Nació de casualidad. Mauri alquiló un baldío para habilitar un estacionamiento. Instaló un lavadero y como sobraba espacio ofreció a través de su perfil en Facebook la posibilidad de ubicar allí un Food Truck. Enseguida se ofreció uno, luego otro y otro. Tuvo una lluvia de ofertas. En total serán 21 puestos de comida. Todos los días está lleno de gente. Los fines de semana revientan. No tiene ni tres meses de vida. Y ya preparan réplicas en otros sectores de la ciudad.
Se llama Food Park y está ubicado entre las calles 25 de Mayo, 22 de Septiembre y Cerro Corá. Es una mezcla de Patio de Carritos, Feria de Comidas, fiesta parroquial, kermesse y restaurante al paso. Tiene una diversidad de ofertas todas emparentadas con el Fast Food, entre las que se pueden mencionar hamburguesas, lomitos, panchos, pizzas, sándwiches, pero también está una parrilla urbana, un puesto de comida oriental, una que ofrece waffles, una opción de comida natural y barras de tragos.
Es un verdadero cambalache, donde el desorden que existe entre los tipos de muebles le otorgó un estilo cuya nota principal es una prolija diversidad. Es que todo fue tan rápido que el lugar se equipó con lo primero que se tuvo a mano. Muebles de plástico y de madera, sillas plegadizas y sillas cable, sillas de alquiler y las de promoción. Y pufs desparramados por todos los sectores. El sitio está equipado con baños de material. Está iluminado con los famosos focos a la manera de las fiestas patronales y “colgados de un cordel banderitas de papel verdes, rojas y amarillas”.
El local tiene actualmente capacidad para 350 personas sentadas, que es suficiente para los días de semana, pero cuando llegan los viernes, sábados y domingo, la gente espera de pie que se desocupen los lugares y en muchos casos comen parados. Está abierto desde las 18:00 hasta las 01:00. El horario pico es entre las 21:00 y las 23:00.
El creador de este nuevo atractivo gastronómico es Mauricio José García Hume, más conocido como Mauri García, propietario de una promotora publicitaria. Vive a una cuadra del lugar, donde tiene un restaurante: Santino, donde tienen un servicio de buffet a la hora del almuerzo. Lo primero que nos dijo fue que el proyecto “tuvo un impacto explosivo”. Primero alquiló un terreno e inmediatamente otro que estaba al lado ante la creciente demanda. Hoy ya está colmada la capacidad de carritos.
“Realmente empezó como un hobby y hoy se está volviendo un negocio rentable, pero no es mi negocio principal. A mí me interesa el concepto creado, que les vaya bien a los dueños de los puestos de comida, que exista un ambiente limpio, agradable, buena onda. Es un lindo negocio que se formó de una idea que fue muy espontánea. Se armó un buen grupo entre los dueños, un grupo de amistad. Se me acercaron personas que tienen terrenos y que quieren hacer lo mismo. Yo prefiero ahora mismo pulir este proyecto y más adelante ver».
El primero que se instaló en el lugar fue Toño con su Lomitoño. Fue el primero en quien pensó Mauri y por esas casualidades de la vida, mientras buscaba su número le llama Toño, quien se enteró por un amigo común que tenía un estacionamiento donde podía ubicarse. El tercero fue Alejandro Mendieta, creador de Osso Parrilla Urbana. Parrillero de alma, aficionado al asadacho de los perros, no se decidía a lanzarse por cuenta propia pero Ema García (el hijo de Pelu Rubin) le hizo el contacto con Mauri y se jugó. Con tanto éxito que se constituyó en uno de los principales atractivos del Food Park.
“Por una cuestión del destino fueron apareciendo los carritos surtidos, sándwich de milanesa, lomito clásico, lomito gourmet, panchos, tragos, pizzas al tatakuá, hoy ya estamos filtrando un poco más para ofrecer más diversidad de productos, chivito uruguayo, comida oriental, waffles. Filtramos también las bebidas, una corona te sale igual en todo el predio, para que no que haya competencia y para tener un buen nivel. Queremos que sea más familiar, que el motivo principal sea la parte gastronómica no la bebida, que no consigas bebida a un costo bajo”.
Mauri prefirió no revelarnos el precio que cobra por el alquiler a cada carrito. No sabemos si existe alguna relación por ubicación o por metro cuadrado ocupado. Él se encarga se toda la infraestructura. Ximena, una joven estudiante de gastronomía que se instaló con una pizzería a las piedras, llamado Taita, nos confesó que en dos días de funcionamiento recaudó como para pagar el alquiler de un mes.
Los precios son bastante accesibles y para muestra vamos a poner el siguiente botón. Osso, Parrilla Urbana, por un Ojo de Bife de 300 gramos cobra 30.000 guaraníes, mandioca ilimitada incluida. Un bife de chorizo de 400 gramos llega a 40.000 guaraníes. La carne que utiliza es un producto madurado y en calidad, no tiene nada que envidiar a cualquier parrillada de la ciudad. Alejandro Mendieta nos comentaba que en un día cualquiera llega a vender 30 piezas y en los fines de semana alcanza una cifra de 70 piezas de asado de diferentes cortes. “A algunos les va mejor que a otros pero todos están felices y contentos, a todos les va muy bien”, asegura Mauri.
Muchos de los que están ofreciendo allí sus productos son conocidos carritos o Food Trucks, entre ellos: Lomitoño, lomito clásico y lomito árabe; Blackpan, pizzas al tatakua, hamburguesas y lomitos; Kombilicius, lomitos gourmet, hamburguesas gourmet; Panchostruck; Milalewis, sandwichs de milanesas; Señor Kombi, hamburguesas rellenas con queso cheddar; Shulka, hamburguesas caseras y barra de tragos y entre los más nuevos Osso, Parrilla Urbana, Miss Kombi, barra de tragos; San Wich, etc.
UNA OPORTUNA INICIATIVA
El proyecto desarrollado por Mauri García con Food Park es una vieja idea que viene rondando en el ambiente gastronómico. La necesidad de crear un espacio donde reunir a todos los Food Trucks. Este concepto tropieza con la dificultad de que hay que contar con un espacio relativamente grande para movilizar a los vehículos y sus puestos de venta que por lo general tienen mayores dimensiones. Por lo tanto, las mejores opciones están en los sitios más alejados de la ciudad. Food Park tiene la insuperable ventaja de que está ubicado en un sitio semi céntrico y semi residencial.
La decisión de agrupar sólo carritos o kombis convertidos en carritos abrió la posibilidad de usar un lote urbano para reunir muchas ofertas. Y el éxito obtenido convierte a cualquier baldío bien ubicado de la ciudad, en un potencial Patio de Carritos. A Mauri, ya le llegaron propuesta y sabemos que incluso algunas empresas inmobiliarias se están por iniciar en este negocio.
La costumbre de tener esta especie de experiencia gastronómica colectiva ejerce cierta fascinación entre los consumidores. Los eventos multitudinarios siempre están acompañados por el éxito de público. Casos como los de Guarará, Paladar, Frutijazz, Comilona de Teletón, Cocinar y Ayudar, Asunción a la parrilla, son algunos de los ejemplos de cómo lo colectivo siempre está asociado a la gastronomía. También tiene su gran influencia el tema de los precios, que por lo general son muchos más bajos, que los que se ofrecen en los bares y restaurantes.
La aparición de este fenómeno va tener una gran influencia en el negocio gastronómico. De seguro que van a aparecer propuestas mejoradas que van a ejercer una innegable presión sobre los locales existentes, ya sea en el tema de los precios como en la sobre abundancia de la oferta, lo que va a obligar a muchos a repensar sus propuestas.