50 millones para el primer Masterchef

4 abril, 2018
Joseph Shu recibiendo su delantal, uno de los personajes favoritos en las redes sociales. Foto de twitter @_masterchefpy

Joseph Shu recibiendo su delantal, uno de los personajes favoritos en las redes sociales. Foto de twitter @_masterchefpy

Comenzó ayer por Telefuturo la emisión del programa MasterChef Paraguay y una de las novedades fue el anuncio de que el ganador recibirá un premio de 50 millones de guaraníes más un curso de tres años para su formación profesional. El programa apunta a ser uno de los más entretenidos de la televisión paraguaya. Su repercusión en la audiencia ya puede vislumbrarse a través del impacto que tuvo en las redes sociales. Gastronómicamente, es poco lo que aún puede decirse. Lo poco que se vio en la materia, fue realmente poco.

En general, el capítulo estreno llenó las expectativas. Impecable puesta en escena, una producción excelente y una edición muy cuidada. A tono, con similares programas emitidos en otros países.  Tiene la ventaja de que es un pregrabado, no un programa en vivo, por lo tanto, hay más oportunidad para cuidar de todos los detalles. La emisión de anoche sirvió para presentar MasterChef Paraguay y mostrar todo el proceso que tuvieron que realizar para llegar hasta hoy.

Se trata de una competencia entre 18 cocineros amateurs que fueron seleccionados entre 2.000 candidatos, cantidad que fue reducida primero a 200 y luego a 50. Y aunque no se conoce todavía la lista de esos 18 finalistas, el programa de ayer reveló el nombre de cuatro: Vivian González, Isabel Krause, Joseph Shu y Mauricio Machado. Ellos, al igual que otros que fueron eliminados, tuvieron que presentar sus platos y enfrentarse, por primera vez, al jurado integrado por Rodolfo Angenscheidt, María Eugenia Aquino y José Torrijos. Recibieron el delantal que los habilita a competir en las cocinas de MasterChef.

En ese proceso, se concentra la parte más entretenida del programa. La presentación de los platos, las críticas del jurado, las devoluciones. Y finalmente, el veredicto. MasterChef es fundamentalmente un programa de entretenimiento, un show. Por ende, debe estar cargado de emociones. Risas y alegrías, lágrimas y tristezas. Y alguien tiene que hacer el papel de malo. Para esos están los miembros del jurado. A Rodolfo y a Torrijos, les sale más natural. Pero Euge, que es una buenaza y más jodona tiene que inventarse un personaje. Todos deberán aprender a trabajar de duros.

Anoche, hubo la primera escena de llantos. Una de las participantes, Vivian González, recibió duras pero correctas observaciones de los miembros del jurado. Y echó a llorar al punto que enterneció al jurado y al final recibió su pase a la final. Habrá que acostumbrarse a las críticas, a la exigencia , a la rigurosidad, muchas veces a los gritos. Y esto va, para los participantes, para el jurado y también para el público, que no está acostumbrado a estas actitudes. Pero casi casi es una exigencia del programa. Así ocurre, en todas partes del mundo.

Gastronómicamente hablando, es todavía muy poco lo que pudo verse. Y eso poco no fue digno de un MasterChef. Platos simples, sin nada de elaboración especial y escasa demostración de técnicas. Lo más complicado que se vio fue la paella presentada por Isabel Krause. Claro que con el correr los programas los participantes se verán obligados  a mejorar el nivel de sus preparaciones. En el próximo capítulo, probablemente ya se terminará la selección de los 18 finalistas y a partir del tercero, se entrará en la parte competitiva propiamente dicha. En cada programa se eliminará un participante,  luego de una serie de desafíos individuales y colectivos que deberán superar los participantes. Mención especial para Paola Maltese, quien supo conducir el programa sin fisuras de ningún tipo.

En los adelantos que anoche pudimos ver, se pudo notar un evento realizado en exteriores. Los concursantes tuvieron que cocinar para 100 bomberos voluntarios, teniendo como escenario lo que parecía ser el cerro de Ñemby. La producción seguramente va a sorprender realizando programas en lugares emblemáticos, de la capital o el interior, y con retos llamativos para poner a prueba, la capacidad, la resistencia, el compañerismo y el espíritu de equipo de los concursantes. Otro aditamento más para un programa que pretende romper los moldes de la televisión paraguaya.

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