Una comisión internacional de científicos elaboró una dieta ideal que recomienda reducir la ingesta de carne, azúcar y duplicar el consumo de frutas, verduras y legumbres. Con la misma se podría evitar 11 millones de muertes prematuras y sortear la catástrofe ambiental a causa de los gases de efecto invernadero. Por eso, la dieta que sugieren se denomina “Salud Planetaria”.
Durante tres años 37 científicos de diversas especialidades de 16 países estuvieron realizando estudios para la revista científica inglesa The Lancet y recién ahora se conocen los resultados del documento que trata sobre “Salud de la civilización humana y el estado de los sistemas naturales de los que dependen”.
«La comida que comemos y cómo la producimos determina la salud de las personas y el planeta, y actualmente estamos cometiendo un grave error», explicó Tim Lang, profesor de la Universidad Británica de Londres y uno de los líderes de la investigación. «Necesitamos cambiar el sistema alimentario global en una escala que no se haya visto antes». Muchas enfermedades crónicas que amenazan actualmente la vida están vinculadas a dietas deficientes, como la obesidad, la diabetes, la desnutrición y varios tipos de cáncer.
De hecho, según los expertos las dietas poco saludables, como el consumo excesivo de carnes rojas, alimentos procesados y refinados causan actualmente, más muertes y enfermedades en todo el mundo que el consumo de alcohol, drogas y tabaco, juntos. Calculan que se podrían prevenir 11 millones de muertes prematuras al año relacionadas con la alimentación. Reducir la tasa de obesidad y patologías asociadas, como diabetes, problemas arteriales o colesterol.
LA DIETA IDEAL
Los científicos recomiendan una dietas diaria de 2.500 kilocalorías al día, de 1324 gramos diarios, de la siguiente forma: Leche entera o derivados (250 gramos), arroz, trigo, maíz y otros cereales (232), frutas (200), verduras (300), patatas y yuca (50), todo tipo de azúcar (31), pescado (28), huevos (13), grasas añadidas (52), legumbres (75), frutos secos (50), pollo y otras aves (29), y ternera, cordero y cerdo (14).
El objetivo global es doblar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, y reducir a la mitad el de carne roja y el azúcar. Son conscientes sin embargo, que cambiar la dieta es más difícil que cambiar de religión. Esa dieta supone que el consumo de carne roja debe limitarse al equivalente de una hamburguesa a la semana. Paraguay, es uno de los países que está por encima de lo recomendado en el consumo de carne, sobre todo de la vacuna de la cual es uno de los más importantes exportadores del mundo.
SALVAR AL PLANETA
Las recomendaciones de los científicos no sólo tiene por objetivo la salud de la población mundial sino también atenuar la catástrofe ambiental que sufre el planeta. Una de las conclusiones más importantes refiere a que el sector agrícola y ganadero deje de emitir dióxido de carbono y reduzca drásticamente la contaminación de nitrógeno y fósforo; limitar el empleo de agua y no aumentar más el uso de tierras. Nuestro país destina una gran parte de su territorio a la cría de ganado y a la producción agrícola. Y hablan de la necesidad de una revolución agrícola.
“La producción mundial de alimentos amenaza la estabilidad climática”, alerta la comisión EAT-Lancet. Y si ahora —con más de 7.000 millones de habitantes en el planeta— se necesita “urgentemente” una transformación “radical” del sistema, más acuciante será con el aumento proyectado de la población para las próximas décadas. Los expertos proponen cambios para reducir los impactos medioambientales de la agricultura y la ganadería, como ponerle freno al aumento del uso del suelo para la alimentación y los fertilizantes, y la eliminación de los combustibles fósiles en este sector.
La buena noticia es que esos expertos aseguran que se podrá alimentar a todos esos habitantes, pero se tendrán que aplicar cambios profundos en la dieta y en el modelo de producción si se quiere cumplir con acuerdos como el de París contra el cambio climático. “De la misma manera que nuestra manera de alimentarnos cambió radicalmente en el siglo XX, también debe cambiar en el siglo XXI”, concluyen los expertos que admiten que si bien las recomendaciones no son simples de poner en práctica vale la pena intentar acercarse a ellas lo más posible.
Estas conclusiones se elaboraron con vista a lograr los objetivos en el 2050 y teniendo en cuenta que la población mundial proyectada para ese año es de 10.000 millones de habitantes. Actualmente, somos 7.000 mil millones y más de 800 millones tienen problemas con la alimentación insuficiente.