Esta es una pregunta que cada vez con más insistencia se realizan en algunos países del primer mundo. Es que las nuevas tecnologías están acercando intensamente a los comensales y a los profesionales cocineros y chefs fuera del ámbito de un local gastronómico. Domicilios particulares y casas privadas se están convirtiendo en lugares propicios para compartir esta nueva experiencia basada en el nuevo paradigma de la economía de compartir.
La economía de compartir es una tendencia de negocios en que los clientes se comunican entre sí por internet sin necesidad de intermediarios. Por ejemplo, conductores de vehículos se conectan con personas que necesitan transporte, gente que necesita alojamiento se conectan con personas que desean ofrecer su vivienda en alquiler, etc. Todo fuera de los esquemas preestablecidos.
Y así en nuestro caso, chefs independientes, cocineros profesionales y aficionados se conectan con comensales aventureros, foddies o simplemente curiosos, para reunirse en lugares preestablecidos a fin de disfrutar de una experiencia gastronómica. Algo de esta práctica ya se venía gestando a través de tendencias como la de chef a domicilio o el caso de los llamados restaurantes cerrados (domicilios privados) que estuvo muy de moda en Argentina, y que publicitaban su actividad a través del boca a boca.
La novedad del caso, es que ahora gracias al auge de las nuevas tecnologías, este encuentro entre la oferta y la demanda se realiza a través de sitios en internet que funcionan simplemente como nexos. Uno de esos sitios es Cookapp.com, que se creó en Argentina y ahora trasladó su sede a Nueva York ante el éxito que obtuvo la propuesta.
El papel que cumple es la de organizar cenas privadas para personas que no se conocen. Los chefs que están inscriptos en su programa dan a publicidad dónde y en qué fechas van a preparar el plato elegido y los comensales se registran en la cena que deseen, pagan por adelantado a través de una aplicación, a la que se puede acceder incluso a través de los teléfonos móviles y se presentan en el lugar para disfrutar de la comida.
Más de 50.000 clientes y 650 cocineros se registraron en Cookapp durante el año de prueba que tuvo en Buenos Aires, y apenas seis semanas después de su debut en Nueva York, 250 cocineros y miles de clientes se registraron. La compañía ahora espera poder ampliarse en San Francisco, Boston y otras ciudades norteamericanas.
Otros sitios de internet que se dedican a la misma modalidad son EatWith y Feastly, el primero es una empresa de internet en Tel Aviv, y el segundo tiene sede en Washington, D.C. Tienen modelos similares, aunque sólo algunos de sus cocineros tienen los símbolos de “verificado” para indicar que cumplen con los estándares de calidad e higiene.
Otro sitio similar HomeFood, con sede en Bologna, Italia, que se enfoca más bien en el mercado turístico de Italia, mientras que en Gran Bretaña existe Eat With a Local, que publicita comidas caseras pero también festivales gastronómicos y otros eventos.
Esta idea se va generalizando y a medida que lo hace es como suplantar a los establecimientos tradicionales como son los restaurantes pero a su vez se van convirtiendo en verdaderos negocios que se hacen a espaldas de las regulaciones y normas ya que escapan a los controles que se ejercen sobre los locales de ventas de comidas y también están más allá de las imposiciones fiscales.
Según un despacho periodístico de la agencia de noticias AP, Cookapp se publicita como un servicio de mercadeo que simplemente comunica a los chefs con clientes que pueden hacer “donaciones”. No se habla de un pago como contraprestación de un servicio gastronómico porque en Nueva York, las disposiciones legales para la habilitación de cualquier local de venta de comidas son muy estrictas.
“Sus creadores sostienen que están dispuestos a trabajar con las autoridades para crear un esquema en que los clubs de comensales puedan funcionar. Entretanto, aseguran que están cumpliendo con las leyes y pagando sus impuestos, y que le exhortan a los comensales a que hagan lo mismo”, dice el despacho de la AP.
Para los chefs, es una oportunidad para experimentar sin los inconvenientes de administrar un restaurante. Para los comensales, bien podría ser la máxima aventura culinaria. Experiencias de este tipo, similares pero no iguales, ya se han vivido en Paraguay. Cuando el chef colombiano Beto Alvarez recién llegó al país ofrecía un servicio de chef a domicilio que se llamaba Cocina Gourmet en tu casa, donde él iba a casa del contratante y se encargaba de todo.
Algo parecido era también lo que ofrecía el desaparecido restaurante Sucre en la época en que era regenteado por Zeta Duarte, cuándo ofrecía un servicio de cocina en vivo a cargo del joven chef Diego Fernández Sacco.
Pero lo más aproximado a lo que nos ocupa es lo que hace actualmente el Cocinero Hereje, Teddy Salgueiro. De cuándo en cuándo, el convoca a los que están adheridos a su perfil en Facebook a sesiones de cocina exótica. Los interesados se anotan en el inbox y asisten al lugar elegido en la fecha y hora señalada. Generalmente, son cenas para un reducido grupo de personas que se realiza en casa de amigos.
“Yo compro las cosas, yo cocino y yo sirvo”, nos cuenta Teddy quién describe la experiencia como algo genial. “Además todos participan, algunos hasta se ofrecen a cortar la cebolla y el ajo”, nos dice. Generalmente cocina en casa de amigos para cinco o siete personas y el servicio incluye, una entrada, dos fondos y el postre.
“Se fascinan, mueren con los aromas”, agrega y nos comenta que los precios generalmente oscilan entre 70 y 120 mil guaraníes. Teddy, quién se dedica a su profesión de abogado, toma la cocina como una actividad supletoria pero considera que esta modalidad es sumamente rentable y que ese será su desafío para el 2015.
En Paraguay, todavía estamos un poco lejos de que se implante esta modalidad y mucho menos que desaparezcan los restaurantes.