El próximo viernes 30 de diciembre abrirá sus puertas por última vez. Dejará de ser el secreto mejor guardado de Asunción, abandonará su posición como uno de los 5 mejores locales gastronómicos preferidos por los especialistas, desaparecerá su imagen como uno de los restaurantes más románticos de la ciudad y ya no se constituirá en un obligado refugio para los amantes del buen vino. El restaurante Uva Terra anunció su cierre definitivo.
Pero la clausura no tiene nada que ver con los vientos que soplan en el ambiente gastronómico caracterizado por presagios de negros nubarrones. Uva Terra se retira en un buen momento de su quehacer como negocio. Creado en el 2004 por Francisco “Cacique” Scappini y Liv Ljunggren, quienes desarrollaron un concepto de restaurante que impuso una tendencia y que todavía marca pautas. De ahí que, a primera vista, resulta sorprendente y sorpresiva la decisión asumida.
Pero dejemos que Cacique nos explique más acerca del tema: “Esto ya estaba programado desde hace un tiempito. La verdad es que llegó su momento. Se cumplió un ciclo, es un restaurante familiar, y ahora nos surgió otra posibilidad”. Y como si no bastará semejante explicación Cacique abunda más: “Yo estoy cumpliendo 50 años, no voy a estar trabajando todos los días de mi vida en la noche, llevó más de 15 años en esto”.
Se cumplió un ciclo, es un restaurante familiar, y ahora nos surgió otra posibilidad.
Claro, porque incluye los cinco años que pasó con Las Cañitas, el primer bar de vinos que abrió en el país y que lo hizo junto a Leo Rubín. Pero volvamos a la justificación que esboza Cacique: “Yo ya tengo nietos y tengo también hijos chicos”, nos cuenta y sin decirlo argumenta que es hora de que dedique más tiempo a sus seres queridos. Y no incluimos en la lista a Liv porque con ella constituyen el alma mater de Uva Terra, y comparten el tiempo, entre afectos y trabajo. Como se trata de un negocio familiar, donde la cara visible son Liv y Cacique no quisieron delegar en otras personas la administración del local y prefirieron salir por la puerta grande.
El viernes será el día de la despedida oficial. No habrá nada especial pero de seguro será un momento emotivo. “Simplemente vamos a estar una noche más, sencillo”, dice Cacique. Pero admite que hay un montón de reservas para ese día. De hecho los fines de semana, el local suele estar bastante ocupado y en esta oportunidad habrá una razón más para asistir. Se va Uva Terra pero Cacique y Liv seguirán relacionados con el mundo de la gastronomía aprovechando la oportunidad que se presenta.
Precisamente, sobre esa oportunidad es que indagamos los proyectos de la pareja y así nos enteramos que se convertirán en los importadores exclusivos de Thermomix, una especie de robot de la cocina que engloba en una sola máquina, 12 electrodomésticos. Un referente actual en el mundo de la gastronomía. Un aparato que utiliza la tecnología más moderna. “Es un producto pensado para las amas de casa, para gente que ama la cocina, la gastronomía, ese es el potencial cliente de este nuevo producto. No vamos a vender ropa o zapatos, vamos a trabajar con el mismo target de clientes que tenemos con el restaurante”, aclara Scappini.
El local actual de Uva Terra, se va a redecorar y reambientar. Allí funcionará la sede de la empresa que se encargará de la venta de Thermomix. Pero la marca Uva Terra continuará siendo de la pareja. «Queremos reservarnos la marca, para que eventualmente el día de mañana, nosotros o nuestros hijos podamos utilizarla, quizás con otro formato. Pero si hay algún interesado en comprarla, estamos dispuestos a escuchar las ofertas”, nos dice más adelante.
Recientemente, Cacique y Liv realizaron un viajecito por Suiza y Alemania. Dónde seguro se pegaron un merecido descanso pero mucho tuvo que ver también con las negociaciones para cerrar el trato con los fabricantes en Alemania y sobre todo para recibir capacitaciones y asesoramientos con vista a la próxima apertura en Paraguay de la firma que representará el producto. A todo esto, la inauguración está prevista para marzo del año próximo.
Y Colorín Colorado, el cuento de Uva Terra se ha acabado. Dejando una estela de historias, anécdotas y experiencias precursoras. Como por ejemplo, el hecho de haber iniciado un nuevo polo gastronómico. Decir, hace 10 años, que Uva Terra quedaba en Ocampos Lanzoni y Guido Spano era como mencionar un lugar ignoto, ubicable sólo a través de un plano de la ciudad (el GPS aun no existía en los celulares). De ahí surgió aquello del Secreto guardado de Asunción. Porque los que llegaban ahí se encontraban con una especie de maravilla en un lugar inesperado. Después de trabajar allí en solitario, hoy la zona congrega a varios locales gastronómicos.
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