Después de un año de ser uno de los sectores más golpeados con la pandemia, una luz se encendió en medio de la oscuridad para la gastronomía. El éxito que tuvo la iniciativa de la Municipalidad de Asunción de permitir que bares y restaurantes pongan sus mesas y sillas en las calles vino a encender una chispa de esperanza que ya no tiene vuelta atrás. Mañana se levantan las restricciones impuestas a sus horarios, pero nada es tan importante como el aliado que encontraron en las calles.
El fin de semana nuevamente fue un éxito total la salida de los locales gastronómicas a las calles. El sábado y domingo, pasados, en varias intersecciones de la ciudad, las mesas se vieron rebosadas de comensales y nos brindaron un panorama que no se veía, incluso mucho antes de la pandemia. Todo fue muy exultante y espontáneo. Y podría ser la mejor arma que tiene el sector para combatir los negativos efectos económicos que tiene la pandemia.
ESTA VISTO QUE. Esto de salir a las calles, por parte de bares y restaurantes no es la primera vez que se realiza. En años anteriores, hubo varias experiencias exitosas, la mayoría de las cuales, realizadas en el centro de la ciudad por el AMCHA, empujadas por el consumo de cerveza. Ahora, con una motivación mucho más edificante, la ciudadanía vuelve a tomar las calles. Esto quizás demuestra que nuestra población tiene una inclinación a eso de compartir colectivamente una actividad gastronómica, tipo feria, kermese, o fiesta patronal, al aire libre, antes que en locales cerrados.
UNA LUZ EN EL CAMINO. Nada de lo implementado por las autoridades nacionales, a lo largo de la pandemia, ayudó tanto al sector como esta medida de habilitar las calles. Devolvió clientes a los locales, ya sea porque muchos ampliaron su capacidad o porque una actividad de esta naturaleza, en la pandemia, es más segura al aire libre. Abre una brecha que probablemente ya no podrá cerrarse. Y la Municipalidad tendrá muchos problemas para tratar de hacer extensivo este beneficio, a los bares y restaurantes que no fueron alcanzados por la medida.
HASTA 25 PUNTOS. En los planes está habilitar un total de 25 puntos o intersecciones de la ciudad, en donde se aplicará este sistema de cerrar las calles para los bares y restaurantes. Hasta allí va su capacidad de control municipal, teniendo en cuenta que se involucra a inspectores y agentes de tránsito. Los lugares elegidos son pequeños nodos, polos gastronómicos o puntos de gran concentración por la presencia de algún local muy concurrido. Aun así, no se podrá abarcar a todos. Sería interesante estudiar la posibilidad de que los locales alejados de esos puntos puedan sacar sus mesas y sillas a las veredas, como ya lo propusieron los bares en los inicios de esta pandemia, para compensar la pérdida de espacios por imposición del protocolo sanitario.
MEDIA CALZADA. Una de las contras que tiene esta iniciativa, es que corta el tránsito en varios puntos de la ciudad. Sin embargo, se pudo observar que no es necesario que se ocupe toda la calzada. Bien se puede dejar espacio para que no se entorpezca totalmente la circulación, como por ejemplo lo hicieron sobre la calle Souza Cruz. Primero, en muchos puntos, a determinadas horas casi no tienen clientes y es absolutamente innecesario cortar el tránsito. Segundo, es mucho más atractivo, que en estos sectores se pueda circular con automóviles, porque a la postre es un motivo de curiosidad que atrae incluso a los que no son consumidores.
HASTA CUANDO. No tiene fecha de caducidad esta iniciativa. Voceros municipales ya anunciaron que se pondrá en práctica en los próximos feriados del 14 y 15 de mayo. Probablemente vaya a aplicarse todos los sábados y domingos, siempre y cuando la situación epidemiológica así lo permita. Según los pronósticos esta pandemia todavía tiene para rato y habrá que enfrentarse a cierres y limitaciones de horario, todavía por un tiempo. Por lo tanto, los bares y restaurantes necesitarán de la ayuda de las calles para enfrentar estos difíciles momentos. Incluso, hasta después, porque eso les permitirá resarcirse de los perjuicios que están soportando a causa de la pandemia.
UNA MENCION DE HONOR. Uno de los puntos habilitados estuvo sobre la calle Souza entre Cruz del Chaco y Cruz del Defensor, en el barrio Villa Morra. En esa cuadra están Patria Parrilla, La Provista, Pez, La Pecadora salieron a la calle, y además están Patagonia, Mozzafiato y Santa Mónica. Ningún otro punto fue tan bien arreglado para recibir a los comensales. No solo sacaron mesas y sillas a las calles, como los demás, sino que se esmeraron en arreglar el sector utilizando plantas y flores para delimitar la zona y por más que se trata de una cuadra que goza de abundante vegetación colocaron medias sombras especiales para aminorar los efectos de los rayos solares. No cerraron totalmente la calzada y se permitía la circulación en uno de los sentidos. Habilitaron un servicio de valet parking y un puesto de venta de artesanías. Y vimos una constante concurrencia que llenaban los salones interiores y la calle. Igual, pero en menor medida, que lo observado al costado del Lido y del Bolsi.
ES HORA DE CAMBIAR. Durante la administración Filizzola se intentó habilitar las acercas y parte de la calzada para sacar hacia afuera a los bares y restaurante, como una estrategia para revitalizar el centro de la ciudad. Los comerciantes de la zona se opusieron tenazmente alegando que eso iría a matar el comercio. Se abortó la idea, pero igual murió el comercio. Hace pocos años cuando el Grupo Cruz creó esos locales sobre la calle Souza, presentó un proyecto a la Municipalidad para crear allí un paseo gastronómico. Pero fue rechazado. Habría que ir a ver, lo lindo que queda, así como verificar como los otros lugares revitalizan todo lo que está a su alrededor. Y pensar si no es hora de cambiar de criterio.