Definitivamente, el restaurante El Dorado cerró las puertas de su local sobre Senador Long. No prosperó la venta que estaban negociando y que pudo haber mantenido el proyecto a flote, por ahora se sumergió en aguas más profundas con la esperanza de retornar, tal vez en un año, tal vez más pronto. Mientras tanto, nos queda el recuerdo de esos platos espectaculares que producían.
El domingo 28 de diciembre pasado, El Dorado reportó su última actividad en su página de facebook. «Comes toda la pizza que quieras por Gs. 40.000, desde las 19:00 horas». No tenemos registrado si realizaron algún evento especial con motivo de la celebración del Año Nuevo, en la noche del 31 de diciembre, pero la inactividad total comenzó a notarse desde los primeros días del 2015.
A nadie le llamó la atención, porque tradicionalmente en el mes de enero muchos restaurantes se toman una licencia por las vacaciones. Pero en el ambiente gastronómico, sobre todo en torno a los propietarios de restaurantes ya se manejaba la información de que El Dorado estaba a la venta.
Precisamente, tuvimos la información de que los propietarios de El Dorado estaban negociando y que en principio existía la posibilidad de que el restaurante siga con el mismo nombre, la misma propuesta culinaria y en el mismo lugar. Incluso, se alentó la idea que las negociaciones podrían culminar antes del 14 de febrero, para aprovechar ese día tan propicio para la gastronomía.
Ahora, el local de Senador Long 642 ya se puso en alquiler, con lo que definitivamente se puede dar un adiós a El Dorado. “Yo creo que vuelve, no sé cuándo, tal vez muy pronto, tal vez en un año”, nos dijo en forma enigmática Rafael Scorza, uno de los dueños y quién se desempeñaba como gerente general del local.
El Dorado, cocina de autor, era un local que se había ganado el aprecio de los fanáticos de la gastronomía pues tenía una envidiable cocina. Sus platos se caracterizaban por una presentación espectacular, eran algo así como platos arquitectónicos. Tal vez ayudaba, el hecho de que el chef Juan Pablo Chamorro, es de profesión arquitecto.
El restaurante nació a mediados del 2011 en una vieja casona del barrio Recoleta, Mc Arthur casi Quesada. En ese local, estaba asentado ElsFanals, propiedad de Fontclara, el padre del chef Ignacio Fontclara, a quién le compraron el restaurante. Se trataba de una casa de estilo colonial que tenía amplios corredores y un hermoso y frondoso jardín. Un poco alejado del ruido y del gentío de las rutas gastronómicas.
El Dorado pronto se constituyó en protagonista gracias a la calidad de su propuesta que incluía la incorporación de vinos de alta gama con etiquetas que solo se encontraban en los locales de venta de vinos Premium. Siempre trabajó apuntando a la excelencia y tal vez en ese afán sus responsables, llegado el 2013 pensaron que debían dar un salto.
Así fue que a fines de ese año, se trasladaron a un nuevo local ubicado sobre Senador Longo casi Lillo. Un local, con una arquitectura más moderna, un mobiliario acorde con esa línea arquitectónica, una decoración minimalista y sobre todo una cocina, bien equipada, transparente y a la vista del público. Tenía además en los fondos un jardín encantador.
Allí, ampliaron el concepto, incluyeron un bar tratando de atraer a la clientela más joven con ofertas de tragos 2×1 y promociones de pizzas en días determinados. La idea además era aprovechar la mayor circulación de personas que existe en el lugar, a diferencia de la anterior locación que era una onda totalmente tranqui, en ese sentido.
Creemos que no cuajó totalmente la idea. Lo que sumado al hecho de que el 2014 fue un año poco propicio para muchas empresas gastronómicas. Para muchos constituye una verdadera pena que propuestas como la de El Dorado, lleguen a su fin, y desde aquí solo podemos desear que los vientos sean más propicios para el sector.