El cocinero Derlis Bogado se postula como candidato a concejal para la ciudad de Asunción, por un movimiento interno del Partido Colorado. Dice que sus ingredientes son: honestidad, trabajo y visión cultural. “Nuestra política tiene sabor a pueblo. Y se cocina entre todos”, dice en su manifiesto. Sostiene que la gastronomía también es política y que la cocina es territorio. “Alimentar también es gobernar”, sostiene en el ideario que hizo público a través de las redes sociales. Propone una ciudad sostenible y comestible, reforestación con frutas y huertas comunitarias.
Derlis es un conocido cocinero y chef. A comienzos del 2015 regresó de España donde trabajó en varios locales gastronómicos. Fue contratado aquí como chef por el restaurante Para Cuando la Vida y a partir de allí se desempeñó en varias otras cocinas y llevó adelante proyectos personales. En los últimos años se desempeñó como Gerente de Alimentos y Bebidas del Hotel del Yacht y Golf Club. Es asesor gastronómico de empresas y el fundador y presidente de la Asociación de Trabajadores Gastronómicos y Afines.
“Mientras algunos se reparten los contratos y los privilegios, la ciudadanía trabaja, resiste y cocina con lo poco que tiene en la heladera vacía. Pero Asunción también late. Está viva en sus mercados, en sus ollas populares, en sus cocineras, en sus ferias, en sus comunidades. Hoy doy un paso al frente no por ambición personal, sino porque sé que la política necesita nuevos ingredientes: honestidad, trabajo en comunidad y visión cultural, políticas reales”, según reza el citado manifiesto.
Derlis se postular por un movimiento independiente dentro del Partido Colorado, denominado Fuerza Etica República (FER), que presentará candidatos a las concejalías en 15 ciudades de todo el país. El 90% de ellos gastronómicos y emprendedores. «Tenemos equipos consolidados en varios barrios, fuera del eje de la estructura dura de las seccionales, no buscamos votos tradicionales, sino que el de la gente que sufre día a día. Esa que merece más que promesas”, nos dice en una conversación telefónica.
“Durante años he recorrido los barrios, he trabajado con productores, cocineros y emprendedores. Y aprendí algo esencial: la gastronomía no es sólo comida. Es trabajo, es salud, es educación, es cultura, es economía popular. Pero el Estado y la municipalidad han ignorado ese potencial. Hoy, nuestros mercados están abandonados, nuestros espacios públicos están privatizados, nuestras cocinas populares sobreviven sin apoyo, y nuestros jóvenes no encuentran ni empleo ni oportunidades en su propia ciudad”, sostiene.
Después de describir las falencias que tiene la ciudad, propone una nueva visión para solucionar los problemas: una Asunción que se gobierne desde sus barrios, desde sus fogones, desde su gente. Y desde la posición de concejal a la que pretende llegar lanza las siguientes propuestas:
- Mercados vivos, dignos y transparentes. Auditoría pública de los contratos actuales de los mercados municipales y demás servicios. Mejoras estructurales con participación de las asociaciones de vendedores. Promoción de ferias gastronómicas barriales con apoyo técnico y sanitario.
- Política pública para el desarrollo gastronómico comunitario. Apoyo municipal directo a emprendimientos gastronómicos y ferias populares. Escuelas de cocina comunitaria con formación técnica y cultural. Vinculación de jóvenes con oficios gastronómicos desde el colegio.
- Transparencia radical. Publicación online de cada voto, decisión y contrato aprobado en la Junta Municipal. Creación de una oficina ciudadana de control presupuestario municipal.
- Presupuesto participativo real. 10% del presupuesto municipal destinado a proyectos propuestos y votados por vecinos/as. Asambleas barriales obligatorias para la priorización de obras.
- Asunción ciudad comestible y sostenible. Reforestación urbana con árboles frutales. Huertas comunitarias en plazas y espacios públicos. Educación alimentaria en escuelas, comedores y centros comunitarios.
Y agrega finalmente: “Nuestra política tiene sabor a pueblo. Y se cocina entre todos. No somos parte de los que destruyeron esta ciudad. Tampoco venimos a ocupar una banca para callar o negociar. Venimos a transformar. Venimos a proponer. Venimos a construir desde abajo. Porque alimentar también es gobernar, y gobernar con honestidad es una forma de amar a esta ciudad”.