El sector gastronómico no tendrá rebajas en las facturas por consumo de energía eléctrica de la ANDE y en el aporte obrero patronal al IPS. La Cámara de Diputados mandó ayer definitivamente al archivo el proyecto de ley que declara en estado de emergencia a los sectores de turismo, gastronómico, hotelero, entretenimiento y de eventos, donde se establecían esos beneficios.
Los bares, restaurantes, hoteles y empresas de eventos cifraban muchas esperanzas en dichos beneficios económicos porque representaban una gran ayuda para afrontar las consecuencias generadas por la crisis producto de la pandemia. Podían haber logrado el 50% en la reducción de las facturas por energía eléctrica de la ANDE y el 60% de disminución en los aportes de trabajadores y patrones al IPS, durante el periodo de un año.
El presidente de la ARPY (Asociación de Restaurantes del Paraguay), Oliver Gayet manifestó que ante esta situación están negociando con el Poder Ejecutivo la posibilidad de estructurar mecanismos que hagan menos gravosa las cargas que tienen tanto con ANDE e IPS, como sería el caso de establecer pagos en cuotas y exoneración de multas por atrasos.
Desde mediados de año la ARPY viene luchando por conseguir esos beneficios, que inicialmente fueron desoídos por el Poder Ejecutivo pero luego encontraron eco en el Poder Legislativo (ambas Cámaras) donde se aprobó el proyecto de ley 6617/2020, que fue vetado parcialmente por el Ejecutivo y con la aprobación de ese veto por parte de la Cámara de Diputados se dio un corte definitivo y se rechazó yendo a parar al archivo.
La ANDE se opuso al proyecto de ley alegando que no existe la posibilidad de identificar a los posibles beneficiarios y no es posible determinar el impacto económico financiero que generaría la aplicación de la exoneración solicitada. Además sostuvo que el proyecto no contempla la fuente de financiación para hacer frente a la misma y alegó que no tiene capacidad financiera para ello.
Por su parte, respecto a la disminución del aporte del IPS se hizo notar que se tendría un criterio muy dispar con respecto a aquellos que seguirán aportando normalmente a la entidad. Además se argumentó que los fondos destinados especialmente para que el IPS haga frente a los efectos de la pandemia, no pueden destinarse para cubrir las exoneraciones previstas en el citado proyecto de ley.
El sector gastronómico fue uno de los más castigados por la pandemia. Desde el comienzo de la aplicación de la cuarentena fueron obligados a cerrar sus puertas, con pocas posibilidades de recaudar para hacer frente a sus gastos. Aun cerrados los locales gastronómicos deben afrontar altos gastos de energía eléctrica para mantener en actividad sus equipos de refrigeración a fin de mantener sus productos y materias primas.
Especialmente, el sector de los restaurantes se sometió respetuosamente a las restricciones impuestas por el Gobierno y fue uno de los primeros sectores en elaborar su propio protocolo de higiene y seguridad. Siempre con la esperanza de una ayuda gubernamental con el objetivo de mantener los puestos de trabajo. Durante la cuarentena inteligente abrieron nuevamente sus puertas bajo el cumplimiento de los protocolos aprobados por el Ministerio de Salud Pública.
Ahora, existe el peligro latente de que la pandemia de covid 19 se torne aún más peligrosa, ya que los técnicos estiman que diciembre podría ser el mes más grave en la materia, en lo que va del año. No se descarta que se vuelva a las medidas de cuarentena total y toque de queda, como está ocurriendo actualmente en varios países de Europa ante una segundo ola de covid 19. El tema es que los restaurantes ya no estarían dispuesto de volver a fojas cero, más considerando que el Gobierno no otorgó ninguna ayuda. Aun.