Luque se conmocionó ayer con la realización de la sopa paraguaya más larga del mundo. La Ciclovía se llenó de gente que agotó las 1.800 porciones que se obtuvieron de los 51,5 metros que alcanzó la preparación. Pero el público que llegó al lugar no solo consumía, sino que se tomaba fotos, selfies y hacían videos del espectáculo que brindaba una de las comidas típicas más tradicionales de nuestro país. Hubo también asados y otro tipo de platos, que también se agotaron.
La empresa no era nada fácil. Fue organizada por la modesta Asociación de Asadores Paraguayos Teeté, cuyo presidente Hugo Adorno refirió las grandes dificultades que representó para ellos lograr el apoyo del sector empresarial, más que nada debido a la falta de training y contactos para ello. No obstante, lograron la ayuda de Granopar, que aportó toda la masa, unos 350 kilos y de Copalsa que se encargó de financiar la estructura que sirvió para la cocción.
La mención de que es la sopa paraguaya más larga del mundo es porque no se tiene noticia de que, por lo menos en Paraguay, se haya hecho algo parecido. Y del extranjero mucho menos. Este logro no está avalado por el Récord Guinness, sencillamente porque no se realizaron las gestiones para figurar en el afamado libro, pero ya nos adelantaron que para próximas ediciones se tomaran los recaudos pertinentes. Pero Guinness o no, no hay quién discuta que fue la sopa más larga del mundo.
Cocinar 51 metros de sopa paraguaya supone una gran dificultad. Principalmente porque no hay horno capaz y tuvieron que fabricar una estructura especial. Para el calor inferior, recurrieron a tambores partidos por la mitad para asentar en el hueco, las brasas correspondientes. Encima colocaron unas canaletas de hojalata con una tapa del mismo material para recibir el calor superior del carbón ardiente. Para colocar la masa en la canaleta recurrieron a hojas de banana que sirvieran de base.
Era obvio que este sistema no iba a permitir lograr una temperatura uniforme para obtener una cocción pareja. Y lo que normalmente tarda 45 minutos en un horno convencional, duró cerca de dos horas y aun así no se logró la uniformidad requerida. Lo importante, es que, pese a este detalle, la sopa estuvo más que óptima, un mérito que indudablemente se debe llevar la gente de Granopar que aportó una buena materia prima.
La sopa paraguaya no solo brindó un gran sabor, sino que dio un gran espectáculo. Desde las 10:00 en que comenzó el proceso de cocción, había mucha gente mironeando, pero a medida que se acercaba el mediodía, el público desfilaba a lo largo de los 51,5 no solo para interesarse de cerca sino para tomar fotos, tomarse fotos, sacar videos. El éxito fue total y el evento sin duda pasará a constituirse en una marca registrada.
Es la segunda vez que la Asociación de Asadores Paraguayos Teeté organiza esta actividad. La primera vez coincidió con la pandemia y el resultado no fue tan relevante. Augusto Planás (uno de los creadores de La Vienesa), tesorero de la entidad, nos comentaba que la idea de hacer la sopa más larga la tomó del fallecido Mariano Llano (creador de Ña Eustaquia), quién años atrás realizó en San Bernardino, un evento similar, pero con la chipa más larga. “La sopa paraguaya es más afín al asado”, dijo al comentar que pasó la idea a Hugo Adorno y enseguida prendió la iniciativa.
Una ayuda invalorable prestaron los representantes de la Asociación de Trabajadores Gastronómicos y Afines, que aportaron su experiencia a la hora de la cocción. Vimos trabajar denodadamente a Derlis Bogado, Vidal Domínguez Díaz, César Villalba, Marcelo Filipini y otros. Estuvo presente en el evento, Ariel Leguiza conocido chef, cocinero y parrillero argentino, natural de la provincia de Corrientes, quién ya piensa realizar un evento similar en su Provincia.
La sopa paraguaya más larga del mundo opacó incluso la celebración del Día del Parrillero, que la Asociación de Asadores Paraguayos Teeté recordaba ayer. Era el único acto oficial y en consecuencia la Ciclovía de Luque se llenó también de parrillas, donde se pudieron ver carnes asadas de todo tipo, que también se agotaron al final de la jornada. Hubo espectáculos artísticos y el clima se prestó a la fecha. Si bien la SENATUR y la Municipalidad de Luque declararon el evento como de interés turístico, todo se realizó a pulmón y con casi nada de apoyo estatal. Una celebración como esta que jerarquiza y revaloriza un producto de nuestra cultura gastronómica es digna de una mayor atención gubernamental.