El movimiento gastronómico Karú Guazu Urbano que normalmente se realiza en los espacios públicos, plazas y calles, anoche tuvo un estreno cinco estrellas en la terraza del Hotel Guaraní. Pese a que una pertinaz llovizna convertida luego en lluvia se oponía a ello, fue llegando público pero no en la medida que los organizadores esperaban. Eso no conspiró contra el sabor y la calidad de los platos ofrecidos.
Karu Guazu Urbano está integrado actualmente por los cocineros Leyzman Salim, Derlis Bogado y Luis Alberto Villalba (Luchef), que a través de este movimiento quieren difundir recetas de la cocina tradicional y sobre todo hacerlo a precios muy accesibles. Anoche tuvieron la ocasión de estar en un escenario privilegiado, más apropiado quizás para las noches del verano o la primavera.
Y la contradictoria sensación de estar en un lugar de mayor alcurnia que el origen de los platos que se iban a saborear y de cómo se iban a preparar, quedó totalmente equilibrado con el nivel de las elaboraciones, dignas de cualquier ocasión o lugar. Desde luego que los profesionales a cargo, son hombres ya duchos en la materia acostumbrados a trabajar para todos los rangos de consumidores.
La oferta gastronómica comenzaba con un caldo de gallina, que era algo así como un combustible para entrar en calor, aprovechando la fresca noche. Podía uno seguir, con unas mandiocas fritas con salsa a la provenzal, acompañado tal vez de unos asaditos. Lo fuerte de la noche lo constituían unos sándwiches de carne de cordero desmechado, con unos panes elaborados con cerveza y aderezados con una salsa casera de impecable factura.
También había sándwiches similares al anterior pero con carne de cerdo, igualmente desmechado. Y sobre el final, tuvimos ocasión de probar un surubí ku’i con arroz. Un típico guiso tipo paella al cual antes del final de la cocción se le agrega la carne de pescado ahumado lo que le daba un sabor sin igual. Nada costaba más de 20 mil guaraníes.
Es que el Karu Guazu Urbano está pensado para la gente que transita por la calle. Durante los festejos patrios en el centro de la ciudad, pusieron un puesto y despacharon más de 800 platos. No fue esa la asistencia de anoche “pero estuvieron muy contentos con el nivel de gente que asistió”, según nos comentó Leyzman. Todos los platos que prepararon se acabaron, lo que no hubo fue reposición.
El menú que presentan se cambia constantemente, tratando de abarcar todo el abanico de posibilidades que brinda la cocina popular. Para un evento a realizarse esta noche en el Club de Suboficiales de la Armada, tiene previsto preparar una paella de surubí, para lo cual tienen un stock de 200 kilos y además cocinarán 40 pacúes a la parrilla.