Rodolfo Angenscheidt parece haber salido de esa especie de cápsula en el cual estaba sumido, desde que se originó la pandemia. Durante todo ese tiempo estuvo cultivando un bajo perfil, incluso en un grave problema de salud del cual salió airoso. Recluido a medio tiempo en la ciudad de San Bernardino, ahora que el Covid 19 aflojó casi todo, el Chapori recobró toda su energía y vitalidad, esboza los planes que tiene y nos dice que está dispuesto a trabajar hasta los 70 años.
El próximo 23 de junio cumplirá 54. Hace algunos años nos había dicho que para esta edad él ya se veía retirado. Es que casi ya había alcanzado todo lo que pretendía de su profesión de cocinero. Ahora mira hacia los 60 años y siente que con la fuerza que aún tiene y las ganas que le sobran superará con creces esa barrera mental que se puso.
Estos cambios de estados de ánimo tienen mucho que ver con la pandemia. Recordemos que hace dos años, el 30 de marzo del 2020 Rodolfo había anunciado que Tierra Colorada ser iba a cerrar por dos años. No estuvo cerrado durante todo ese tiempo. En realidad, lo que en realidad quiso decir que a raíz de la crisis sanitaria los negocios gastronómicos iban a tardar dos años en recuperarse. Ahora que se cumplen los dos años el Gobierno declaró que ya no es obligatorio el uso de tapabocas con lo cual eliminó la última restricción sanitaria con motivo del Covid.
Ahora que casi oficialmente se declaró el fin de la pandemia tuvimos nuevamente oportunidad de hablar con el chef propietario de Tierra Colorada y se manifestó con una vitalidad y energía del cual no estaba insuflado durante la vigencia de la cuarentena por Covid 19. “Estoy con muchos proyectos a la vista y tengo ganas de trabajar. Si sigo así yo no voy a parar hasta que cumpla los 70 años”, expresó el conocido profesional de la cocina. Incluso lo escuchamos decir “quiero hacer plata”, una expresión y una actitud que no parecen propias.
“Proyectos sobran, ganas también, quiero levantar el espíritu y meterle a full”, reiteró reforzando su expresión “hasta los 70 no paro”. Cuando conversamos con él no fue muy preciso acerca de todos los planes que tiene previsto para el futuro. Aseguró, sin embargo, que están confirmados los viajes que realizará al exterior, a la Provincia de Mendoza, Argentina, para realizar un maridaje con vinos de una importante bodega.
También aseguró que en el curso del pre3sente año viajar4á hasta Guatemala, en dónde los fabricantes del famoso ron Zaccapa, uno de los mejores del mundo, le invitaron a participar de un evento gastronómico. Está pendiente, pero casi asegurado es la visita que tradicionalmente realiza a su amigo el chef argentino Mauro Colagreco, propietario del restaurante Mirazur, ubicado en Mentón Francia, y uno de los mejores del mundo.
Mencionó igualmente otros proyectos gastronómicos, pero como los planes están aún en pañales no se adentró en los detalles. Retomó con más dinamismo la preparación de una nueva carta de platos para el restaurante Tierra Colorada. Desde la pandemia el menú consistía en una hoja de ofertas y ahora nuevamente volverá a ser como el libro que antes era.
Mientras tanto estuvo desarrollando nuevos platos, como el dorado sin espina, acompañado de un puré negro de mandioca, caviar fresco de salmón, muy similar a un pescado de mar. Es uno de los platos más vendidos en el restaurante. Otra innovación es el lechón cocinado al vacío que luego se desmenuza y se prensa suavemente, quitándosele, la grasa y los niervos. Se puede sentir los pequeños trozos de carne. Estando frío, se grilla y va al horno. Se sirve en porciones cuadradas.
Tierra Colorado volvió a recuperar su ocupación prepandemia. Los fines de semana siempre está lleno y se recomienda realizar reserva previa. Los precios se mantienen igual desde 2020 y la cocina está a cargo de Franco Angenscheidt, el hijo del Chapori. Rodolfo siempre está tres o cuatro veces a la semana y supervisa día a día el trabajo. Alternando con las labores que está realizando en San Bernardino, que es el lugar de su residencia habitual. “Tardo 30 minutos en llegar” nos dice queriendo destacar que la distancia no es ninguna dificultad a la hora que necesiten de su presencia.
En la ciudad de San Bernardino, Rodolfo está a cargo del local gastronómico de la Casa Di Peroni del cual se hizo cargo en el verano del 2021. Se trata de un espacio artístico cultural que tiene un restaurante con concepto de cocina mediterránea, que también ha tenido mucho éxito en la pasada temporada veraniega.
Rodolfo Angenscheidt con sus 53 años ha tenido una dilatada carrera profesional que comenzó en nuestro país cuando se hizo cargo de la cocina del Restaurante Mburicao desde sus inicios y dónde trabajó durante 14 años. Fue desligó de esa empresa para encarar su propio negocio con la habilitación del restaurante Tierra Colorada, que ya cumplió doce años de existencia. En el año 2015 dejó atrás el conocido programa televisivo Ricos y Sabrosos que estuvo en pantalla ininterrumpidamente durante 18 años.
Esta trayectoria se coronó en el 2016 cuando Tierra Colorada integró la lista de los 50 mejores restaurantes de América Latina, siendo el primero de Paraguay y el único, hasta el momento, que formó parte de ese prestigioso ranking internacional. Con ese triunfo a cuestas y habiendo superado todos los compromisos financieros que asumió para hacer realidad su restaurante propio, Rodolfo se preparaba algo así como para el “reposo del guerrero” y estaba previendo el traspaso generacional en Tierra Colorada para ceder la posta a su hijo Franco.
La pandemia vino a truncar esos objetivos. Lo primero fue que su hijo Franco tuvo que suspender sus estudios de especialización en el Cordon Bleu de Perú. El cierre de los locales gastronómicos y las restricciones posteriores impuestas por la cuarentena, obligaron a “reinventarse”. Pero ni el delivery ni las limitaciones a la capacidad de los restaurantes fueron una panacea. “Nosotros nos capacitamos para cocinar y servir a la gente. No para hacerle llegar la comida a su casa. Esto no es Tierra Colorada esto es Tierra Covid”, lo escuchamos decir en alguna oportunidad.
El Chapori decidió “refugiarse” en San Bernardino para hacer frente a la cuarentena. Allí agarró viaje con la Casa Di Peroni y tenía a la vista algunos proyectos más. En la ciudad veraniega tuvo un incidente de salud, del cual no quiso ni quiere hacer mención, pero que lo llevó a un grave estado del cual pudo salir airoso. Era normal que bajara sus decibeles espirituales y profesionales, pero ahora que la pandemia bajo su intensidad hasta casi desaparecer, por lo menos en nuestro país, Rodolfo recuperó la vitalidad y energía que lo caracteriza. Hay que decir que haciendo y no haciendo es siempre uno de los principales referentes de la gastronomía paraguaya.