Long Bar otra vez en el ojo de la tormenta

20 agosto, 2021
Luis Fernando López, primero de la derecha con saco gris, titular de la Dirección de Defensa al Consumidor, dependiente de la Dirección General del Área Social, Municipalidad de Asunción realizó ayer una inspección de oficio a Long Bar.

Luis Fernando López, primero de la derecha con saco gris, titular de la Dirección de Defensa al Consumidor, dependiente de la Dirección General del Área Social, Municipalidad de Asunción realizó ayer una inspección de oficio a Long Bar.

Long Bar, el conocido bar de Carmelitas, zafó nuevamente de una intervención municipal, tras una denuncia por presencia de ratas en su cocina y por otras faltas de higiene y seguridad. Fue obligado a cerrar ayer para que se despejen los olores tóxicos producto del arreglo que hicieron en el sector de producción. El problema más grave debe afrontar con la propietaria que le reclama pagos atrasados de alquileres y servicios de ANDE. Tienen un rosario de antecedentes.

En la tarde ayer, Luis Fernando López, titular de la Dirección de Defensa al Consumidor de la Municipalidad de Asunción realizó una verificación de oficio al local del citado bar, situado sobre Senador Long entre Teniente Vera y España. Fue luego de que se hiciera viral un video publicado por Kevin Houston, hijo de la propietaria, donde se veían ratas dentro de la cocina, acumulación de basuras y otros temas que no caían en la jurisdicción municipal.

“No se constató la presencia de ratones, pero existen falencias a pesar de que se nota que hicieron esfuerzos para adecuarse. Se reacondicionaron las basuras, había pintura fresca y se notaba que se hizo una fumigación recientemente. El equipo técnico que acompaño esta medida realizó varias observaciones como que había azulejos rotos en la cocina, el lugar tenía rejillas de plástico que deben ser cambiadas por metálicas, la campana de la cocina necesita una mejor limpieza, en fin, cosas que son subsanables. Exhibieron la patente y la licencia provisoria otorgadas por la Municipalidad”, nos dijo hoy el mencionado funcionario municipal.

A raíz de la intervención realizada ayer se prohibido a Long Bar operar durante 24 horas para despejar los fuertes olores que emanaban del local. Hoy ya están habilitados nuevamente. Sobre este caso no se abrió ningún nuevo expediente, pero serán objeto de un nuevo control en la próxima semana y se constatan irregularidades serán pasibles de sanciones. «La Municipalidad no tiene una actitud represiva pero debemos velar por el interés de los consumidores así como de los contribuyentes», agregó.

Las responsables de Long Bar acumulan cinco expedientes en la Municipalidad debido a diversas irregularidades. La empresa está conformada por los hermanos Andrés y Sebastián López Vargas y por Jesús Thompson, como los principales propietarios. Explotan también el Beach Long, ubicado al lado de Long Bar, King Fish, situado en frente y Kandu, un restaurante que está sobre la avenida que va al Aeropuerto, pasando el Ñu Guazú.

Todos esos locales eran muy exitosos, no sabemos cómo quedaron a consecuencia de la pandemia. Pero tenían la mala costumbre de caminar sobre la cornisa y como dicen en el lenguaje futbolero, “jugar al límite del reglamento”, coleccionado tarjetas amarillas. Así fue que acumularon una serie de denuncias que están aún pendientes de resolución final.

El 25 de abril del 2017 por resolución de la Intendencia Municipal se clausuró el local de Long Beach tenía sobre Charles de Gaulle casi Las Palmeras. Durante más de un año funcionó allí con un llamativo suceso. Los ruidos molestos generados por la alta música, el estacionamiento irregular de vehículos en las inmediaciones, movieron a los vecinos a iniciar una protesta que terminó con una intervención municipal, en la cual se constataron diversas irregularidades, como, por ejemplo, que no podían establecerse locales similares en dicha zona de la ciudad por la ordenanza de zonificación urbana. Long Beach se instaló posteriormente, en el mismo local que Long Bar, en los locales que inicialmente fue ocupada por la Pizzería Pulcinella.

En octubre del 2018 King Fish fue denunciado porque un cliente ingresó al local con un ganso y las protestas de los sectores que salen en defensa de los animales no se hicieron esperar. Los inspectores comprobaron que carecían de patente y de sistemas de seguridad para incendios.

En enero del 2019 King Fish fue intervenido por la Secretaría de Estado de Tributación por la falta de emisión de facturas y comprobantes. Y últimamente, el 15 de mayo pasado, la Municipalidad de Asunción, no les autorizó que sacaran sus sillas y mesas en la calle porque no cumplían con los protocolos sanitarias impuestos por la pandemia, referente al distanciamiento social.

Luis Fernando López mencionó que era muy difícil lidiar con este grupo empresarial, porque constantemente cambian la razón social de la firma, así como el nombre de sus representantes y encargados, lo que a nivel municipal es similar a las chicanas que se realizan en el Poder Judicial, con lo que se atrasan todos los procesos.

EL PROBLEMA PRINCIPAL

Pero el problema principal que tiene Long Bar no es con la Municipalidad sino con la propietaria del local que alquilan, Verónica Cubilla. El hijo de esta denunció en primer lugar los malos tratos que recibía su madre a causa de las negociaciones que mantenía con los locatarios a raíz de la falta de pago de alquileres y facturas de la ANDE.

Además, denunció la falta de disposición adecuada de las basuras, los daños causados a un salón que alquilaban y en medio también la presencia de las ratas en la cocina. No sabemos si el caso está a nivel judicial pero no parece que pueda arreglarse a nivel personal. Tampoco sabemos hasta cuando tienen firmado el contrato. Lo que sabemos es que la locación donde están es una de las más importantes del mercado gastronómico. El monto del alquiler trepa a más de 50 millones de guaraníes.

 

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