 29 dólares; el Valduero Crianza, 37 dólares; el Valduero Unacepa 53 dólares; el Valduero Reserva, 54 dólares y el Valduero Gran Reserva, 109 dólares, todos en botellas de 750 mililitros. Los precios son del nivel minorista.
Tratar de describir la calidad de los vinos que catamos sería una absurda empresa. Suele decirse que el mejor vino es aquel que más te guste. Y la realidad es que nos gustaron todos. Los especialistas y entendidos tratan de encontrar matices, detalles para tratar de diferenciarlos. Nosotros preferimos detenernos en el placer general del gusto, de la sensación global, que no viene más que a reafirmar un viejo dicho popular: el vino cuando más añejo, mejor.