Desde que se creó la Manzana de la Rivera, Casa Clari siempre fue destinado para un espacio gastronómico. A lo largo de estos años se sucedieron varios proyectos, la mayoría con onda boliche roquero. Pero ahora toma la posta, una empresa muy profesional en el rubro cuyo primer objetivo fue poner en valor toda la riqueza histórica y la belleza arquitectónica del lugar. Aparte de modificar la oferta con la intención de que se constituya en una experiencia gastronómica.
Jorge Oyenard quedó encantado cuando, los de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Asunción, le ofrecieron alquilar la Casa Clari. Hacía poco que había abandonado el local que tenía en el Shopping del Sol y andaba buscando donde poner el pie. Le ofrecieron también El Café del Teatro y el Centro Paraguayo Japonés. Se quedó con Casa Clari pese a que es consciente del mal momento que atraviesa el centro como polo gastronómico.
“El centro no me parece mal punto. El periodismo, especialmente el diario Abc Color que también tiene de su lado al Banco Atlas y el shopping del Sol, tienen interés de que acá no venga nadie y dicen que esto es una mierda”, expresó Oyenard, chef y empresario gastronómico uruguayo. “Soy un neófito en materia de lugares gastronómicos que existen en la ciudad. En mi imaginario no existía Casa Clari, pero me encontré con esto, que es una joya”, comentó más adelante.
Casa Clari estaba desocupada desde hace unos cinco años. El último en explotarla fue el fallecido empresario Francisco Rugilo. El local tenía una activa participación en la movida nocturna del centro cuando el AMCHA tenía una vigencia muy elevada. Pero al igual que los otros edificios históricos no encontraban interesados en las licitaciones que se llamaban para explotarlos como locales gastronómicos.
De ahí que, Angie Duarte la Directora de Cultura de la Municipalidad entró en contacto con Oyenard para interesarle en el tema. El uruguayo vino de visita y como le encantó el país se quedó. A fines del 2019 abrió un restaurante en el barrio Recoleta, constituyéndose rápidamente en un referente de las pastas y la pizza. En el 2021 creó Café Comporta, en el Barrio Las Mercedes y lo convirtió en otro gran éxito gastronómico. A Angie le gustaba lo que hacía Oyenard y a Oyenard le gustó lo que Angie le había mostrado.
Y se inició más o menos una historia de amor entre Oyenard y Casa Clari. Consciente del valor histórico del edificio, a la par que idear recetas comenzó a hacer planes y planos para levantar aquello que estaba bastante abandonado. Comenzaron con las paredes, quitaron manos y manos de pinturas oscuras que se utilizaron para ambientar los locales anteriores para que finalmente pintaran con el color blanco que era el que originalmente tenía el inmueble.
Después avanzaron sobre las aberturas y luego de quitar, otra vez, manos de pintura, se encontraron con una madera noble cuya recuperación lograron en parte utilizando cera de miel abeja para restaurarla. En la guerra contra las pinturas anteriores también atacaron las barras de bronce que coronan la baranda que está ubicada sobre El Paraguayo Independiente, que ahora luce brillante y bruñido, con un acabado en barniz para metales.
Aparentemente, no hay nada nuevo en Casa Clari, los dos ambientes cerrados que tienen lucen una mayor luminosidad por la claridad de las paredes, que pone de resalto el antiguo piso. Y ahí están las ventanas llamando poderosamente la atención, pero sin proponérselas. Y la privilegiada vista del Palacio de López que puede apreciarse en todo su esplendor desde la maravillosa terraza del lugar. Oyenard es consciente de que la estrella no es la gastronomía sino el sitio. Considera que combinando ambos se puede obtener una excelente experiencia gastronómioca.
Bueno, pero no todo fue pelar paredes, pintar y bruñir el bronce. De entrada, nomás se percató que el espacio de la cocina era muy diminuto y que requería más amplitud, si quería ampliar su oferta gastronómica. Agranió la cocina realizando pequeñas intervenciones que requirieron la aprobación y autorización de las autoridades municipales teniendo en cuenta de que se trata de un edificio considerado patrimonio histórico. El uruguayo trabajó juntamente con el arquitecto Carlo Spatuzza, una especie de fizcalizador y auditor de construcciones históricas y con Félix Toranzos, director de la Manzana de la Rivera. Con ambos se coordinaron todos los trabajos realizados en la Casa Clari.
Jorge Oyenard, es un especialista en pastas y pizzas, por lo menos así se inició en nuestro mercado. Después con el Café Comporta, avanzó en la bollería y dulces, en fin, en todo lo relacionado a las masas. Ahora bien, Casa Clari no será ninguna de esas cosas. Nos contaba que a medida que iban avanzando en el proyecto, encontraban nuevas ofertas para incluir en el menú y todavía no está dicha la última palabra. Por ejemplo, incluirán lo que sería un combo o una bandeja que contenga productos típicos como mbeju, payagua mascada, chipa, atendiendo a la posible visita de turistas que podrían tener.
“Lo más difícil acá es cuidar este patrimonio histórico”, dice en alusión a que irán encontrando, sin problemas, el perfil gastronómico adecuado para la clientela. En estos días estaban probando con una idea que se le ocurrió viendo Tik Tok. Una masa de pizza en forma de pelota que lleva en su interior pasta con salsa y al que extraoficialmente bautizaron con el nombre de “Pasta y Pizza alla Palla”, que será uno de los platos recomendados con posibilidad de compartir entre dos o más personas.
La propuesta de Casa Clari es sencilla, picadas, empanadas, hamburguesas, pastas y algunos platos recomendados. “Iremos descubriendo el menú de acuerdo con lo que la gente pide”, aclara. Como el lugar estará abierto de 10:00 a 24:00 de lunes a jueves y con horario un poco más amplio en fines de semana, el lugar se presta, para muchas ocasiones de consumo, hasta para tomar un trago en la terraza o cenar a la vista del Palacio. Oyenard no descarta que los domingos vengan grupos de amigos o familia para compartir los tallarines.
De momento, Mercado Oyendo, Casa Clari, Café Bar. Como se llama oficialmente tiene contrato por un año para la explotación del local, interín se van preparando una nueva licitación para acomodar la relación a las exigencias legales. Mientras tanto, Jorge Oyenard va afilando las uñas porque también está interesado (casi lo tiene asegurado) aprovechar el espacio El Café del Teatro, ubicado en el Teatro Municipal, para un nuevo proyecto gastronómico.