Hubo una confusión y se apagó el fuego

25 mayo, 2020
El plato está listo pero el restaurante está cerrado. Habrá que esperar hasta el 15 de junio para la reapertura. Mientras tanto, marcha un delivery. (Foto de Moe´s Bar)

El plato está listo pero el restaurante está cerrado. Habrá que esperar hasta el 15 de junio para la reapertura. Mientras tanto, marcha un delivery. (Foto de Moe´s Bar)

Los locales que en nombre del Núcleo de Empresarios Gastronómicos querían abrir hoy pese a la prohibición oficial dentro de la cuarentena inteligente desistieron de su propósito. Y  el “encendemos el fuego” pasó para el 15 de junio. Mientras tanto se dedicarán a ofrecer comida  a retirar de sus locales y enviando a domicilio, como ya se estaba haciendo desde antes de la cuarentena. El “espíritu incendiario” se extinguió ya el sábado cuando se confirmó que todo había sido una confusión.

Ese día en horas de la tarde, el viceministro de Salud Pública, Juan Carlos Portillo sumamente sorprendido por el anuncio del Núcleo de Empresarios Gastronómicos se reunió con sus representantes para informarles que el jueves anterior conjuntamente con la ministra de Turismo, habían mantenido una reunión con los representantes de la ARPY (Asociación de Restaurantes del Paraguay) para analizar el protocolo y allí anunció que la apertura de los locales gastronómicos podría verificarse en la tercera fase de la cuarentena inteligente, es decir el 15 de junio.

Ahí nomás los del Núcleo de Empresarios Gastronómicos pasaron de incendiarios a bomberos y depusieron la actitud de rebeldía contra la cuarentena. Aceptaron la propuesta de formar parte de las negociaciones para la aprobación del protocolo sanitario junto con la ARPY, que se pondrá en práctica cuando sean autorizados a abrir todos los locales gastronómicos, en la tercera etapa y no en la cuarta como estaba previsto. Además se logró que la modalidad de take away, que ya estaba autorizado junto al delivery, incluya el estilo “buffet”???.

Los involucrados en el impasse elegantemente explicaron que se trató de una confusión. Confusión que casi llevó a poner en peligro los resultados tan auspiciosos obtenidos en el combate a la pandemia de coronavirus. Se aclaró también que no existía división en el sector gastronómico, como al principio interpretó el viceministro. La ARPY y el Núcleo de Empresarios Gastronómicos coinciden en casi todas sus demandas al Gobierno para enfrentar la grave crisis que está afrontando. Solo que en esto de violar la cuarentena no siguieron por el mismo camino.

Eso tiene una explicación. La ARPY fue la primera entidad gremial que realizó peticiones al Gobierno para enfrentar el cese de actividades que le impusieron. Al comenzar esta crisis, eran no más de 50 restaurantes que sumados las sucursales que tienen llegaban a cerca de 80 locales gastronómicos. Se sumaron luego a sus peticiones, restaurantes que no estaban asociados a la entidad y diversos negocios del mismo ramo. Ya no era solamente la ARPY y como convenía demostrar que había un mayor poder de convocatoria, las siguientes reclamaciones se hicieron en nombre del Núcleo de Empresarios Gastronómicos y Afines.

Que no es otra cosa que un nombre de fantasía utilizado para agruparlos y respecto al cual se creó un grupo de wasap, llevándose un registro de los nombres de las empresas que se adherían. Allí entraron todos, grandes, chicos y medianos; formales e informales e incluso gremios o entidades abarcando, gastronomía, bebidas, hoteles, turismo, eventos, locales nocturnos, boliches, un verdadero maremágnum. No sabemos cuándo, cómo ni por qué, la ARPY perdió, cedió o compartió la dirección de este conglomerado. Sin dejar de pertenecer al Núcleo, que habían creado, la ARPY siguió manteniendo contactos individuales con las autoridades y tal vez por ser la única entidad gremial de los gastronómicos fueron vistos como principal referente al punto que le solicitó un proyecto de protocolo sanitario necesario para la reapertura.

Ese proyecto fue modificado y devuelto para su corrección. Ya tenía el visto bueno del Ministerio de Justicia y Trabajo y está en instancias finales del Ministerio de Salud Pública. En esta instancia se produjo el conato de rebelión de los miembros del Núcleo de Empresarios Gastronómicos que se desarticuló cuando entraron en conocimiento de estas negociaciones de las que participaba la ARPY. El confuso panorama se aclaró en un santiamén y cada parte se retiró a su casa. No sabemos si felices y contentos. Nadie puede estarlo en medio de esta crisis que nos afecta a todos. Y en medio de algunas irresponsables voces que con pretexto de sobrevivir económicamente ponen en peligro nuestra posibilidad de sobrevivir físicamente.

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