Ariel Villalba (40) es un conocido restauranteur de nuestro medio que ya tuvo la responsabilidad de dirigir varios conocidos locales. Ahora lo hace por cuenta propia y no para terceros.
Ariel Villalba (40) es un conocido restaurateur de nuestro medio que ya tuvo la responsabilidad de dirigir varios conocidos locales. Ahora lo hace por cuenta propia y no para terceros.

Ariel es un joven restaurantero que se formó como tal en Buenos Aires, Argentina. Desde hace ya varios años está trabajando en Asunción y tuvo a su cargo la responsabilidad de gerenciar varios locales gastronómicos conocidos. Ahora se abrió paso por su cuenta y convirtió a Pazzo en Mi Embajada y allí despliega sus virtudes en la atención del cliente. De ahí surge la frase del título. “Lo mío es el trato. Saber que el cliente acá puede encontrar lo que le gusta”, asegura confiado de sí mismo.

La historia es así. Ariel andaba buscando un local para hacerse cargo directamente él y no trabajar para terceros. Comenzó a ver opciones, analizó varias ofertas pero nunca pensó que su futuro o su alternativa estaban frente a sus ojos, a unos metros de distancia. Pasa que, estaba trabajando en el restaurante Pura Vida mientras armaba en sus planes. La oportunidad le llegó desde el frente, desde el restaurante Pazzo, ubicado en Ocampos Lanzoni y Guido Spano donde se formó un pequeño polo gastronómico. “Golpeé muchas puertas pero nunca se me ocurrió golpear en frente”. Nos dice.

Mi Embajada conservó casi la misma estética que tenía el anterior restaurantes. Se mantiene el ambiente sobrio y distinguido.
Mi Embajada conservó casi la misma estética que tenía el anterior restaurante. Se mantiene el ambiente sobrio y distinguido.

Y así de un día para otro, Pazzo se convirtió en Mi Embajada. “Nunca se cerró el local. Para que no sea muy brusco el cambio, no hicimos grandes modificaciones en la carta. Dejamos lo mejor que tenía Pazzo para que los clientes siguieran viniendo. Yo mismo atiendo el teléfono de las reservas y cuando alguien pregunta por Pazzo yo les digo que es lo mismo solo que cambiamos de nombre y de esa manera trato de captar a esos clientes y averiguar por qué venía la gente”. Nos cuenta.

Para Ariel, Pazzo estaba considerado un restaurante caro y que por eso la gente tenía un poco de miedo. “Lo que logré con Mi Embajada fue descontracturar un poco, hacerle un poco más bar restaurante, incluir picadas, la parte gourmet queda, fusioné algunos platos y agregué otros no tan gourmet para que venga otro tipo de público también. Puede venir una familia que quiera comer una milanesa, que quiera comer una picada. Extendí la cartera de clientes, los clientes que yo tengo y gente nueva que quiere conocer Mi Embajada, y que no le parezca caro”.

Nuestro entrevistado tiene 40 años, nació en Villarrica pero desde chico fue a vivir a Buenos Aires con sus padres. Desde los 18 años trabajó en la capital argentina en Guidos´s una conocida trattoría pizzería. Comenzó de lavaplatos y llegó hasta tener la responsabilidad de gerenciamiento del local. En el 2012 vino a Paraguay a instancia de Gaby Bo, la hermana de Colaso para comenzar a operar con la Trattoría de Tony, que se instaló sobre la avenida Santa Teresa.

El Pulpo a la Española, con papas rissole y huevo poche. Uno de los platos fuertes del restaurante.
El Pulpo a la Española, con papas rissole y huevo poché. Uno de los platos fuertes del restaurante.

Posteriormente, Ariel pasó a comandar desde sus inicios y durante varios años, el restaurante No Me Olvides, y posteriormente también tuvo participación en la apertura y funcionamiento de Mercadito. Se desvinculó posteriormente del Grupo Cruz, cuando empezó  el desarrollo del proyecto sobre la calle Souza y nuestro entrevistado dice que posteriormente se tomó un año sabático hasta que terminó trabajando en Pura Vida. Sus amigos y sus clientes le sugirieron que en vez de trabajar para otros tenía que intentar crear su propia marca y poner un restaurante. Reconoció incluso que juntamente con un grupo estuvo analizando la posibilidad de abrir un restaurante, hasta que surgió la posibilidad de quedarse con Pazzo. Él se encarga de la parte gastronómica y Esteban Ballasch, propietario y creador de Pazzo se encarga de la parte administrativa.

Ariel, tiene muchos contactos, especialmente en el ámbito futbolero. Es que cuando estaba en No Me Olvides, un productor de Fox Sports, amigo suyo, llevó a cenar a dicho restaurante al equipo de técnicos y productores del programa que venían a Paraguay a cubrir los partidos internacionales, sobre todo de Olimpia. Y así se fue haciendo amigo de conocidos futbolistas locales, entre ellos Roque Santa Cruz. “Algunos creen que él es el dueño de Mi Embajada”, confiesa Ariel. Periódicamente, el restaurante es utilizado por los programas deportivos de Tigo para hacer la previa de los clásicos y partidos importantes.

Ariel es muy hábil y diligente en las relaciones personales. Su fuerte es la atención al cliente y él sabe explotar esa situación. “Lo mío es el trato con el cliente, estar encima, por eso yo me abrí de esas negocios empresariales. Yo quiero que vos digas vamos a lo de Ariel  y que acá puedas comer lo quieras comer. La carta está abierta no necesariamente se limita a lo que está escrito ahí. La cocina está abierta. Si querés un plato especial yo mismo te lo preparo. Para mí la satisfacción del cliente es lo más importante”.

Ariel Villalba, saludando desde la barra central de Mi Embajada, el restaurante que reemplazo a Pazzo. Su fuerte dice que es la atención al cliente al que trata de darle todos los gustos.
Ariel Villalba, saludando desde la barra central de Mi Embajada, el restaurante que reemplazo a Pazzo. Su fuerte dice que es la atención al cliente al que trata de darle todos los gustos.

“Hasta los años 2015 y 2016 se trabajaba bien, la bonanza nos alcanzaba a todos. Pero ahora se abrieron súper restaurantes, inversiones de miles de dólares. Es imposible competir con ellos. Yo no tengo estacionamiento privado bajo techo. Yo apunto a que mi comida sea riquísima y a la atención. Un cliente no puede salir de aquí sin que algo le haya gustado. Hacemos todo lo posible para que se encuentre a gusto. Yo nunca falto, siempre estoy aquí.  Me va bien, no como quisiera porque la crisis nos alcanzó a todos”.

Mi Embajada tiene algunos platos puntuales que constituyen el fuerte gastronómico del local. Allí está, entre las entradas, el Pulpo a la Española, que se sirve con papas rissole y huevo poché; el Camembert Hojaldrado en colchón de verdes y mermelada de tomate.  Entre los pescados sobresale el Salmón Rosé, en salsa crema de camarones, caviar y champagne Rosé. Entre las pastas figura El Embajador (blanco y negro)  penne rigatte con crema de limón y fetuccini con tinta de calamar. Entre las carnes se recomienda el rack de cordero Mi Embajada.

Lo único externo que diferencia a MI Embajada del anterior Pazzo, es el gran cartel de la entrada.
Lo único externo que diferencia a Mi Embajada del anterior Pazzo, es el gran cartel de la entrada.

“Cuando notamos que algún cliente está dubitativo enseguida se le pregunta si quisiera combinar o cambiar algunas guarniciones. Puede elegir, hay flexibilidad total. Es imposible que el cliente se escape, ese es mi fuerte. A algunos cocineros no les gusta que se les cambie las recetas, pero hoy en día, el cliente es el que tiene la razón y tratamos de darle todos los gustos”, dice Ariel.

Físicamente, el local sufrió muy pocos cambios. Afuera la diferencia más notoria es el cartel. Y por dentro hubo algunos mínimos retoques y el local sigue teniendo un aspecto sobrio y distinguido. Sigue manteniendo su gran barra en el centro del salón principal, donde todavía se ofrecen tragos de excelente factura. Los muebles siguen siendo los mismos y la cocina, a la vista, sigue con las mismas anteriores características. Mi Embajada tiene capacidad para 150 personas en su salón y patio externo.

El restaurante apunta a un público medio, medio alto y la intención es lograr un gran volumen de ventas. Los precios oscilan entre los 30 y 40 mil entre los más baratos y los 80 y 90 mil que cuestan los platos más elevados. Todos los martes tienen la promoción de un descuento del 25%. Abren sólo a la noche de martes a sábado.

El nombre Mi Embajada, tiene alguna relación con el título de embajador del fútbol paraguayo que alguna vez otorgaron a Roque Santa Cruz. El jugador era parte del grupo de amigos que a punto estuvieron de abrir un restaurante con Ariel. Después se barajaron nombres como Lo de Ariel, pero era muy parecido a Lo de Osvaldo o cosas tales como La Esquina de Ariel. Al final, quedó Mi Embajada.

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