Pedro Cáceres, es un laburador de la cocina. En realidad hoy es ya todo un profesional gastronómico, chef propietario de La Fábrica, uno de los locales que tenía un buffet con la mejor relación de calidad y precio. Como a todos, la pandemia le cayó con todo, pero dueño de un optimismo a prueba de balas dice cosas tales como “estamos preparados para todo”, “esto no nos va a achicar” “vamos a volver a subir”.
A el particularmente, el tema de la pandemia le vino en mal momento. Hacía dos meses que había habilitado su nuevo y atractivo local sobre la avenida Aviadores del Chaco casi Santa Teresa cuando le llegó la noticia de que había que cerrar las puertas a causa del coronavirus. Apenas habían levantado cabeza y estaban con planes de habilitar nuevos servicios. El local de Aviadores permanece totalmente cerrado mientras que en la sede que tienen en el Club Deportivo Alemán están produciendo para el delivery.
“Nosotros acatamos la cuarentena y durante un mes y medio el personal siguió cobrando su sueldo completo. Pensábamos que la medida iba a ser corta, no creímos que iba a extenderse tanto y por eso asumimos todos los costos. Pero como cada semana se iba prolongando decidimos encarar el delivery. No le lloramos a nadie, no esperamos luego nada del Gobierno” dice recordando aquellos momentos iniciales.
Y agrega, “veíamos que la gente trabajaba con el delivery y nosotros seguíamos operando aguardando la reapertura, estábamos con stock, teníamos productos envasados, mucha materia prima congelada, que se podían echar a perder, así que decidimos trabajar también con delivery. Y por suerte nos está yendo bastante bien desde el primer día. No es lo que vendemos con el restaurante pero nos permite mantener activo al personal y hacer ruido con la marca”.
”Somos gente trabajadora, estas cosas no nos van a achicar, muchos están pasando muy mal pero nosotros somos precavidos. Estábamos ahorrando y cuando te organizas bien económicamente, administras bien tuis ingresos, podes hacer frente a los problemas. Es una cuestión cultural, puede que no funcione, pero no nos va a dejar mal parados”, sigue diciendo Pedro.
Y ahonda un poco más. “Cuando tenes un restaurante y generas ingresos tenés que prepararte dividiendo tu dinero en varias partes. Una de ellas tener que destinarla a las eventualidades, como podría ser tener que pagar la indemnización a un personal, y si después te sobra podes pagarte algunos gastos personales”. Pedro es un autodidacta. No se formó en las academias gastronómicas y tampoco estudió administración de empresas. “Lo que pasa es que yo trabajé muchos años al lado de Alberto Speratti y de él aprendí la administración de restaurantes. Que hacer en el día a día y con Peter Stenger todo lo que se refiere a la administración dentro de una cocina”, señala como toda explicación.
Pedro desarrolló en La Fábrica, un excelente servicio de buffet que es su caballito de batalla. Sin embargo, conforme a las noticias que se tienen respecto a las nuevas medidas que regirán la actividad en los locales gastronómicos, esa modalidad va a estar prohibida o por lo menos limitada. “Uno tiene que adaptarse a la circunstancia, tal vez más adelante nos reorganizamos, y puede volver nuestro caballito de batalla. Estamos preparados para todo, vamos a continuar con el delivery, porque está viniendo gente que nunca aparecía para comer en el restaurante”.
“Hice una carta donde ofrecemos de todo, diferentes porciones y precios cada uno tiene su sazón. Estamos tirando para todos lados, incluyendo pizza, congelados, dulces, masas, sushi, platos con surubí, paellas a full. Esto va a pasar pronto, para aquellos que pudimos aguantar, vamos a volver a subir, a flotar nuevamente, los que tuvieron que cerrar ojala que puedan volver a emprender”, dijo finalmente.