Las últimas investigaciones ponen de manifiesto que la carne de cerdo se trata de una fuente de proteínas de alta calidad que posee los nutrientes necesarios para la vida moderna. Hasta hace pocos años se recomendaba un consumo limitado, no solo por el mito de que se trata de un producto muy graso sino además porque supuestamente tenía bajo valor nutricional y hasta que podría causar enfermedades.
Por sus cualidades podría decirse que la carne de cerdo está entre las carnes rojas (vacunos) y las carnes blancas (aves) por lo que algunos dieron en llamarle la carne rosa. Tiene una composición en proteínas completas, ya que contiene todos los aminoácidos esenciales en suficiente cantidad y proporción para cubrir las necesidades corporales. El contenido de proteínas está entre el 19 y 20% en carnes magras.
Puede mencionarse entonces, que es un alimento muy completo y como contiene todos los aminoácidos esenciales para su absorción por el organismo tiene un alto coeficiente de digestibilidad. Las investigaciones de los últimos años han puesto de manifiesto que esta carne es tan sana como las demás, y han descubierto que su grasa es la más rica en ácidos grasos monoinsaturados.
La carne porcina no tiene exceso de calorías y posee los valores apropiados a las necesidades del hombre moderno. Así, la carne de cerdo proporciona una oferta de productos saludables y de placer; la combinación de ambos permite una inclusión de la carne de cerdo en una alimentación saludable y en las recomendaciones nutricionales que se puede dar a la población.
Un vistazo a las nutrientes que posee la carne de cerdo nos permitirá descubrir los siguientes valores:
Proteínas: Contiene todos los aminoácidos esenciales en suficiente cantidad y proporción para cubrir las necesidades corporales. Posee un alto valor nutritivo, con un contenido de proteínas entre el 19 y 20% en carnes magras.
Vitaminas: Es fuente importante de vitaminas del complejo B, vitamina B6 y B12 y especialmente de la vitamina B1 (0,95 mg). Además, es fuente importante de vitamina E. Son promotoras y reguladoras de muchas reacciones químicas necesarias para el crecimiento y salud del cuerpo.
Hierro: los alimentos de origen animal, como el cerdo, constituyen fuentes importantes de minerales esenciales (hierro, zinc, cobre, yodo, magnesio, etc.) entre los que destaca el hierro que interviene en el transporte respiratorio de oxígeno y dióxido de carbono y forma parte de enzimas relacionadas con la respiración celular.
Zinc: 100 gramos de carne de cerdo magra proporcionan el 20% de la cantidad recomendada de este mineral para un día, lo que la hace ser una excelente fuente de este mineral necesario para el crecimiento, la síntesis de ADN, la expresión genética, la salud de la piel, el sentido del gusto y la formación de espermatozoides.
Grasa: la grasa del cerdo es una mezcla de ácidos grasos saturados e insaturados, e incluso contiene ácidos grasos esenciales que nos protegen de las enfermedades cardiovasculares
Fósforo: Es una excelente fuente de fósforo, en sólo 100 gramos de carne de cerdo magra se obtiene más del 70% de la B1, más del 16% de la vitamina B2, el 25% de la vitamina B6, el 50% de la vitamina B12 y más del 25% de la niacina que necesita durante un día. Con este contenido de vitaminas del grupo B, se beneficia el metabolismo energético, el funcionamiento de su sistema nervioso, el funcionamiento de su sistema circulatorio y, además, estará previniendo la anemia y la depresión.
Como se ve la carne de cerdo sobresale por su elevado contenido en nutrientes. Aporta gran cantidad de proteínas de alto valor biológico, lo que ayuda al crecimiento del sistema muscular. Por la escasez de hidratos de carbono y la sensación de saciedad que deja, hace que las partes magras sean ideales para personas que realizan dietas destinadas a la reducción de peso.
La tiamina contenida en la Vitamina B que permite asimilar los hidratos de carbono y el zinc hace que prevenga enfermedades cardiovasculares y es necesario para el mantenimiento de huesos, músculos y combate la anemia. El consumo de carne de cerdo magra, junto a dieta saludable y actividad física moderada, podría colaborar en el control de peso en la diabetes mellitus tipo 2. De igual forma ayuda al equilibrio de una dieta en pacientes con hipertensión, ya que, tiene un menor nivel de sodio y, como ventaja adicional, un nivel más alto de potasio.
Por todo ello, la carne magra de cerdo es un excelente alimento para ser recomendado e incluido en una dieta variada y equilibrada para la infancia y adolescencia, en mujeres gestantes, en la tercera edad, para los deportistas, para la prevención y tratamiento de la anemia, en dietas de control de peso e incluso para la prevención de la hipercolesterolemia y la protección de enfermedades cardiovasculares, ya que, su composición de ácidos grasos, puede ayudar a reducir los niveles del LDL (colesterol “malo”) y a mantener los niveles de HDL (colesterol “bueno”).