No sabían nada de chocolate, pero se informaron y se capacitaron. El año pasado crearon una chocolatería premium artesanal. Tenían una producción mínima de 160 kilos de chocolate al mes, que enseguida fue absorbida por el mercado que cada vez le pedía más. Ahora incorporaron maquinarias italianas con lo cual de los 160 kilos mensuales pasarán a una tonelada y media. José y Gabriela apuntan a conquistar a todo el país desde la pequeña fábrica que tienen en la ciudad de San Antonio.
En materia de producción de chocolate es primordial el tema del equipamiento. Por eso, es una gran noticia el hecho de que la Chocolatería Wisner anuncie la incorporación de máquinas que apuntan al aumento de la producción, a fin de dar abasto a la creciente demanda. A pesar del poco tiempo que tienen de funcionamiento ya no estaban pudiendo satisfacer todos los pedidos que recibían.
“Incorporamos cuatro máquina, un horno tostador de cacao con capacidad de 100 kilos pro hora; un descascarillador de granos de cacao con capacidad de 30 kilos por hora, venido de Itapia; un molino de piedra para convertir los granos de cacao en chocolate, con un tanque de 120 kilos y una capacidad de 70 kilos por tanda, que también trajimos de Italia y finalmente una dosificadora para fabricar chips o gotas de chocolate, a fin de facilitar su aplicación en los productos finales”, nos dice José Coronel quién junto a su esposa Gabriela son los creadores y propietarios de la chocolatería.
El equipo más importante es el molino que está fabricado con un granito especial que corresponde al método tradicional y artesanal de fabricar chocolates. José nos comentó que es un equipo único en el país y que cuenta con tecnología de punta. Todo el equipamiento mencionado permitirá a Chocolate Wisner multiplicar por diez su actual producción.
“Estas incorporaciones se deben a que con nuestra producción anterior ya no estábamos dando abasto a los pedidos que recibíamos. El crecimiento se proyectó hace seis meses atrás y fueron meses duros y complicados debido a que las máquinas vinieron de Europa y tuvimos que ampliar nuestra infraestructura para poner a punto y que reúna las condiciones para el montaje”, nos dice. La chocolatería está ubica en la ciudad de San Antonio, que es el lugar de residencia de José y Gabriela.
La nueva situación obligará a la incorporación de más personas para encarar la producción. “Por el momento estamos enfocados en cumplir con los pedidos pendientes y en fortalecer la gama de productos que ya tenemos antes que ampliarnos a nuevos productos. Tenemos mercado, pero también hay que salir a prospectar ya que muchas personas aún no saben que, en nuestro, país se fabrica chocolate de alta calidad”, señala.
Chocolates Wisner produce nueve variedades. Tienen la línea tradicional y la línea sin azúcar. Las mismas variedades son las que se venden al público y al sector gastronómico. Las que más salidas tienen son los chocolates amargos con altos porcentajes de cacao. Son los pioneros en la producción de chocolate blanco sin azúcar y sin lactosa. Para los consumidores finales los chocolates están a disposición en forma de tabletas y para el sector gastronómico existen presentaciones de un kilo.
“Una cosa que nos distingue es que si el cliente gastronómico nos pide un chocolate especial con un sabor específico, podemos fabricarle de forma exclusiva para ellos. Por ejemplo, podemos hacer un chocolate con sabor a café. Tenemos la posibilidad de desarrollar ese sistema con maní, con almendras, avellanas, en fin podemos personalizar la producción. Para los que no quieren lácteos tenemos la capacidad de fabricar un chocolate suave y en vez de la leche de vaca, utilizamos leche de coco. Podemos incorporar frutos secos”, dijo finalmente.
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