Según la FAO un tercio de todos los alimentos que se producen en el mundo se desperdician antes de ser consumidos. En Paraguay, 1.500.000 personas padecen hambre de alguna manera. Esta realidad, es la que movió a una fundación y a una marca comercial para desarrollar un proyecto destinado a paliar localmente esa dura realidad que nos afecta. Se llama Heladeras Solidarias y en ellas se busca recolectar en los locales gastronómicos los alimentos que de otra manera irían a parar al desperdicio. Y destinarlos a quién lo necesita.
El proyecto Heladeras Solidarias, es una iniciativa de la marca Whirlpool y la Fundación Banco de Alimentos. Consiste en entregar a los locales gastronómicas una heladera para que en ella se recolecten los productos y los alimentos en vez de destinarlo al desperdicio. A través de la Fundación Banco de Alimentos lo recogido se destina a entidades y organizaciones, hogares de niños y ancianos.
Este emprendimiento se lanzó hace un mes y en ese tiempo ya consiguieron sumar a la iniciativa a seis locales gastronómicos de nuestra capital. Cada local recibe una heladera por el período de un mes bajo el compromiso de disponer en él los productos, con la técnica correcta para su conservación. Se trata de las pérdidas o del desperdicio, es decir alimentos que todavía no fueron consumidos pero que por diversas razones tienen que ser eliminados. En ningún caso, se trata de sobras.
Los productos así recolectados son recogidos después a través del procedimiento establecido por el Banco de Alimentos, que tiene una red de más de 70 entidades de la capital, a las que ayuda tratando de cumplir su objetivo general que es luchar contra el hambre. Para este menester trabaja con la entidad Pro Asunción, que es su brazo ejecutor en actividades como éstas.
Claudia Muñoz, Brand Manager de Whirlpool, explicaba que esta acción era parte de la campaña de responsabilidad social de la empresa NGO que ya realizó actividades similares con sus otras marcas. “Es un desafío muy grande para nosotros, creemos que seis locales en un mes es un buen número, creemos que serán muchos locales más. La idea es que a medida que se vayan sumando nuevos locales, corra de boca en boca, de que esto funciona, de que esto está ayudando y así poder tener más puertas abiertas para poder poner más heladeras”. Los locales adheridos son: Todo Rico (Brasilia), Ceci Gross (Tte. Vera), Hippie Chic, Cocina Clandestina, Long Bar y Long Beach.
¿Cuántas heladeras planean colocar?
No tenemos una fecha límite, ni cantidad límite, estamos abiertos a negociaciones con cada local, cada local tiene que cumplir ciertos requerimientos que se necesitan, tienen que capacitar a su personal y tienen que conservar bien sus alimentos. Todo eso vamos a ir evaluando en el proceso y veremos quiénes quieren seguir y quiénes ya no estarán. La idea es llegar a Asunción y Gran Asunción y una vez que crezca llegar al interior del país, que es la zona con mayor necesidad.
No queremos cerrarnos a 20 heladeras, nosotros queremos ayudar y vamos a ayudar en lo que sea posible para nosotros, si son 100 heladeras, o 2.000 lo haremos, esto es algo que nace hoy pero que tiene que tener un seguimiento de parte del Banco de Alimentos, y del local gastronómico. Es un proyecto grande que no podes hacer hoy y decir vamos a estar dos meses, cuatro meses, es una ayuda que haces por siempre y creo que es algo que va a continuar y va a depender mucho de los locales que se quieran adherir y del compromiso de cada uno. Nosotros como NGO tenemos el compromiso de seguir pero también dependemos de los locales y obviamente que las heladeras funcionen.
Claudia reconoció que nunca han realizado una experiencia como ésta. Para NGO es como una prueba de campo. Por eso, encaran el proyecto de a poco de manera a profesionalizar y perfeccionar el sistema y poder llegar a más locales. “No sólo a locales gastronómicos, eso fue lo primero que surgió. No estamos cerrados a hacerlo en patios de comidas ni en shoppings. Allí pueden haber mucho más desperdicios que un restaurante”.
Las heladeras Whirlpool que entrega NGO a los bares y restaurantes, son electrodomésticos nuevos que tienen, en el mercado, un costo de 3.500.000 guaraníes. Esas heladeras deben ser ubicadas en donde los responsables del local así lo decidan. Muchas veces se ponen en la cocina, en el salón o en el lugar donde haya espacio. Todos esos refrigerados tienen adheridos un gráfico donde se detalla que es una heladera solidaria y en los locales se distribuyen impresos informando que está adherido al programa de Heladeras Solidarias.
Guillermo Fanego, titular de la Fundación Banco de Alimentos consideró que con este proyecto están tratando de crear la cultura contra el desperdicio. “Como fundación luchamos contra eso y contra el hambre”, aseveró. Informó que la institución a su cargo tiene la misión gestionar con las instituciones a las que ayuda el retiro de los productos depositados en la heladera. “Ellos tienen que ir a buscar porque les queda en el camino o porque están cerca y tienen que llenar una planilla donde se anota cuánto se recoge”, dijo.
La idea de las Heladeras Solidarias nació justamente de una conversación entre Claudia y Guillermo, donde éste comentaba la misión que desarrolla la Fundación Banco de Alimentos. Y a la pregunta de Claudia ¿en qué podemos ayudar?, nació la idea gracias a la creatividad de la empresa publicitaria. Una de las últimas actividades realizadas por el Banco de Alimentos fue la Colecta Nacional de Alimentos realizada en noviembre, en 150 supermercados. Se recogieron 54 toneladas de alimentos que fueron destinados a las más de 150 instituciones que figuran como beneficiarios de la fundación.
El primer restaurante que se prendió a la idea de las Heladeras Solidarias, fue Cocina Clandestina, propiedad del joven chef Sergio González. Además fue el primero en colocar dicha heladera en su salón comedor a la vista de toda la clientela. “Nosotros tenemos muchos insumos que podrían echarse a perder si no se utilizan y esto nos facilita mucho las cosas”, nos comentó.
En realidad, fueron un poquito más allá porque la mayor parte de esos insumos, vegetales, verduras y carne, ellos utilizan para preparar comidas que se depositan en la heladera solidaria a la espera que vengan a retirarlos. Todos los lunes pasan, los representantes del Hogar Unidos por Cristo, de la ciudad de Itauguá que atiende a más de 50 niños que están en situación de calle. “Hay veces en que no sobra nada, pero igual preparamos algo porque no queremos que se queden sin su comida”, dijo finalmente Sergio.