Semifinal MasterChef
Fernando, Isaías, Noelia y Joaquín, en la prueba de eliminación. Se fue Noelia y los tres junto a Ricardo, que miraba desde el balcón son los semifinalistas del MasterChef tercera temporada. Foto del sitio oficial de MasterChef Paraguay.

El título de MasterChef Paraguay tercera temporada será esta vez para un cocinero. Anoche se eliminó la última participante del sexo opuesto, cortándose así el dominio que tenían las mujeres. Noelia fue la que anoche dejó el programa, en tiempo de alargue y en una decisión final dividida. Otra vez, Isaías se salvó del raje demostrando que tiene tantas vidas como un gato.

Las mujeres venían dominando las temporadas anteriores pero en esta edición el pelotón de posibles candidatos al título enseguida decantó en favor de ellos. En los últimos programas declinaron Martita, Juliana y ahora Noelia, dejando expedito para que Ricardo, Joaquín, Fernando o Isaías sea el ganador del título. Es una confirmación de los cálculos previos que hacíamos desde hace ya muchos programas.

Noelia resistió hasta el final. En la ronda de eliminación empató con Isaías en la presentación del peor plato de la noche. Ambos tuvieron que enfrentar el desafío de mejorar los platos que en ediciones anteriores fueron sus peores. Y otra vez fracasaron. Noelia no convenció con su gravlax de salmón marinado en remolacha con salsa de aguacate y ensalada tropical. En su afán de ser original y diferente ella misma había elegido elaborar esa receta. Sencilla en apariencia pero que requiere de una mano experta para encontrar los sabores justos. Como en la primera vez, anoche tampoco logró este objetivo.

Isaías por su parte, tuvo que volver a enfrentarse con el plato que le había dejado fuera del programa: canelones con carne a la pimienta, salsa de colores, morrones asados y chipa guasu. Anoche, volvió a tener problemas con la masa tipo panqueque que utilizó. El mismo reconoció que ese plato lo traumatizó. Y por lo visto, no llegó a superarlo. Esta vez, ni siquiera el chipa guasu con que acompañó tuvo la calidad anterior. Tampoco está superando el bajón que experimenta desde hace unos cinco programas, ya que todas las veces estuvo al borde de la eliminación.

Para decidir quién debía dejar el programa, el jurado sometió a ambos a una prueba de presión. Debían cocinar en 15 minutos, un huevo poché, un huevo frito y un omelette. Una prueba visual y con análisis de las técnicas. Justamente, eran entre los participantes que sobrevivieron, los que menores condiciones técnicas tenían. Noelia, más creativa, tenía un vuelo que no podía sostener con sus conocimientos de cocina. Isaías, un talento para la cocina doméstica pero sin formación académica alguna.

Los dos fueron al mazo con la presentación del omelette, superaron la prueba con el huevo frito pero en el huevo poché estuvo la diferencia. Isaías utilizó la técnica tradicional, sumergir el huevo directamente en agua caliente. Noelia, recurrió a lo que algunos llaman el método express, usar un papel film para poner allí el huevo y en una especie de bolsita sumergirlo en el agua caliente. El resultado culinario fue el mismo. Pero el marcador fue 2-1 a favor de Isaías, no sabemos cómo votaron los miembros del jurado.

Todo el programa de anoche fue para demostrar cómo se habían superado los concursantes. En la primera prueba de la noche, tenían que cocinar un plato con el cuál se habían ya lucido anteriormente. Ricardo fue el que recibió los elogios más contundentes.  Su pastelón de papas con hongos  y risotto de hongos, fue un ejemplo de superación para el jurado. Fue el único que recibió felicitaciones. A pesar de haber comenzado el programa a los tumbos, en los últimos programas alquiló un lugar en el balcón y ahora, por lo demostrado semana a semana es el más sólido candidato a ganar el título. Además, es el único que desde el minuto uno expresó su ambición de ser el próximo MasterChef, sin importar que tuviera que pisar la cabeza de alguno de sus compañeros.

Joaquín, es el otro gran candidato. Va cabeza a cabeza con Ricardo, pero en los últimos programas siempre quedó como segundón. Sin el temple del primero, tiene mayor delicadeza en sus preparaciones pero no sabemos cómo ambos compiten en sabor. Fernando, lo venimos diciendo, hace todo lo gastronómicamente correcto y está listo para dar un zarpazo o pescar un rebote. Isaías, llega arrastrando un prolongado mal momento. Tiene condiciones pero no sabemos si saldrán a flote en el escaso tiempo que queda.

Quedan dos o tres últimos programas. Lo normal, por lo menos lo que pasó en temporadas anteriores, es que los concursantes no serán sometidos a pruebas extraordinarias, no van a pedirles que escalen el Monte Everest. No habían cajas misteriosas, más bien dejaban que elijan platos con que lucirse. Ahora bien, nos gustaría ver un desafío que implique la elaboración de un gran postre, algo que, a lo que ninguno ha tenido que enfrentarse con una espada de Damocles sobre la cabeza.

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