Muchos trabajadores del sector gastronómico quedaron ociosos con la cuarentena. Algunos fueron liquidados, otros suspendido y otros siguen trabajando. Un tema muy difícil es el de la desvinculación de los trabajadores y uno de los efectos más nocivos de la crisis del coronavirus.
Muchos trabajadores del sector gastronómico quedaron ociosos con la cuarentena. Algunos fueron liquidados, otros suspendido y otros siguen trabajando. Un tema muy difícil es el de la desvinculación de los trabajadores y uno de los efectos más nocivos de la crisis del coronavirus.
Muchos trabajadores del sector gastronómico quedaron ociosos con la cuarentena. Algunos fueron liquidados, otros suspendido y otros siguen trabajando. Un tema muy difícil es el de la desvinculación de los trabajadores y uno de los efectos más nocivos de la crisis del coronavirus.

Una reciente encuesta revela que el 48% de los locales gastronómicos disminuyeron los salarios pero mantiene a todo el personal. Ningún restaurante está trabajando a full como para mantener a toda su plantilla. Para subsistir, sin suspensiones ni despidos, algunos recurren a recursos propios. Otros están esperando que se materialice en la práctica, los proyectos de créditos blandos para el sector de los emprendedores. Resulta un verdadero dilema resolver el tema de la desvinculación laboral.

El pasado 26 de marzo, Oliver Gayet, presidente de Asociación de Restaurantes del Paraguay (ARPY) tras salir de una reunión con las autoridades del Gobierno dijo que “era suicida tomar créditos para pagar sueldos”. No se sabía que iba a pasar ni qué medidas se iban a tomar por lo de la pandemia y que sostenía que no podían endeudarse a sabiendas de que no sabían si podían generar ingresos en el futuro, para pagar la deuda del préstamo tomado, afrontar sus gastos corrientes y seguir pagando sueldos.

Ahora está más claro el panorama. Se autorizó a los empleadores a solicitar la suspensión de los contratos de trabajo y el IPS estableció el pago de un subsidio para los trabajadores suspendidos. También se habilitaron líneas de crédito más accesibles, en intereses y plazos, que alcanzan hasta las mipymes, con el apoyo de un Fondo de Garantías que permite flexibilizar las exigencias y requisitos de las financieras, bancos y cooperativas.

La ARPY fue la primera entidad, en presentar sus reclamaciones al Gobierno. Después se sumaron locales gastronómicos que no están asociados a la entidad y finalmente terminaron reuniéndose con las empresas del sector Horeca (Hoteles, restaurantes y cafés), del sector del entretenimiento y los emprendedores. La Asociación de Emprendedores del Paraguay (ASEPY) encargó a la empresa NAUTA una encuesta para indagar la situación de todo este vasto sector.

De ese trabajo, extractamos los datos que son aplicables exclusivamente al sector gastronómico. El estudio se realizó con 750 empresas de todo el país, de los cuáles el 22% corresponde al sector gastronómica. Hay que agregar que Nauta es la más conocida e importante empresa investigadora del mercado gastronómico. Hasta podríamos decir la más especializada en el tema.

De la encuesta quitamos el siguiente dato: El 48% de los restaurantes disminuyeron salarios pero mantienen a todo el personal. Los locales gastronómicos están autorizados a trabajar a puertas cerradas si es que tienen servicio de delivery. No todos recurrieron a este tipo de venta y en el caso de los que lo hicieron, creemos que habrán hecho una buena racionalización del personal. El servicio de delivery, por sí solo, no da como para ocupar a todos los que estaban trabajando en otras secciones e incluso en la cocina habrán tenido que descartar el concurso de algunos empleados. Pero eso sí, el delivery le puede dar de comer a unos cuántos. Se calcula, que este servicio representa el 15% de la facturación total de un local.

Nos parece relativamente alto que el 48% de los restaurantes siga manteniendo a todo el personal, aunque hayan renegociado salarios. El Gobierno habilitó el recurso de la suspensión de los contratos y el pago de un subsidio por parte del IPS, que si bien tiene un monto que no es el deseable, resulta un salvavidas para la terrible crisis que estamos viviendo. Resulta un contrasentido estar pagando un salario a alguien que no está cumpliendo una función específica y que debería estar en cuarenta. El hecho puede llegar a tener varias explicaciones pero veamos lo que nos dice Josefina Bauer, directora de Nauta y una de las responsables del estudio. “La obligación moral de los propietarios va mucho más allá de tener o no tener ingresos, tener gente a tu cargo es una responsabilidad, son familias enteras que dependen de esos salarios de ahí que los dueños no quieren desvincular gente”.

Emocionalmente es muy doloroso pero también lo es empresarialmente. Hoy en día el recurso humano es el activo más valioso que tienen las empresas. Para los restaurantes lo es todavía más porque invierten mucho en la formación del personal. Muchas veces un cocinero es la marca de un local. Además, en el sector gastronómico existe un arraigado “canibalismo”. Se piratean los funcionarios y si alguien flojea con alguno de ellos, cualquiera puede aprovechar para hacerse de un buen elemento.

Otro problema que identificamos es que no todos los trabajadores del sector, no se sabe el porcentaje, está inscripto en el IPS. Y solo los trabajadores formales pueden ir a suspensión de contrato y al derecho de cobrar el subsidio. Pueden sí, acogerse a los beneficios de los otros programas del Gobierno (Ñangareko o Pytyvo) pero estos son aún más míseros que el otro. Por eso, es que tal vez, escuchamos constantemente la justificación de que se necesitan créditos muy blandos casi líquidos para conservar los puestos de trabajo.

Un local gastronómico que no esté trabajando en delivery no necesita créditos para conservar los puestos de trabajo. Debe cerrar sus puertas, mandar a sus trabajadores a suspensión de contrato y cobro de subsidio. De ahí es que nos quedó resonando en la cabeza la expresión de Oliver Gayet “es un suicidio tomar créditos para pagar sueldos”.  Las grandes, medianas, y pequeñas empresas del sector gastronómico van a tener necesidad de acceder a líneas de crédito accesibles (se aprobó una con 5,5% de interés, hasta 12 meses de gracia y a 5 años de plazo) para afrontar sus gastos de supervivencia, reconvertirse y encarar el futuro que ya pintan como poco auspicioso. Si toman ahora préstamos e invierten en salarios, como van a encargar el mañana cuando el coronavirus nos dé un respiro y tratemos de volver a una normalidad que ya nunca será la misma.

Datos estadísticos correspondientes al sector gastronómico
Fuente: Nauta

-El 65% dieron baja temporal a trabajadores
-El 57% ya no cuentan con ingresos y debieron cerrar temporalmente
-El 40% cerraron el local y siguen trabajando a puertas cerradas
-El 22% se verá forzado a cerrar definitivamente en las próximas dos semanas

Observación: Esta encuesta fue publicada antes que el Gobierno diera a conocer las últimas medidas referidas a la habilitación de líneas de créditos para las pymes y mipymes. No pudimos obtener ninguna reacción de los representantes del sector gastronómico sobre el impacto de estas medidas.

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