La Expo Vino se realizó en La Terraza del Hotel Sheraton, un espacio al aire libre con limitada capacidad que se vio colmada.
La Expo Vino se realizó en La Terraza del Hotel Sheraton, un espacio al aire libre con limitada capacidad que se vio colmada.

Culminó ayer la Expo Vino, que fue en modo Covid. La pandemia limitó la cantidad de personas que podían asistir. Por eso el evento se extendió a tres días y se realizó al aire libre. Eso pareciera que redujo la actividad social lo que redundó en un mayor interés por las etiquetas presentes. En coincidencia, esta edición fue una de las que mayores sorpresas brindó en materia de vinos. Gran presencia juvenil y femenina.

La Expo Vino se constituyó con los años, en el principal evento de carácter eno gastronómico en el país. Reunía a más de mil personas en una sola noche y allí se congregaban, la crema y nata de la sociedad, representantes del jet set local, famosos y famosas, atraídos por el glamoroso ambiente del mundo del vino. Era como una alfombra roja, había que ir a desfilar, estar presente. Y de paso probar un buen vino.

La pandemia vino a truncar ese ambiente. El año pasado se suspendió la edición por culpa de la cuarentena y en este 2021 se realizó en modo Covid. Lavado de manos, uso de tapabocas, distanciamiento social, etc. Tuvo lugar, por primera vez, al aire libre, en un espacio inusual del Hotel Sheraton, donde solo cabían los asistentes que permitía el protocolo sanitario del ministerio respectivo. Eso desmotivó la alfombra roja. No hubo casi desfile.

El servicio gastronómico se mantuvo en un segundo plano, para evitar traspasar los límites establecidos en el protocolo sanitario. Nadie se distraía con lo que había para masticar.

En contrapartida, la actividad se concentró alrededor de los tablones. Hubo mucho trajinar de parte de los encargados de los stands, sirviendo y explicando las características y naturaleza de los vinos que estaban para degustación. Como se había anunciado hubo muchas novedades. Los importadores no suelen esperar a la Expo Vino para dar a conocer sus nuevas etiquetas, pero como estamos en pandemia, la ocasión era más que propicia. Ya volveremos sobre el punto más adelante.

Las mujeres fueron las principales protagonistas, no sólo porque había mayor cantidad de ellas sino que porque además fueron las más curiosas a la hora de degustar los vinos.
Las mujeres fueron las principales protagonistas, no sólo porque había mayor cantidad de ellas sino que porque además fueron las más curiosas a la hora de degustar los vinos.

Confirmando una tendencia que ya se había notado en las ediciones anteriores, el principal público de la Expo Vino es de un rango etário juvenil, es difícil clasificarlos a simple vista, pero por lo que se ve aparenta que están entre los 25 a 40, mayormente femenino. Las mujeres le dan al trago cuando se trata de vino y fueron las más activas protagonistas en torno a los tablones, con una curiosidad que no se observa en los varones.. Lo que no sabemos es si este perfil coincide con el de los compradores.

Respecto a los vinos nos encontramos con varias sorpresas y novedades. La primera de ellas fue en el primer día, a poco de ingresar al espacio del evento Roger Sordé nos presentó un Chardonnay con aroma a cítricos y frutas tropicales, de notable acidez y una delicada textura cremosa, con paso por roble francés durante seis meses. “No me digas que no te gusta porque es Unánime la aprobación de las personas que ya probaron”. Y por supuesto que no podíamos romper esa unanimidad.

Volvimos en el tercer día, y la segunda gran sorpresa la recibimos cuando Ale Sciscioli nos presentó a Lorenzo, el de Agrelo, un Malbec que tiene tres personalidades distintas: Lo Sagrado, Lo Divino y Lo Bendito. Es una cuestión de cuarteles que no corresponde explicarlo aquí, pero que nada tiene que ver con los militares. Para una mayor referencia, hay que decir que se trata del vino de Marcelo Tinelli.

Existe mucho acercamiento e interés de parte de los jóvenes hacia el mundo del vino. En la Expo Vino tuvieron presencia dominante.
Existe mucho acercamiento e interés de parte de los jóvenes hacia el mundo del vino. En la Expo Vino tuvieron presencia dominante.

La tercera sorpresa nos llegó de la mano de Ana Elisa Greenwood quién nos hizo probar el Luigi Bosca de Sangre Red Blend, elaborado a base de Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot, con 14 meses de paso por barricas de roble. Un tinto por demás sobrio y elegante, que representa a toda la familia Arizu, que tiene una tradición de más de 100 años en la producción vitivinícola en Mendoza, Argentina.

Se puede mencionar también entre las novedades los vinos provenientes de El Líbano, uno, el Chateau Kefraya Myst Rosé (Caminos del Vino) y el otro, el Ksara Reserve du Covent, el vino más popular de El Líbano (Mannah). También los italianos Mazzei, el Poggio Badiola Toscano y el Forterutoli N° 10 (ACSA). Pero no solo había novedad sino mucha calidad ya conocida, entre los que recordamos podemos mencionar el Cocodrilo Red Blend, Cobos (Caminos); el Ambrosía Grand Cru (Codisa), Vigneti del Salento (La Caola), Anubis (AJ), Mosquita Muerta Red Blend, Diablo Dar Red Tinto (RDE), Errazuris (Gloria), Pagos de Quinta, Ribera del Duero (La Mercantil) Clos de los Siete (El Imperio), Demon noir (Brumado), Juan de Dios (W&S), Terrazas Reserva Torrontés (Módiga) y Mascota Big Bat (W&S).

La lista es apenas una referencia, ya que el número de etiquetas era muy extenso, más de 200, imposible de abarcar en tan poco espacio de tiempo. Y lo importante es que a esa inmensa variedad iba unida una excelente calidad. Posiblemente debido a la menor cantidad de público. Es que cuando hay mucha gente, las importadoras regulan el servicio de los vinos más codiciados. Varias importadoras importantes no tomaron parte de la Expo Vino, por lo tanto, algunas buenas etiquetas que existen en el mercado no estuvieron presentes. Fue un acierto haberlo organizado pese a las limitaciones impuestas.

 

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