Armando es uno de los personajes del programa. Concejal de Coronel Oviedo, fanático de su ciudad. Al punto que anoche, entre sus cosas más queridas, la producción del programa, puso una bandera de dicha localidad. Es también fanático de las comidas típicas y de la tradición familiar en materia de cocina. Por eso, cuando el programa sale de ese molde, el ovetense tiene que enfrentar graves dificultades.
En la primera prueba, los concursantes tenían que preparar el plato más significativo que los conecte con sus seres queridos. Armando eligió un vori vori de gallina casera con tortilla. No tuvo la aprobación del jurado y el ovetense tuvo que pasar a la prueba de eliminación donde el desafío consistía en preparar una torta Brownie con mousse de dulce de leche. “Que es eso” fue lo primero que dijo Armando y reconoció que se le nubló la mente.
“Hendy cabayu resa” y “San La Muerte oñemboyama”, fueron otras de sus expresiones características para significar que tenía pocas posibilidades de salvar el paso. Pero, como Armando nunca se entrega no se sabe cómo saca algo de la galera que lo pone un paso al frente de los peores. La presentación de su brownie y su mousse dejaban mucho que desear. Pero cuando Euge Aquino probó la torta de chocolate hizo la siguiente aclaración: “No puedo creer lo que voy a decir”.
“Es el brownie con mejor sabor de todos” dijo para asombro de los miembros del jurado, participantes y televidentes. Armando le había puesto un toque de manzana verde al brownie, “lo que le dio una acidez agradable y una crocancia”. Ese juicio le salvó a Armando de la eliminación y subió al balcón a velocidad de cohete. El que se eliminó fue Raúl Rolando Núnez, el ex jugador de fútbol quien llegó a últimas instancias junto a Diego Paredes, el bombero. Ellos junto a la boliviana Karen y a Armando no tuvieron muchas ideas acerca de lo que estaban cocinando y fueron los peores. Entre los mejores platos de la prueba de eliminación hubo un empate. Ya que Vero, la maquilladora, realizó el mejor brownie y Tatiana el mejor mousse.
Anoche el programa tuvo su tradicional segmento lacrimógeno. Los participantes recordaron las vivencias y anécdotas más alegres y tristes de sus vidas. El recuerdo de los seres queridos, sobre todo de los ausentes fue el principal motivo. Y en consecuencia la primera prueba de la noche consistió en que cada uno debía preparar el plato más significativo en relación a sus seres queridos.
Hubo muchas sorpresas, porque se destacaron varios que no aparecían en los cálculos previos como los mejores hasta el momento. Ese fue el caso de Jorgelina, cuyo lomito al champiñón con papas noisette fue elegido como el mejor plato de la noche. Una receta que había preparado para recordar a su papá. El segundo mejor plato fue el de Fernando Ramírez, el comerciante, quien se despachó con un fetuccini artesanal a la carbonara.
En el tercer lugar, quedó Juan Marcelo Torres, el constructor civil, quien preparo un bife de hígado encebollado con arroz quesu y chipa guasu, homenaje a su abuela. Kikí no podía faltar en las menciones con su ñoquis de papa con salsa roja de pollo, homenaje a su hijo fallecido. Nancy, que contó una dramática historia de vida, preparó un so’o apu’a caldo. Sara presentó un arroz frito estilo oriental con pollo dulce y Joaquín unos canelones caseros con relleno de pollo y salsa roja. Todos se salvaron de la prueba de eliminación.
La segunda temporada de MasterChef todavía no está promediando en su desarrollo y resulta todavía prematuro distinguir con claridad quienes podrían ser los candidatos a ganar la competencia. Si bien Kikí y Vero resaltan con nitidez, hay varios que podrían destaparse como lo demostró la primera prueba de anoche, donde algunos de los que están como “tapados” resultaron destacados con sus platos.