La complicada situación económica que atraviesa el país y en especial, el mal momento que vive el sector gastronómico, ha cobrado una nueva víctima. Claro, en todas las épocas, y es casi una norma que se cierran y abren bares y restaurantes. Pero esta vez le ha tocado a una que fue sumamente innovadora. Único en su clase, por lo que su ausencia se siente más que otras. Estamos hablando de The Wine Bar & Co.
El pasado 3 de mayo The Wine Bar levantó un mensaje en sus redes sociales diciendo: apreciados clientes cerramos el local del Paseo La Galería, gracias por la comprensión. Así de lacónico, sin anestesia. El anuncio pasó desapercibido, más aun teniendo en cuenta que días antes estaban invitando a un evento especial para festejar el Día de los Trabajadores.
Con el correr de los días, el cierre de sus instalaciones en el segundo piso del Paseo La Galería, vino a confirmar lo que estaba anunciado. Cierre definitivo. Se inauguró en noviembre del 2016 y fue el primer bar de vinos, en esencia. Aunque, fue Las Cañitas, el primero en incorporar el concepto, este último fue más bien un restaurante, antes que un local en donde se concurría con el fin principal de beber vino.
Por las reacciones que pudimos apreciar en las redes sociales, muchos le atribuían al The Wine Bar un bajón en sus servicios, en los últimos tiempos. Lo que más reclamaban era la atención de los mozos y en menor medida había críticas acerca de la calidad del producto gastronómico y escasa variación en la oferta de vinos para consumir. Algunos quedaron con créditos en sus tarjetas, sin oportunidad de tomarse las últimas copas.
La verdad de la milanesa, es que el local, no pudo hacer frente a los ingentes gastos que demandaba. Sobre todo, lo referente al alquiler. En el Paseo La Galería, los precios del alquiler son los más altos que existen en todo el mercado gastronómico. Tener un local allí exige que el negocio tenga una alta concurrencia y rotación de clientes. No era este el caso de The Wine Bar, un concepto tal vez un poco adelantado para nuestro ambiente, aunque el mercado del vino esté en auge.
Tampoco florecieron, otros intentos similares, como el que intento La Parisienne, que cambió de dueño y se reconvirtió sin el modelo de vender vinos por copas. Vender vinos con copas a través de un dispensador automático, que en el caso de The Wine Bar se trataba de un equipo muy moderno, digital, que a través de un sistema de tarjetas permitía al cliente servirse personalmente, de acuerdo a los créditos que poseía. Nos comentó Oliver Gayet, uno de los socios propietarios del local, que el citado dispensador, lo tienen pocos restaurantes, en Sudamérica.
De momento, no existe fechas ni al parecer intenciones, de volver a reabrir el local en otra locación. En octubre del año pasado, Roger Sordé, un español especialista en vinos, a quien entrevistamos en el lugar, nos decía que le parecía lamentable que el sitio no estuviera más concurrido de clientes, más aun considerando que supuestamente el vino estaba en auge en nuestro país. Hasta parecer paradójico, que esta realidad se concretara, a pocos días de la realización de la Expo Vino, la prueba mayúscula del crecimiento del mundo enológico en Paraguay.
De todas maneras, quisiéramos recordar a este local, como lo que fue durante su vigencia y aquí le invitamos a leer la nota que publicamos a poco de su habilitación: Solo en copas los buenos vinos van a la boca.