Leyzman Salim es un parrillero que busca profundizar el conocimiento de su oficio. No se detiene solamente en aprender todo del producto y su cocción. Ahora, además se introduce en el equipamiento y se pone a fabricar sus propias parrillas basándose en la satisfacción de las necesidades que encuentra a lo largo de su experiencia. Recientemente presentó los primeros modelos que está poniendo a la venta. Parrilla para parrilleros, hecha por parrilleros, según su propia expresión.
Él es multifacético. Tiene un servicio de catering que se llama Ja’u la Asado, pero al mismo tiempo es fabricante de chorizos caseros. Y en ambas condiciones siempre está en contacto con las parrillas. En la fábrica de embutidos tienen un taller de herrería, una especie de hospital de parrillas. Aprovechando esa circunstancia y utilizando materiales reciclables se dispuso a diseñar modelos que se requieren en la profesión. “Empezamos haciendo mantenimiento”, se justificó.
La principal materia prima para la fabricación de las parrillas, son los tambores. “Usamos tambores reciclados que transportan frutas secas, primero, por el grosor de las paredes y sobre todo porque no están contaminados con productos químicos”, nos revela Leyzman. El resto se obtiene de parrillas en desuso y materiales que fácilmente se pueden conseguir en el mercado local.
Inicialmente, se presentaron tres modelos de parrilla:
El Horno Parrillero. Un horno multiuso, para cocinar pizzas, lechones, cordero, sopa paraguaya, chipa guazú, carnes varias. etc. Usa carbón y trocitos de leña, como combustible para darle un saborcito ahumado como el tatakuá tradicional. Tiene tres hileras de bandejas (77 x 50, 77×54 y 77 x 43), unos 40 kilos por tanda o 6 asaderas de sopa o chipa guazú. Posee una base con ruedas para su mejor manejo, mesita desmontable y termómetro analógico.
La Parrilla. Ideal para cocciones rápidas y sellado de carnes. Usa muy poco carbón. Tiene dos hileras de bandejas (52×80 y 29×80) para mayor espacio y comodidad. También construido de tambores gruesos reciclados para una mayor duración. Posee una base con ruedas, mesita desmontable y termómetro analógico. Su capacidad es de 15 kilos por tanda.
El ahumador. Con flujo inverso de humo. Usa carbón y trozos de leña como combustibles. Tiene cuatro bandejas de dos hileras de 80×54 y 80×50 para mayor comodidad y espacio. Construido de tambores gruesos reciclados para una mayor duración. Tiene una base con ruedas para su mejor manejo, mesita desmontable y termómetro analógico. Tiene una capacidad de 60 kilos por tanda.
Todos estos equipos fueron pensados para los profesionales del asado, no para los aficionados, aunque cualquiera puede sacarle provecho. El modelo y la función de cada uno se definieron “viendo lo que necesitábamos en el campo de batalla” y son el resultado de pruebas y pruebas realizadas en ese sentido.
“Nuestra filosofía de trabajo siempre fue que la parrilla haga la mayor parte de la tarea con la menor interacción posible con el parrillero. Así se puede producir en grandes cantidades con el manejo de una o dos personas. El asado, hoy día es la niña bonita de la gastronomía, el paraguayo es asadero por naturaleza y lo que hacemos son juguetes para que obtenga una mayor satisfacción con el alimento”, dijo finalmente Leyzman.